MI SALVACIÓN

¿Hiroki?

Tsumori, senpai de Nowaki, un doctor rubio de ojos azules, era codiciado por las enfermeras. Todos lo veían como un Santo, pero lo que nadie sabía era que, Tsumori se prestaba para lo que sea, con tal de tener un fajo de billetes en la mano.

Y eso lo sabía perfectamente un pelinegro de ojos violetas, empresario y bañado en dinero, bajó de su pick-up marca Ford Platinun, iba vestido de forma elegante, una cadena de plata brillaba en su cuello y un reloj Seiko 5 en su muñeca izquierda.

Con paso elegante se hacercó a la recepcionista y con dulces palabras le habló:

- buen día, señorita, ¿podría ser tan amable de decirme donde se encuentra el doctor Tsumori?

La joven pelinegra de ojos café, quedó anonada por ver a tal empresario frente a ella. Y sin más dió la información.

- se encuentra en la habitación 2b.

- gracias señorita- tomó la mano de la joven y le depositó un beso en el dorso de la mano, y con paso elegante, se dirigió hacia la habitación.

Y ahí se encontraba, el rubio que le ayudaría con su venganza.

- Dr. Tsumori.

- buen día señor, ¿en qué le puedo ayudar?

- si, necesito información de alguien.

- lo siento señor, pero yo no doy información privada de mis pacientes- habló de forma seria el doctor.

- no es información de un paciente, es de un amigo suyo, que también es mi amigo.

- ¿quién?

- Hiroki Kamijou.

Eso sorprendió a Tsumori, Hiroki no era social a decir verdad, y que un tipo extraño llegue y diga lo contrario, era por demas decir que es sospechoso.

Tsumori iba a alegar, cuando un fajo de billetes de la denominación más alta, hacía su presencia frente a sus ojos.

- aquí hay 5,000 en efectivo, solo deme el número de teléfono de Kamijou y este dinero sera suyo, usted sabe que con esta pandemia usted necesitará recursos para alimentar y cuidar a su familia.

Tsumori no des-aprovechó la oportunidad e hizo el trato, como médico sabía los riesgo de una nueva enfermedad a la cual no hay cura.

- antes de irse señor...

- Kyo, Ijuuin Kyo.

- Ijuuin, no diga quien le dió este número.

- por supuesto que no, mi boca esta sellada.

Y hací se marchó con una sonrisa perversa en su rostro.

- "ahora aprenderás a nunca negarme nada Hiroki"- pensó mientras agregaba el contacto a su Whatsapp, y le enviaba una foto, donde Nowaki se besaba con una mujer rubia de atributos grandes.

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Misaki lavaba la ropa mientras Hiroki la tendía, Shinobu e Isaka se preparaban para ir a cosechar maíz, frijol y chile.

- ¿agua?

- listo.

- ¿herramientas?

- listo.

- ¿leche?

- ¿listo?, ¿para qué quieres leche?

- tú, solo empaca Shinobu.

Misaki le entregó una camisa a Hiroki para que la colocara bajo los rayos del sol.

Pero Hiroki ultimamente se cansaba y se mareaba seguidamente, y ese día no fue la excepción.