Aburrido / Saiki x Satou

7- Enfermo

Antes del capítulo solo quiero agradecer los comentarios y votos, de verdad me motivan a seguir con la historia<333
Dicho esto, aquí tenéis por lo que habéis venido.
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Hoy era el día de nuestra cit- QUEDADA DE AMIGOS, SI AMIGOS SOLO. Suspiré, me ponía nerviosos solo pensarlo. Emprendí camino a la escuela, no queriendo estar a solas con mis pensamientos más tiempo. Me entristeció ver que, colmo ayer, Satou volvía a llegar tarde y ojeras descansaban debajo de sus ojos. También lo note algo pálido, ¿habría comido bien?

Desde mi clase escuché como regañaban a Satou por una mala nota, diciendo que había empeorado mucho y como estaba decepcionado. Suelo pensar que la violencia es innecesaria pero tal vez estaba equivocado. ¿Quién se cree? Después de eso él permaneció despierto y yo tuve que escuchar como se insultaba a si mismo sin poder hacer nada.

Entre clase y clase le saludaba, si, pero eso no era suficiente. Durante el descanso él no comió casi nada y se excuso con que no tenía hambre. Mi emoción por nuestra quedada se había esfumado y solo quedaba preocupación por el castaño. Sus ojos se veían apagados y evitaba el contacto visual. Pensé en cancelar lo de esta tarde, tal vez él quería descansar, pero al recordar a su madre y su cuaderno decidí que sería mejor ayudarlo a despejar su mente.

Estaba rebuscando en mi armario ansioso, sin saber que ponerme. ¿Desde cuando toda mi ropa me parecía fea? No podía presentarme así. Rápidamente me puse una sudadera y salí en dirección de la tienda de ropa mas cercana. Escaneé la tienda y finalmente pude al menor ponerme unos pantalones negros, una camiseta blanca y un suéter verde. Le añadí un par de collares y me fui con la ropa puesta, después de pagar claro. 

El tiempo había volado y ya era hora de vernos. Acordamos durante el descanso de vernos en un gran parque que había en medio de la ciudad a las cinco. Llegué diez minutos antes y solo me senté en un banco mientras esperaba, repasando por octava vez lo que haríamos. Pensaba llevarle a un café para merendar (y de paso comer un poco de gelatina de café), luego llevarle a un arcade que habían abierto hace poco y finalmente, si el quería, cenar en mi casa. No sabía como reaccionarían mis padres al verle y me preocupaba que me avergonzaran delante suya, sobre todo mi padre. Suspiré y miré la hora, ya eran las cinco y cuarto y no había señales de Satou, pero asumí que llegaría un poco tarde y cerré los ojos.

Eran las seis. 

¿Me había dejado plantado? ¿o le habría pasado algo? ¿y si estaba en peligro? Caminaba de un lado a otro mirando al suelo, estaba tan metido en mi mente preocupándome que casi olvido que tengo poderes. Sin gastar ni un segundo crucé los ojos para ver donde estaba él, pero no vi nada. Ok, esto si que me preocupó. Las únicas razones por las que no podía encontrar donde estaba era porque estaba dormido, inconsciente o...muerto. Solo pensar en esta ultima opción me hacia sentir enfermo y antes de darme cuenta ya me había teletransportado a su cuarto, sin preocuparme si me veía o no ya que esa no era la mayor de mis prioridades.

Y ahí lo vi, tirando en el suelo. No tardé ni un pestañeo en agacharme a su lado y envolverlo con mis brazos. Estaba ardiendo. Lo levanté y lo tumbé en su cama, posiblemente se habría desmayado. Lo tapé, parándome un momento para mirarle. Su ceño estaba fruncido, parecía angustiado. Su piel estaba mas pálida que nunca pero sus mejillas ardían rojas. Sus ojeras solo estaban peores y algo me decía que tampoco había comido al llegar a su casa. 

Verlo así se sintió como si me golpearan en el estómago con un martillo y mi mano se acercó a su mejilla inconscientemente, acariciándola. Él pareció retroceder con el tacto, pero luego pareció calmarlo, relajando su cara. No queriendo dejarlo solo, salí con cuidado pero con rapidez de su cuarto hacía el baño para mojar una toalla en agua fría y volver antes de alguien se diera cuenta. 

Puse el paño en su frente, esperando que no se despertara y así fue. No sabía que excusa le podría decir si se despertaba pero eso era algo para el Saiki del futuro, el Saiki del presente le teletransportó a mi casa, quedando Satou en mi cama.  Nuestra quedada podía ser pospuesta. 

De nuevo acaricié su mejilla y no se ni cuando me quedé dormido.

Satou POV (surprais)

Lo último que recuerdo fue volver a mi cuarto después de que mi madre me gritara y golpeara por no se cuanto tiempo ya que había recibido una llamada del colegio diciendo que me había estado quedando dormido en clases. Me lo merecía. Volví a mi habitación aguantando mis lágrimas y pensé que por eso mi vista estaba difusa, pero de repente todo se volvió negro.

Me desperté sintiendo algo húmedo en mi frente pero no abrí los ojos hasta que me di cuenta del peso de algo o más bien, alguien, a mi lado. ¿Qué me había pasado? Ni si quiera recuerdo meterme en la cama. La persona a mi lado se revolvió y por fin abrí los ojos, encontrándome con la cara de Saiki a centímetros de la mía. Salté de la cama, cayendo al suelo y mirando a mi alrededor, viendo en el suelo una toalla húmeda que asumí que era lo que me había despertado. Ni si quiera estaba en mi cuarto. Él se despertó con el ruido que hice al caerme y se quedó mirándome, sin decir nada. Y la verdad es que yo tampoco sabía que decir. Fue entonces que recordé que había quedado con él y me sentí como basura de nuevo, ¿Cuánto habría estado esperándome? Aunque esa no era la pregunta más importante ahora mismo. 

Saiki pov

Maldije al Saiki del pasado por no pensar antes de actuar, porque ahora no sabía que excusa decirle y solté lo primero que vino a mi cabeza que tuviera sentido.

-Como no viniste me preocupé así que fui a tu casa y te encontré desmayado en el suelo- eso era verdad -la puerta estaba abierta y no había nadie en tu casa por lo que te traje a la mía y... no se cuando me dormí. Lo siento si te incomodé.- No habló pero le pude escuchar pensar. '¿Se preocupó por mi? Y además se tomó la molestia de traerme a su casa y cuidarme, espero que no me odie por esto' Aquí vamos de nuevo 'Debería haberme cuidado mejor. ¿Y no había nadie en casa? Mamá habrá salido con Haru, debo volver antes de que vuelva y se de cuenta. No quiero que se enfade de nuevo. Ah, pero antes de agradecer a Saiki por todo'

-Muchas gracias, um, Kusuo.- se había levantado y noté que planeaba irse pero le agarré de la muñeca haciendo que se girara hacia mi. 

-Te preparé algo de comida antes de dormirme- otra pequeña mentira no daña a nadie, pensé -¿Puedes al menos tomarla antes de irte?- se veía dudoso pero aceptó y lo guie a la cama de nuevo para que se tumbara.

Salí del cuarto y básicamente corrí a la cocina, revisando la nevera y suspirando de alivio al ver que mi padre no se había comido las sobras de hoy. Calenté la sopa en un momento y volví al cuarto donde me esperaba Satou. Se enderezó apoyando la espalda en el cabezal. Me senté a su lado y le pasé el plato. Con cuidado cogió una cucharada y sopló viendo el humo que salía de la comida y tras unos segundos la probó. Su cara se iluminó y me miró.

-¿Esto esta buenísimo! Eres un gran cocinero- me sonrió dulcemente y siguió comiendo mientras yo sentía mi cara calentarse, aunque mayormente lo cocino mi madre y yo solo ayude, me sentí muy bien. Esto no era bueno para mi corazón.

Pasamos un tiempo en un silencio cómodo, solo disfrutando la compañía, mientras el se terminaba la comida sin dejar ni rastro de ella en el planto. Finalmente tuvo que irse, aunque cuando me miró para despedirse en la puerta de mi casa algo me dijo que no quería regresar allí. Y honestamente una parte de mi quería solo abrazarlo y cuidarlo de aquella que era su madre y de todo el mundo si hacía falta, pero decidí que no era una buena idea y me despedí agitando mi mano.

Al final mi gran plan de la quedada perfecta y mi ropa nueva fueron gastados pero pude pasar tiempo con él y ahorrarle el resfriado de dormir en el suelo y no comer. Me fui a dormir sonriendo, aún con un sentimiento extraño que me molestaba, pero decidí ignorarlo.