6- Amigos

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Cuando la mañana llegó, me quedé unos minutos en la cama solo pensando. Solo había pasado una semana pero sentía que había cambiado mucho. Nunca había mostrado tantas emociones, no había hablado con mi voz ni me había importado alguien tanto como él. Pero que te importe alguien también implica sentir dolor cuando ellos lo sienten e impotencia cuando no puedes hacer que dejen de doler, sin embargo yo SI que iba a ayudarlo e iba a hacerlo pronto. 

Salí de mis pensamientos al darme cuenta de la hora y me cambié. Pensaba ir solo a la escuela pero pude escuchar a Nendou y Kaidou fuera de mi casa, normalmente los evitaría pero no se que me pasó ese día, solo fui con ellos sin quejarme. Hablaron del viaje de fin de curso, aun faltaban dos semanas pero todo el mundo ya hablaba de ello, yo podría ir en un abrir y cerrar de ojos por lo que no entendía la emoción. 

-He oído que la ciudad es famosa por sus dulces, me entra hambre de pensarlo- Kaidou habló y yo supe que estaba tirando indirectas hacia mi. Le miré serio. -ahora si te interesa, te dije que eso funcionaria- se giró hacia Nendou victorioso. No puedo creer que haya caído en su trampa. 

-No sabía que te gustaban tanto los dulces colega- lo ignoré, tal vez me pasaría por esa ciudad por la tarde. 

Pronto llegamos al instituto y eché un vistazo hacia su clase pero no lo, eso era raro, la hora normal de llegada ya ha pasado. En poco tiempo empezaría la clase pero no era importante. Entre a los baños y usé mi clarividencia para saber si se encontraba bien. Poco después lo pude ver caminando hacia la escuela, a pesar de llegar tarde, tenía ojeras y los ojos rojos, como si hubiera estado llorando toda la noche. Quise ir, aparecer delante suya y acompañarle, sinceramente lo consideré pero decidí solo esperarlo y hablar con él después de la primera clase. 

Esta se me pasó malditamente lenta y no escuché ni un pensamiento de Satou, ¿no había llegado todavía? La campana sonó y evité a Nendou mientras salía al pasillo y me asomaba por su puerta. Entonces entendí porque no lo había escuchado, estaba con los brazos cruzados sobre su mesa y su cabeza sobre ellos, durmiendo. Preferiría dejar de comer gelatina de café durante el resto de mi vida antes que despertarle, así que solo me giré, hablaría con él durante el descanso.

Durante las siguientes clases no me sentí bien, era una especie de sensación inquietante, no muy intensa pero lo suficiente para no poder calmarme del todo. Como si alguien estuviera apretando mis órganos y se me dificultaba respirar. No podía pensar claramente y cuando fue hora de salir, mientras que todos sacaban sus comidas yo ya me encontraba en la ya tan conocida puerta de la otra clase. 

Y allí seguía, justo como lo vi horas antes, dormido sobre su mesa. La clase ya estaba vacía así que solo giré la silla delante de su mesa y me senté. Se encontraba escondido en sus brazos, su pelo estaba despeinado y su expresión se mostraba delicada. Al menos ahora estaba descansando. Lo estaba mirando con detalle cuando mi mano se acercó a su cabello, se veía muy suave. Recordé cuando me revolvió el pelo y aparté el brazo rápidamente, golpeándome con la mesa. 

El sonido pareció despertarlo y poco a poco fue ajustando su vista y mirando alrededor, hasta que su mirada se posó en mi y sus ojos se abrieron como platos.

-¿Saiki?- solo sonreí ligeramente -¿Donde está todo el mundo?- volvió a mirar alrededor y después al reloj que había en la pared. -¿ME QUEDÉ DORMIDO?- Sus pensamientos se empezaron a llenar y su expresión cambió a una de terror -Mi madre me matará si bajo mis notas, ya son malas de por si. Solo voy a decepcionarla, debo preguntar por la tarea y estudiar. ¿Y si los profesores le cuentan?- Susurraba esto para él mismo mientras se agarraba la cabeza. ¿Qué hago?

Puse mi mano en su mejilla -Hiroshi- Pareció sorprendido, creo que se olvidó que yo estaba aquí. -No vas a decepcionar a nadie, no pasa nada si necesitas un descanso. También eres humano y te cansas y eso esta bien.- Hice una pausa, pensando mis palabras -Yo...estoy orgulloso de ti- él no sabía como responder, tampoco quería obligarle a hablar -¿Quieres que pasemos el descanso juntos? Traje galletas- era une mentira, pero las conseguiría de alguna forma. Satou solo asintió y se relajó. Pasamos ese tiempo juntos, e incluso hablé más de lo normal para que no pensara sobre eso de nuevo.

Durante el resto de las clases él solo durmió y yo solo esperaba que fuera una cosa de un día. En el camino a casa le dije que le acompañaría porque no quería que fuera solo y además porque tal vez así descubría lo que había pasado. Al parecer mi plan funcionó porque sus pensamientos se convirtieron en un flashback, de ayer por lo que veía. 

Satou se encontraba en su cama mirando su teléfono con el ceño fruncido, en la pantalla se veía un chat entre él y dos de sus amigos. 

Satou: Hey, quieren salir hoy? me aburro

Random 1: No puedo hoy, perdón

Random 2: Si yo tampoco

Satou: Oh, bueno no pasa nada

'Llevan días poniendo excusas para no quedar, pero debo estar exagerando, ¿verdad? Son mi amigos...' Se levantó con pereza de la cama 'Debería salir para despejar mi cabeza' Y eso dicho, salió a la calle, su pijama parecía ropa de calle de todas formas. Satou caminaba por la calle sin ningún destino en concreto pero de un momento a otro se paró en seco al escuchar unas voces familiares, parecía haber visto un fantasma. Asomó la cabeza por la esquina y allí vio a sus supuestos amigos que decían estar muy ocupados para él. En sus ojos pude ver el dolor de haber sido traicionado y dejado de lado. Tragó saliva aguantando las lágrimas y se giró para irse rápidamente. 

-Hemos llegado- una voz conocida me sacó de mis pensamientos. Hiroshi me miraba incomodo sin saber como despedirse tras ese viaje tan silencioso


-Oh, ok.- él se giró pero la culpa me comía por dentro, sin darme cuenta le agarré el borde de la chaqueta. Me miró sorprendido y luego confundido. -Emm, esto...¿estas bien?- ya sabía que la respuesta era no, pero a veces necesitas que alguien te pregunte. Sus ojos se abrieron como platos, pensando en una respuesta. Continué -No pasa nada si no lo estás, solo quiero que sepas que estoy aquí si me necesitas. Somos amigos- Mordió su labio y miró al suelo, ocultando sus ganas de llorar, ¿hablé demasiado? 

-Gracias- fue lo único que pudo murmurar antes de irse rápidamente, a otros les parecería seco pero yo sabía que no era así. Me fui a mi casa sonriendo, muy levemente. 

Aburrido / Saiki x SatouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora