Capítulo 16.

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Faltaban unos cuantos minutos para que se terminara el día y comenzara uno nuevo, pero tanto Hyun Jin como Seung Min seguían despiertos, trabajando en la mesa de la cocina del menor con unas latas de jugo vacías y un par de tazones de fideos a medio comer. Había pasado un mes y medio desde el encarcelamiento de Kim Jae Joong; la ciudad poco a poco regresaba a la normalidad, ambos jóvenes volvían a tener encima tareas escolares y otras responsabilidades además de ser héroes.

—No puedo creer que ya casi terminamos con esto —pensó Seung Min en voz alta, viendo en su computadora portátil que una conclusión era lo único que les faltaba redactar para ponerle fin a su trabajo—. ¡Estamos tan cerca de irnos a dormir! —Volteó a ver su novio, agregando eso medio en broma, medio en serio.

—Sé que estás cansado, Minie. Lamento que hayamos tenido que dejar casi todo para el último momento.

—Te aseguro que los profesores serían más tolerantes si supieran la verdad.

Hyun Jin iba a responder algo, pero en ese mismo instante escuchó sirenas de policías pasando cerca del lugar y suspiró. Su novio le dedicó una débil sonrisa, como si quisiera decirle que ya sabía qué era lo que tenía que pasar a continuación.

Mientras el castaño lo miraba, él recargó su espalda contra una pared, torció levemente los labios y se quedó pensando por varios segundos.

—Tal vez no es necesario que intervenga.

—Oh, se te olvidó lo bien que te conozco. No estarás tranquilo si te quedas aquí —contestó el más bajo—. No te preocupes... Yo terminaré nuestro trabajo e incluso cometeré un par de errores en la conclusión para que parezca que la hiciste tú —bromeó.

El pelinegro rio bajito, sabiendo que el contrario no hablaba en serio, y luego asintió.

—Gracias, Minie.

—Ve con cuidado —se levantó sólo para poder acercarse a su pareja y dejarle un beso fugaz en los labios—. Ya habré terminado cuando regreses.

—Hmm... ¿Estás seguro de que no quieres acompañarme? Creo que nuestra tarea puede esperar un poco más, en especial si ya no nos falta la gran cosa para terminarla.

—Ajá. Nos vemos en un rato —se apartó de él sin borrar su sonrisa, dándole a entender con esa respuesta que no tenía ni una sola duda.

Seung Min había estado mucho más ocupado que el pelinegro, a éste ya no le sorprendía tanto que a su novio no le quedara energía suficiente para cerrar el día siendo Kín y luchando a su lado –y en algunas ocasiones también al de Crimson– para mantener la ciudad a salvo. Intentaba no tardar demasiado cuando salía por las noches, pues sabía que al más bajo le hacía bien recibir su apoyo en sus planes más recientes.

Afortunadamente, el problema que alcanzaron a escuchar en el exterior no era algo que requería tanta ayuda. La policía sólo estaba detrás de un hombre que quería escapar después de haber fallado en un intento de asalto a una tienda de conveniencia. No estuvo tan mal que Seung Min se quedara en su hogar, pues con otro héroe en la escena, tal vez las autoridades hubieran recibido más ayuda de la que en verdad necesitaban.

Sapphirus se ocultó cerca de la casa de Seung Min antes de deshacerse de su transformación y por fin regresar junto al castaño. Se preocupó al encontrarlo de pie en medio de la cocina, con la mirada perdida en algún punto de la mesa y el cuerpo bastante quieto.

—¿Minie? —Corrió hacia él y le rodeó los hombros con un brazo—. ¿Qué pasa? ¿Te encuentras bien?

Al instante empezó a temer que su novio trabajara de más en la tarea que se suponía que debían hacer en equipo o que se forzara a quedarse despierto con tal de esperar su regreso.

—M-me... Me llamaron... —Pronunció Seung Min en voz baja tras varios segundos de silencio, volteando entonces a ver al más alto—. Hyunie... ¡No lo puedo creer! ¡Me llamaron! ¡El gobernador leyó mi carta y quiere hablar conmigo frente a frente! Nos veremos mañana, después de nuestras clases.

—¡¿Qué?! ¡¿En serio?! —Una sensación de alivio lo invadió en un parpadeo y una sonrisa comenzó a extenderse por sus labios—. ¡Cielo, son maravillosas noticias! Te dije que tarde o temprano te darían una respuesta o te buscarían —le dio un beso en la mejilla—. Estoy tan orgulloso de ti, Minie.

—Irás conmigo, ¿verdad?

—Oh... Bueno, si nadie necesita a Sapphirus en ese momento, sí.

—Por favor —lo miró con una mezcla de miedo y preocupación—. ¿No puedo ser yo el que te necesite a ti? Sólo durante ese rato, Hyunie. La ciudad no estará en llamas si algo malo pasa y Sapphirus no aparece a los cinco segundos para ayudar.

—Tienes razón. Perdón, Minie. Claro que te acompañaré.

Seung Min suspiró, como si esa simple respuesta le hubiera quitado un peso enorme de encima.

—¿Crees que el gobernador quiera discutir conmigo lo del hospital que se necesita en la zona donde están todas esas personas con una vida difícil?

—Por supuesto. Escribiste sobre eso en tu carta, ¿para qué otra cosa querría verte?

—Estoy nervioso... N-no sé qué voy a hacer si me dice que el hospital no es necesario o que no piensa que construirlo sea una buena idea —tomó aire por la nariz y lo soltó por la boca—. Esas personas en serio necesitan atención médica gratuita, Hyunie.

—Lo sé, cielo —intentó transmitirle calma con unas cuantas caricias suaves en la espalda—. No creo que pase, pero si el gobernador te llega a decir algo así, entonces seguiremos buscando la manera de ayudar a todas esas personas... Sin robar, ¿de acuerdo, Kín? —Quitó su mano de la espalda ajena y le apretó una mejilla sin mucha fuerza, haciéndolo reír un poco—. Siempre podemos recurrir a grupos de donaciones o a las manifestaciones pacíficas y... Bueno, sabes que yo te estaré apoyando.

Seung Min sonrió tras escuchar aquello y, recuperando finalmente su tranquilidad y cargando una nueva esperanza, abrazó a Hyun Jin con cariño.

—Muchas gracias, Hyunie —dijo antes de acomodar su frente sobre el hombro del mayor.

—Es tarde. Deberíamos ir a descansar —susurró mientras lo sostenía entre sus brazos y después le dio un beso en la cabeza.

—Nos falta imprimir nuestra tarea.

—Eso lo podemos hacer mañana, después de desayunar —aseguró—. Por cierto, Minie, lamento no haber estado aquí para terminar ese trabajo juntos, pero en serio te agradezco que te hayas hecho cargo tú solo.

—Puedes verlo como una ventaja de que sepa que tú eres Sapphirus —se alejó unos cuantos centímetros para ver a Hyun Jin directamente a los ojos—. Si no lo supiera, creo que sí te odiaría por dejarme solo con esa tarea —añadió entre risas.

Hyun Jin rio un poco también y luego besó a su novio en los labios, siendo correspondido de inmediato. Intercambiaron un "Te amo" y se fueron a la habitación del castaño, donde rápidamente se alistaron para dormir, sabiendo que cada minuto de descanso que pudieran tener era digno de atesorarse.

Continuará.

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Ya tenía un poco más de un mes sin actualizar este fanfic, pido perdón. ¡Espero que les haya gustado este nuevo capítulo! Muchas gracias por su apoyo. 💕

Héroe [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora