Capítulo 1.

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Cuando llegó a casa, encendió la luz del comedor y ahí su abuela lo sorprendió con un pequeño pastel de cumpleaños decorado con las frutas que más le gustaban, y junto a éste, lo que parecía un cofrecito de color café con unas curiosas letras grabadas en color dorado. Hyun Jin se acercó agradecido hacia la dulce anciana y le dio un abrazo que pronto fue correspondido.

—Feliz cumpleaños, mi querido Hyun Jinie —dijo la mayor con una sonrisa a la vez que dejaba afectuosamente un par de palmadas sobre la espalda de su nieto.

—Muchas gracias, abuelita —contestó el joven pelinegro de tez blanca y casi ciento ochenta centímetros de estatura—. Eres la mejor.

—Ahora que tienes veintiún años, ha llegado el momento de que conozcas una historia muy interesante —explicó mientras se apartaba—. Siéntate, agarra tu obsequio y presta atención.

—¡Ay, abuelita! Te dije que no era necesario que consiguieras algo para mí —le recordó antes de obedecer y acercar el bonito cofre, manteniéndolo entre sus manos.

El pastel habría sido más que suficiente para él, pero no podía negar que sí sentía cierta emoción y curiosidad por el regalo.

La anciana ignoró su comentario y entonces comenzó a contar cómo muchos –en serio muchos– años atrás se encontraron piedras preciosas con un brillo excepcional en el interior de una cueva bajo el océano. Pronto se les llamó Jouels y se descubrió que eran especiales, pues en realidad ocultaban algo: podían otorgar poderes increíbles a cualquier persona que las tuviera. Por eso se llegó a la conclusión de que debían ser protegidas y así evitar que cayeran en las manos equivocadas.

Hyun Jin escuchaba el relato atentamente, interesándose cada vez más en lo que decía su abuela, quien no parecía estar hablando sobre un simple cuento para niños lleno de fantasía. La mujer le explicó con tristeza cómo fueron derrotados los guardianes de varias de esas piedras y cómo a causa de ello había aún ciertas personas con poderes que podían llegar a ser peligrosos por no manejarse de manera adecuada.

—Me imagino que estás muy sorprendido, Hyun Jinie —suspiró con una pizca de pena—. Me habría gustado poder contarte antes acerca de todo lo que sé...

—Los villanos que atormentan nuestra ciudad, por ejemplo... ¿Ellos tienen alguna Jouel?

Vio a su abuela asentir. En la ciudad había criminales que hacían cosas como asaltar, extorsionar, cometer fraude, asesinar... Sin embargo, también existían los villanos con poderes que se dedicaban a hacer más difícil el llevar una vida tranquila. Zand fastidiaba a todos con sus tormentas de arena, Oisuled se salía con la suya alterando la realidad con ilusiones en las que podía atrapar a cualquiera, Kín sacaba el máximo provecho de su capacidad para mover objetos con el pensamiento, Hydro era como un hechicero malvado que manipulaba el agua para atacar con ésta y... Bueno, la lista podía continuar. Era obvio que las autoridades no tenían lo necesario para encargarse de todo.

—¡Pero todavía hay esperanza! Una de las Jouels terminó en las manos de mi familia hace mucho tiempo —la anciana señaló el cofre que Hyun Jin seguía sosteniendo—. Deberías verla.

—¡¿Qué?!

Hyun Jin no esperó ni medio segundo después de escuchar esas palabras. Abrió el cofre y se quedó maravillado al ver cómo lo que parecía un zafiro bastante brillante descansaba en el centro de un brazalete plateado y fino. No podía creer que algo así de valioso fuera su regalo de cumpleaños.

—Mi tatarabuelo fue guardián de esa Jouel, después lo fueron mi bisabuela y mi abuela, hasta que llegó a mi padre y luego a mí... —Miró hacia el suelo por unos segundos—. Si tu padre aún estuviera con nosotros, él sería la persona entregándotela, no yo.

Héroe [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora