everything I needed

Lucy

Eran las 9 de la noche y Tony ya estaba llegando. Mientras tanto Pepper estaba preparando la cena y yo la ayudé con la mesa. No hay mujer más dulce que ella. Es buena, tranquila, amable, se preocupa por mí. Necesitaba una figura materna que me demostrara que no todo estaba perdido después de lo que pasó.

Cenamos cuando llegó Tony, que fue alrededor de las 10, y le pregunté cómo había estado su supuesta misión. No me contó casi nada, y para tener un poco más de charla le conté lo que me pasó ese día.

—Probablemente tenías mucho miedo e inconscientemente comenzaste a correr más rápido. ¿No crees? —aseguró mientras cortaba la pata de pollo de su plato. Sabía que me iba a decir algo así. Intenté otra vez que mi subconsciente funcione otra vez pero no hubo caso— ¿Qué tienes? —preguntó al notar que ignoré su pregunta y concentré la vista en el tenedor.

Al no tener una respuesta mía, chasqueó los dedos en mi cara y reaccioné. No pude hacerlo, intenté pero no salió.

—Nada, intento que mi subconsciente haga algo como lo de hoy —argumenté—.

—¿Crees que podrías llegar a tener alguna habilidad sobrenatural Lucy? —cuestionó Pepper un poco preocupada—.

—No lo sé. Solo fué rara la situación de hoy —Tony rodó los ojos al escucharme decir eso—.

—Yo no lo creo —interrumpió.

Después de la cena me quedé pensando en intentar pero sabía que era difícil que pase otra vez.

«Tendría que ponerme en una situación como la de hoy para ver si funciona otra vez» pensé.

Me fui a dormir. No por el hecho de que estaba cansada sino porque al día siguiente tenía escuela.

Pasaron los días. Dejé el tema de mi habilidad supernatural y seguí con una vida cotidiana. Ya siendo el día 12 en Queens, las cosas avanzaron un poco. Me hice más cercana a mis nuevos amigos, comencé a tener tarea así que mi vida se hizo un poco más aburrida. Seguí viendo a Nat seguido, y a los Vengadores también. Me trataban como una hija, más que nada Thor y Steve.

No hablé mucho con Tyler y Nick, solo cuando estaban en mis clases. Tenía un poco de debilidad con Nick, por el hecho de que se parecía a Jacob. Este tema lo hablé con MJ y me contó algunas cosas sobre él.

—Oh no. Nick Grey no. Solía ser un drogadicto y estaba obsesionado con las chicas pelirrojas. Además se acuesta con cada chica con la que tiene un mínimo de charla con confianza. No te recomiendo ser algo más que amigos —aconsejó MJ. Lo bueno es que aquí todos conocen bastante a todos, así que puedo obtener un poco de información de alguien que me llame la atención.

Esto fue en la cafetería que estaba a unas cuadras de su casa. Conocí a su mamá un día que fuimos juntas a una feria. En ese momento, aún no había conocido su casa ni ningún miembro de su familia además de su mamá.

Salimos solo 2 veces porque la confianza completa no la tenemos todavía. Aunque sí le conté varias cosas sobre mí y lo mismo ella. Nunca salí con Peter y/o Ned pero me hice un poco más cercana a ellos.

Estaba en clases de matemática. No soy buena en ellas desde el año pasado, mi maestra no pudo dar clases entonces vino el suplente. No aprendí nada desde septiembre hasta marzo respecto a matemática, que fue el tiempo que estuve en la escuela el año pasado. A partir de abril dejé la escuela, por el hecho de que quería dedicarme a la actuación y tenía que elegir entre la escuela o ser actriz, por el tema de pagarlos. Mi mamá no podía pagar ambos así que dejé la escuela y seguí por otro camino. Desde abril a septiembre, que fue cuando pasó todo, estudié en una escuela de drama y teatro, más cinematografía, y todas las materias dentro del arte. Es a lo que me quería dedicar, era mi sueño más grande, y por fin mi mamá me apoyaba. Cuando pasó todo "eso", dejé de pensar en actuar.

La clase era aburridisima, estábamos en una parte de matemática la cual no entiendo nada en absoluto. Estaba sentada junto a Tessa Ross, una influencer la cual entiende menos que yo.

—¿Entiendes algo? —cuestionó Tessa susurrando. ¿Qué hacía hablándome a mí?

—Cero. No tengo idea de que- —estaba musitando una frase y la maestra nos miró—.

—Hay algo que quieran compartir con la clase, Ross y Stark? —interrumpió con una pregunta típica de maestros.

—No, profesora Cloud —contestó Ross, la verdad no había nada que compartir pero aprovechando la situación quise aclarar mis dudas.

—Yo sí maestra, no entiendo lo que acabas de explicar de los polinomios —informé. No acostumbro a hablar en clase pero no aguantaba más escuchar palabras a las que no les encontraba el sentido.

—Creí que eras inteligente como tu padre, Stark —argumentó. Eso me sacó de onda.

«Pero qué carajos te pasa maestra? Vete de la escuela si vas a ser así con los alumnos» dijo mi subconsciente.

De un momento a otro, la maestra no estaba más en el salón. Se había ido. Desapareció.

Todos estábamos en absoluta confusión. Solo se desvaneció y uno de los alumnos vió un auto salir del estacionamiento. Era la maestra Cloud, se estaba yendo y todos nos quedamos helados. Yo estaba pensando y pensando...

«¿Qué pasó? Otra vez?»

No fue una situación en la cual estuve bajo presión y peligro como la primera y última vez que me había pasado, pero funcionó otra vez. Ahora tenía testigos para explicarle a Tony y Pepper.

No planeaba contarle a nadie más que a ellos dos

Esa acción y situación de ese día se mantuvo en mi cabeza por el resto del día. No podía dejar de pensar en que hice que la maestra se vaya literalmente a su casa.

—Me estás diciendo que la maestra desapareció así porque sí solo por que tú pensaste que se vaya? —preguntó Tony en la hora del té. Intenté explicarle lo que pasó pero me creyó poco.

—Te lo juro. Está toda la clase de testigo... —justifiqué.

—¿Y a qué se debió esa situación? —no quería que pregunte eso.

—Pasa que no entendí algo de polinomios y le pregunté, y ella me dijo "creí que eras inteligente como tu padre, Stark" —imité la voz de la maestra un poco más sobreactuada. Tony me dio una cara de sorpresa y suspiró.

—¿No entiendes los polinomios? —cuestionó—.

—¡No es el caso ahora Tony! —alcé la voz. Da al caso de que a Tony no le gusta que no me vaya bien en la escuela.

—Bueno. Entonces te creo. Tendríamos que averiguar de dónde los sacaste —contestó mientras se levantaba de la silla roja de la punta.

—¿Cómo? —interrogué—.

—Tenemos que llamar a la policía de Argentina y hablar con Alice —contestó. No era una idea que me emocionara del todo, por el hecho de que tenía que volver a ver a mi madre después de todo.

—¿Cuándo? —pregunté—.

—Lo antes posible, yo te avisaré cuando —contestó.

Lo único bueno de ir a Argentina otra vez era ver a Stacy y ya, después no quería ver a nadie más ni interactuar con ese país.