Ander.Su cara de confusión me hizo sonreír como un bobo. Verla pasar las manos por la sábana blanca de su cama y quedarse quieta como si hubiese visto un fantasma me daba la sensación de que no me esperaba. Pero luego la vi sonreír y mi sonrisa se intensificó.
—No tienes que decir nada —dije cuando noté que abría la boca para articular alguna palabra. —Si quieres que me vaya, puedo hacerlo.
Su gesto se puso confuso, pero no dijo nada.
—No, no —parpadea varias veces —. No es eso —se incorpora y me mira directamente a los ojos.
Joder. Su mirada es tan... Dios ¿Cómo podría describir lo hermoso que me estaba mirando justo ahora? ¿O lo estoy imaginando como estoy enamorado de ella?
Trago saliva y muevo un poco las manos hacia adelante para que note las dos tazas de té que sostengo. Ojalá y le apetezca porque si no quedaré como un estúpido.
—Espero que te guste el té.
Ella sonríe y no puedo evitar hacerlo.
Oh, Hanna, si supieras lo maravilloso que me haces sentir sin siquiera decir algo. Y tengo miedo por eso. Le temo a estos sentimientos que se han ido despertando aún más desde que regresaste.
—No tenía idea de que te gustara Everything about you. —dije cuando me acerco y ella toma una taza, rosándome un dedo.
—¿La conoces?
—Por supuesto.
—Es una canción que siempre me ha gustado y que se ha vuelto muy especial para mí después de...
Se detuvo, apartando la mirada. Sé que lo mencionaría, pero no quiero privarla de hablar sobre alguien que quiso mucho.
Le di un sorbo al té y dije:
—¿Thiago?
Me miró con suma rapidez, con los ojos bien abiertos. Sé que le duele recordarlo, le sigue lastimando su muerte.
—Puedes hablar de él conmigo, Hanna. Me gustaría conocerlo un poco más —sonreí con melancolía.
No lo conocí lo suficiente, pero estuve cerca de él y me agradó mucho. Lástima que aquella noche terminara así. Y todo por culpa de un error. Quizá todo hubiese sido diferente si nada de aquello hubiese sucedido realmente.
—No creo que sea lo adecuado —le dio un sorbo al té y apartó la mirada.
Su pelo rubio le caía por detrás los hombros haciéndola lucir de una forma que ponía realmente loco. Sus labios rosas pegándose a la taza solo me hacía pensar en una sola cosa...
—¿Por qué no? —aparté aquellos pensamientos —Te estoy pidiendo que lo hagas, de verdad que no me molesta.
—Ander, sobre lo de la otra noche... —empezó a decir.
—Tessa me contó que Thiago había querido ir a aquel parque algún día. Pensé que te gustaría ir allí. —Aunque ahora que lo pienso quizá haya sido un error—. Conocí a Tessa en el cementerio, una vez fui a la tumba de Thiago con Jeremy. Tessa se había quedado lejos de nosotros y me acerqué a ella, contándole cómo conocí a su hijo. Hablamos un rato —le di un sorbo a mi taza —, ella lloraba, y me contó lo del parque. Supongo que se le salió de repente porque me dijo cosas que le había gustado hacer a Thiago.
No dijo nada más. Solo se quedó observándome. Di varios pasos hacia la mesita de noche y dejé la taza al lado de una pequeña lámpara. Me acerqué a Hanna y la miré directamente a los ojos.
Los de ella se notaban un poco rojos, sus mejillas rosadas y sus labios mojados. Hanna es una chica preciosa, dolida por muchas cosas. Me gustaría poder hacer algo para que olvide todo el dolor que no la deja ser feliz.
—Quizá sea inapropiado, pero creo que este es el momento en el que te digo que estoy enamorado de ti, Hanna. No quiero perder el tiempo estando contigo sin que sepas lo que siento. No quiero que se apresuren las cosas, tampoco sé si sientes lo mismo, pero quiero decirte que podemos hablar de lo que quieras. Cuéntame lo que te molesta, lo que te hace feliz —di otro paso hacia ella—, lo que te pone triste, lo que te enfurece. Dime lo que quieras, pero no que debemos guardar distancia.
Sus ojos no se apartaron de los míos y sus labios no se movían por más que yo lo deseara.
Di algo, Hanna, por favor. Dime algo antes de que me dé la vuelta, cruce esa puerta y me arrepienta de todo lo que te he dicho. Aunque no quiero irme. No ahora.
—Ander...
—Tranquila —me acerque aún más a ella —. Entiendo si no sientes lo mismo —le susurré al oído, antes de mirarla directamente a los ojos—, pero quiero contarte que lo que siento es real.
Ya no podía contenerme. Ya no podía callar lo que sentía por ella. No quiero guardarme todo y que un día vuelva a irse sin saber todo lo que me hace sentir. No quiero perderla.
—Quisiera besarte justo ahora, Hanna.
Levantó su mandíbula y me miró directamente a los ojos, haciéndome sentir algo en le estómago. No sabía lo que era, por lo que empezó a preocuparme que me pidiera darme la vuelta y salir de su habitación. Pero mis labios se entreabrieron para decir:
—¿Y qué te impide hacerlo?
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Después de ti © #2
Roman pour AdolescentsTras pasar los años de la partida de Thiago, Hanna aún no había podido superar a aquel chico que se había convertido en mucho para ella en tan poco tiempo. Su amor por él estaba más vivo que nunca. ¿Cómo podía olvidar a alguien que la había hecho s...