Maratón 1/2
Narra Clari:
En media hora me venía a buscar. Me vestí con una blusa blanca y unos shorts. Hoy hacia muchísima calor. Y me hice una trenza. Repito, el calor era insoportable.
Tenía que pensar en qué lugares iría con Diego. ¿Qué le muestro primero? Buenos Aires es tan grande...
Baje, quedaban 2 minutos para las 12:30h. Las chicas seguro que ya volvieron de su día de compras. Cuando se enteren que decidí salir con Diego, y no con ellas, me van a matar a preguntas.
Ahí estaba él esperándome en la entrada de la puerta. Miraba hacia el suelo hasta que oyó que abría la puerta. Entonces me miró con sus ojos, aceitunas, o marrones, o mieles. ¿Le cambian los ojos de color? No sé, pero sí sé lo guapo que iba con esa camisa a cuadros. Su sonrisa se instaló en su rostro y su mirada estaba dirigida a mí. Me sentía pequeñita ante él.
— ¿Pasa algo?— Pregunté ya que él no me decía nada.
—No, no pasa nada. — Me dijo, no muy convencido.
En eso sentí un olor a humo, ¿Fuma? La pregunta se contestó rápidamente ya que subió su brazo donde había un cigarrillo. ¿En serio? Se colocó el cigarrillo entre los labios. ¿Voy aguantar que fume? No fuma ni mi madre, ni mi padre, ni mis hermanos. ¿Lo voy a aguantar a él? No que va.
Me acerqué a él y le quité el cigarro de la boca, luego lo tiré al suelo y lo pise.
— ¿Qué haces? — Me preguntó confuso.
— No sé fuma. — Le dije. Su mirada penetraba en la mía. Pero yo no iba a cesar. Así que también aguantaré mi mirada.
— Yo no veo un cartel de prohibido fumar... — ¿Se habrá enojado? Pues que se enoje, él no va a fumar. No mientras vaya conmigo.
— Pues, sí. El cartel soy yo. Cuando vayas conmigo no vas a fumar.
— ¿Porque? — Me preguntó.
— ¿Porque fumas?— Le contesté con una pregunta.
— Porque así me quito los nervios. — Al decir eso me vino a la cabeza aquella cosa importante que me tenía que decir y aun no me dijo.
— ¿Nervioso por aquella cosa importante?— Y entonces su mirada que luchaba con la mía cambió de rumbo, ya no me miraba. Giro la cabeza hacia un lado.
— ¿Que visitamos primero?— Había evadido mi pregunta. ¿Porque? ¿Qué pasa?
— ¿Porque no contestas mi pregunta? — Le pregunté, ¿Se había enojado conmigo? No me contesto. — ¿Te enojaste? — Su mirada volvió a chocar con la mía. Pero esta vez se acercó a mí.
— ¿Cómo puedes pensar en eso? — ¡Que! ¿Está enojado o no?
— No sé, quizás por lo de fumar.
— Tranquila, que no. No me he enfadado y menos contigo. — Me sonrío y yo sonreí. Y ahora me daba cuenta de lo cerca que estaba de mí. Así que retrocedí.
— ¿Vamos?— Le pregunté.
— Claro, preciosa. — Él creo que no se dió cuenta de que me sonroje por su preciosa, siempre me sonrojo.
Narra Diego
Fuimos por todo Buenos Aires, me enseño todo lo de la ciudad. La verdad no escuche ninguna explicación que me daba, solo me fijaba en sus gestos, en sus labios, en ella. Iba tan guapa con esos shorts y la camisa. Y ella era tan natural. Tenía un brillo en los ojos verdes tan bonitos. Después de ir por algunos lugares de Buenos Aires, paramos a comer en un restaurante llamado "Lola Mora", en Puerto Madero. Nos sentamos y nos quedamos mirando como dos tontos. Allí pedimos las típicas empanadas argentinas, yo pedí de pollo.
Después de que el camarero se fuera, nos volvimos a mirar. Entonces ella tuvo que sacar el tema que no quería que tocara.
— ¿Qué es lo importante que me quieres decir? — ¿Se lo digo ahora?; ¿Qué le digo? «Clari, me gustas. Me gustaste desde que te vi. Aunque al principio era atracción, ahora me doy cuenta que estoy perdidamente enamorado de ti. Te quiero. Por eso te he comprado este anillo, igual al que yo llevo, para que veas que te quiero muchísimo» y ella se levanta y se va corriendo. ¿Cómo le voy a decir eso?
— No es exactamente decir...— Me rasque la nunca. ¿¡Que excusa pongo!?
Narra Clari
¿Estaba nervioso? Qué lindo que es cuando hace eso. ¿Pero tan grabe es lo que me tiene que decir? Espera, que no es exactamente decir.
— ¿Tan grabe es? — Pregunté.
—No, no. Solo que... A ver como empiezo.
— Empieza por el principio.
— A ver creo que es mejor primero mostrártelo. — ¿Mostrarme qué?
Él busco por sus bolsillos hasta dar con lo que quería. Sacó una bolsita negra y rosa pastel pequeñita. Y me la entrego.
— Ábrela por favor. — Me pidió, y yo obedecí. Abrí la bolsita y había un anillo finito y con un tono dorado. Era hermoso. No podía dejar de mirar ese anillo.
— Es un anillo de la amistad. — Me comentó. La verdad me puse un poco triste ¿Amistad? Quería algo más que una amistad, pero bueno... No vamos a presionar. Él no me quiere de la manera que yo lo quiero a él, pero bueno. — Porque somos amigos, ¿verdad Clari?
— No tendrías que haberlo comprado. — Le dije.
— ¿No te gusta? — me preguntó.
— No, no me gusta. Me encanta. — Le comenté sonriente. Él también sonrío.
— Yo también llevo uno, es la otra parte de la amistad. — Me guiño un ojo. Él llevaba su anillo en la mano izquierda, así que puse mi anillo en la derecha.
— Gracias, Diego. Hacía mucho tiempo que una persona no me regalaba algo tan lindo.
—De nada, es para demostrarte que te quiero. — Lo miré sorprendida. — Como amigos, claro. — Los dos nos volvimos a mirar, pero baje mi cabeza al oír la voz del camarero.
— Aquí tienen las empanadas. — Y dejo una a Diego y otra a mí.
La comida pasó rápida, hablamos de lo que nos gustaba, nuestros hobbies, planes de futuro, etc.
Narra Diego
Salimos del restaurante y fuimos a Plaza de Mayo. Visitamos un poco, seguimos andando hasta la Recoleta. También vimos un poco el lugar y acabamos nuestro recorrido en Palermo. De Palermo fuimos a visitar el Parque 3 de Febrero. Un lugar precioso, lleno de flora, lagos y fauna. Todo esto estaba dentro de una gran ciudad. Y eso es increíble.
— Veo que te gusto el lugar — Me dijo ella. — Aquí vengo a veces a correr un poco o simplemente a relajarme. ¡Vamos!
— ¿A dónde? — Le pregunté.
— A cruzar el puente blanco para ver los rosales. — Me agarró la mano para que no me entretuviera. Pero en vez de movernos, nos quedamos mirando. Ese contacto de nuestras manos. Su mano derecha con mi mano izquierda, mi anillo chocando con el suyo. Fue increíble.
— Clari...— Le dije, ella me miró extraña.
— ¿Qué? — Me preguntó de la manera más dulce que pudo. Seguro que se piensa que es por lo de nuestras manos.
— No quiero que te quites ese anillo nunca. — Le dije.
— Con una condición. — Me contesto ella.
— ¿Cuál? — Pregunté.
— Que tú tampoco te lo quites. — Me dijo.
— Jamás me lo quitaré, este anillo me recuerda a ti. — «Me recuerda a que no te quiero como amiga, te quiero como algo más»
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Bueno primera parte del maratón. Después de cenar subiré la segunda. Espero que os haya gustado.
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No Es Lo Que Parece (DIELARI)
FanficDiego es uno de los nuevos integrantes del elenco Violetta, él es adoptado y cree que nunca va tener nada y que su corazón es frío por eso. Pero se fija en alguien, Clari, que ya hace un año que conoce al elenco. A ella al principio Diego le parecer...