Kushina había llevado a su rehén a uno de los lugares más místicos de Guatemala. La pirámide de sacrificio a los dioses Mayas.
En la cima de la estructura de la pirámide, se encontraba observando el ocaso, abajo, se encontraba el altar de sacrificios de los mayas, atado en la roca de sacrificios con cadenas plateadas, se encontraba un deshidratado y hambriento Hiroki.
Kushina creía haber capturado a la pareja del buscado príncipe, pero luego de preguntarle cosas para obtener información; resulta ser que no es la pareja de Akihiko, sino el padre del mismo.
Molesta, solo podía esperar a que eso no altere sus planes.
- Hermana, ¿cuál es tu deseo?- preguntaba una pequeña Karin a su hermana mayor.
Ambas niñas estaban recostadas en un llano, los pastizales verdes y el cielo azul hacían un contraste hermoso, junto al susurro del viento.
La pequeña Kushina pensó por un momento, y al recordar el como su padre fué encarcelado injustamente, y el como vivían día a día, robando comida para ellas y para su madre enferma, dijo:
- Quiero impartir justicia, a todos por igual.- con voz impregnada de deseo e inocencia, Kushina exclamó.- Quiero ayudar a todas las personas a hacer justicia, a los pobres que tienen que mendigar a los ricos, ¡quiero eleminar eso!, ¡todos somos iguales, y como personas debemos convivir en paz, sin guerra, sin muerte, un equilibrio!
La pequeña Karin se contagió de emoción, el sueño de su hermana mayor sonaba hermoso.
- ¡Y yo te ayudaré!- prometió la menor.
Kushina recordaba eso como si ayer fuese, pero han pasado siglos desde que jugó con su hermana. Ambas siguieron robando y rogando por limosnas; todo iba normal, hasta que, en un solo día, ambas hermanas entrando en la adolescencia recibieron dos devastadoras noticias.
1. Su padre había sido sentenciado a la horca. Ellas trataron de detener la muerte de su padre, Kushina trató de acercarse, pero siendo mujer fué fácil para los verdugos bloquear el paso de la joven, lanzandola al suelo o patear el cuerpo débil; pero llegó su salvador.
◇◇◇◇◇◇◇◇
- ¡Basta! Es una mujer.- habló un joven de cabellos rubios y ojos azules.
- Minato, no te metas.- habló un verdugo.
En lo que los verdugos estaban distraídos, Kushina corrió hacia su padre, pero fué demaciado tarde, su padre había muerto por un delito que no cometió.
Karin lloraba y gritaba, ella solo atinó a dejarse caer de rodillas mientras veía el cuerpo inerte de su padre colgar de la Horca.
- Lo lamento señoritas, pero deben irse a casa, es peligroso.- dado que el ocaso se estaba despidiendo para darle paso a la noche, era peligroso que las mujeres anden a esas horas por la calle.
El joven de cabellos rubios acompañó a ambas señoritas a su casa, donde la segunda mala noticia llegó; como si el destino no quiera separar a dos almas destinadas, su madre había fallecido, para darle alcance a su esposo en el mundo onírico.
El tiempo paso y el joven Minato estuvo apoyando a las jovenes, un trío de amigos; pero Karin sabía que sus mayores se gustaban, pero ambos tenían miedo de sus sentimientos.
Los tres entraron a la guardia, los 3 eran soldados entrenados, y al ver el talento de ellos, los soldados con poderes decidieron entrenarlos.
Minato desarrolló la velocidad y precisión en ataques, era llamado el Relámpago amarillo.
Kushina y Karin, ambas poseían el poder de las legendarias Cadenas de Diamante, aunque siendo jóvenes, solo podían crear cadenas de Platas.
Un día, atacaron al pueblo, el trío luchaba junto a sus compañeros, pero Kushina fué tomada como rehén.
- Bajen sus armas y sellen sus poderes, o matamos a la mujer.
Era la orden, claro que había que hacer un plan, pero Minato estaba desesperado, temiendo que dañen a su amada, haciendo honor a su título, llegó rápido y atacó de forma precisa. Salvando a Kushina y teniendo entre sus brasos a la mujer de sus sueños, bajo la luz de la luna y el susurro del viento, sus sentimientos salieron a luz.
- Tonto, ¿por qué expuso su vida?- preguntaba preocupada la joven pelirroja.
- Me gustas, no podía dejar que te lastimasen.
Desde ese día iniciaron su relación, con 25 años, Kushina tuvo a su preciado hijo, del hombre que la enamoró y la trataba con amor, y con su hermana menor.
Los 4 dejaron sus puestos como soldados y decidieron ir por el mundo, todo iba bien...
- ¡Minato!
El rubio fué atacado por una criatura gigante, un zorro espiritual de 9 colas, atravesó su enorme garra en el vientre del rubio.
Con una difícil elección, en sus últimos alientos, utilizó una técnica prohibida para sacar el poder espiritual de la criatura y guardarla en su hijo.
- No olvides que te amo, te amo y te amaré por siempre, nos veremos en la próxima vida.- fueron las últimas palabras.
Kushina estaba dolida, y rodeada de pequeños zorros que eran los plebeyos del ahora zorro de 9 colas reducido a 1 cola.
Kushina en un arrebato de dolor, y odio cegado, eliminó a toda criatura, sus cadenas pasaron de plata a Oro, y su cabello ondea en el aire como colas de fuego ardiente.
Los rumores corrieron y fué apodada como: el demonio sangriento.
Crió a su hijo Naruto junto a su hermana, y ambas fueron trabajando como asesinas.
Ellas querían ser personas de bien que haría justicia por igual, liberar a los pobres de la esclavitud era un deseo, pero la vida no es como se planea, ellas eran unas dulces niñas que querían salvar al mundo; pero terminaron siendo asesinas, y una de ellas murió en guerra.
◇◇◇◇◇◇◇◇◇
La razón por la que Kushina Uzumaki quiere venganza, es porque en esa guerra sin sentido, perdió a la ultima persona de su vida, su preciada hermanita.
La noche hizo acto de presencia, las estrellas y la luna en el firmamento parecian ser idénticas a esa noche donde Minato la salvó y le declaró su amor.
Bajo la mirada y pudo ver a un zorro de gran tamaño con 9 colas, como el que había derrotado su esposo en su último momento, donde perdió la cordura y su hermanita la trajo a tierra.
Junto al zorro, un lobo gris, el encargado de la guerra, el culpable de la muerte de su hermana, y el culpable de que su hijo se revelara.
- Bienvenidos al juego, Alteza, Kyubi.
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MI SALVACIÓN
RandomUsami Akihiko 26 años, un principe del siglo XX, poseia belleza, riqueza, estatus y podía hacer que cualquier mujer y hombre caera a sus pies. El problema es que Akihiko es un hombre codicioso, lujuriento. Un día trata de violar a un joven con mente...