Capítulo 15.

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Su preocupación iba en aumento con cada minuto que pasaba. Acostó a Seung Min junto a un muro con tanta calma como le fue posible y empezó a revisar su cuerpo, buscando más heridas o golpes. Parecía ser que no le había pasado nada demasiado grave, pero aun así lo único que deseaba era llevarlo a su casa –o a la propia– y dejarlo descansar de una manera más apropiada, pues era necesario.

Se levantó, retrocedió un par de pasos y suspiró. Lo primero que debía hacer era encontrar a su otro aliado y a Oisuled, quien muy probablemente ya no contaba con sus poderes.

—¡Sapphirus!

El pelinegro vio cómo Crimson empezó a correr hacia él, pero fue más veloz y lo detuvo por los hombros justo antes de que pudiera ir más allá del muro.

—¡No te acerques más! —Soltó con menos delicadeza de la que le habría gustado usar—. Kín... Quiero decir... No está transformado... —Explicó al ver la confusión en el rostro del contrario.

—¿Está herido? Puedo cerrar los ojos y aun así usar mis poderes, si quieres. Tú podrías guiarme.

Sapphirus no lo había pensado antes. Dejó salir un suspiro de alivio y asintió, tomando al más bajo por la muñeca una vez que éste cerró los ojos y llevándolo hacia Seung Min.

—Bien, arrodíllate aquí... ¿Tú viste qué fue lo que pasó?

—Me atreveré a decir que la Jouel de Oisuled explotó —le respondió mientras trataba de recordar tantos detalles como podía—. Me protegí con un campo de fuerza antes del último terremoto, pero alcancé a ver que Kín prácticamente salió volando, ¡y lo lamento! Te juro que hice mi mejor esfuerzo para extender el campo y también protegerlo a él, pero no lo logré —suspiró—. No tuve tiempo, todo ocurrió en un segundo.

—Está bien, entiendo... Me da gusto saber que ya piensas de él como un aliado más —admitió con una débil sonrisa mientras movía la mano de Crimson por encima de las heridas de Seung Min.

Al pasar esa misma mano cerca del collar con la piedra de color lila, ésta también unió todas sus piezas lentamente y terminó reparándose.

—Estoy más tranquilo ahora que sé que se encuentran bien. Sé que el chico debajo del antifaz de Kín es importante para ti... Si necesitas llevártelo, puedo quedarme aquí y encargarme del resto —mencionó Crimson, todavía con los ojos cerrados.

—¿Estás seguro?

—¡Claro! ¿Qué sigue después de encontrar a Oisuled y quitarle su Jouel? Sólo tengo que entregarlo a las autoridades —contestó—. ¡Ah, por supuesto! Repararé la piedra que él usaba y te la entregaré la próxima vez que nos veamos —agregó poco después—. Como las ilusiones también se han ido, la única zona peligrosa que queda es la que fue más afectada por el terremoto. En verdad fue bueno que los ciudadanos hayan estado lejos.

—Gracias por tu ayuda. Cuento contigo.

Sapphirus se aseguró de que todas las heridas sobre la piel de Seung Min hubieran desaparecido por completo antes de llevar a Crimson lejos del muro e indicarle que ya podía abrir los ojos. Agradeció su ayuda otra vez y, sabiendo que podía confiar en él, lo dejó irse a terminar con todo.

Inmediatamente él regresó junto a Seung Min y lo cargó en brazos una vez más. Se concentró en dirigirse hacia la salida más cercana, sonriendo un poco al sentir cómo el castaño recargaba la cabeza contra su pecho.

Le tomó varios minutos llegar hasta la azotea de su casa. Para ese entonces, el cielo ya prometía dejar caer la noche en cualquier momento y Seung Min no tardó mucho en entreabrir los ojos. Se sentía confundido, mareado, extremadamente cansado y, por si fuera poco, no podía recordar mucho de lo que había pasado antes de desmayarse.

—¿Seung Minie?

Levantó su cabeza, encontrándose con la preocupada mirada de Sapphirus. No dijo nada, sólo le rodeó el cuello con ambos brazos y lo acercó a su rostro hasta que pudo unir sus labios en un beso pausado, pero a la vez profundo.

—¡Estás bien! —Pronunció al separarse unos cuantos centímetros, como si en ese mismo instante su alma regresara a su cuerpo—. Gracias al cielo estás bien... —Susurró.

—Lo estoy —sonrió Sapphirus, bajando cuidadosamente al castaño—. ¿Y qué hay de ti? ¿Puedes caminar?

—Sí... —Contestó al tener contacto con el suelo, mas no dejó de abrazar al héroe por el cuello sólo por eso—. N-no sé por qué, pero me duele mucho la cabeza, como si me hubiera golpeado...

—Necesitas descansar —le dijo con cariño—. Vamos adentro, ¿sí? Te prestaré ropa más cómoda.

—¿Qué sucedió con Oisuled? ¿Ganamos?

—Sí, por fin... Todo estará bien —recargó su frente contra la de Seung Min durante varios segundos.

—Me alegro.

Tras otro par de besos cortos, el más alto logró convencer a Seung Min de ir a descansar, tal vez cenar algo ligero y después dormir.

El mayor no volvió a ser Hyun Jin sino hasta que estuvo en el interior de su habitación, preguntándose en sus pensamientos cómo habían seguido las cosas del otro lado de la ciudad. Tratando de no pensar de más, le sugirió a su novio relajarse y darse un baño con agua tibia. No sin antes prometer que regresaría pronto, le dio un beso en la mejilla al castaño y bajó a buscar a su abuela.

Encontró a la dulce anciana en la sala, con la televisión encendida, viendo con cierta angustia una transmisión en vivo por parte del noticiero. Apenas podía creer que ella también había sido una víctima de Oisuled.

—Abuelita... —La llamó con voz tranquila.

—¡Oh! ¡Mi querido Hyun Jinie! —Con los ojos llorosos, la señora Hwang se acercó a su nieto tan rápidamente como pudo y lo abrazó—. Menos mal que ya estás en casa...

—Estaba preocupado por ti. ¡No sabía cómo sacarte de esa ilusión en la que te quedaste atrapada hasta que ya fue demasiado tarde como para volver! —Dijo mientras correspondía al abrazo—. Traje a Seung Minie conmigo, pasará la noche aquí. Trabajamos como un equipo junto a Crimson para detener a Oisuled.

—Según lo que vi en las noticias, ese villano resultó ser un hombre de treinta y cinco años llamado Kim Jae Joong. Tendrá que pasar un buen tiempo en la cárcel para pagar por todo el daño que causó —resumió mientras le devolvía al pelinegro su espacio personal—. Hicieron bien, Hyun Jinie. No puedo siquiera imaginar lo agotados que están ahora... ¿Quieren que prepare algo para que cenen antes de dormir?

—Yo estoy bien, gracias, abuela —sonrió—. Pero sí te agradecería mucho que pudieras prepararle algo pequeño a Seung Minie.

—Lo haré con mucho gusto —respondió antes de caminar hacia la cocina.

Hyun Jin soltó otro agradecimiento en voz baja y regresó a su habitación. Al entrar, escuchó el sonido de agua cayendo desde su cuarto de baño, por lo que pronto supo que su novio seguía en la ducha. Sin detenerse a pensar dos veces, decidió desvestirse en ese mismo instante y alcanzarlo.

Continuará.

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¡Gracias por leer! ✨ Espero que el fanfic siga siendo de su agrado, lobitos.

Héroe [HyunMin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora