Capítulo Cuatro

2.9K 219 129
                                    

Hanna Jones

Lloraba en el hombro derecho de Ander mientras él me decía aquellas cosas. Unas cosas que me daban ganas de lanzarme al suelo a llorar o salir corriendo de allí; ir a mi antigua habitación en casa de papá y encerrarme a llorar como lo hacía cuando era una adolescente. Ahora lloraba porque mientras Ander decía aquello, yo solo pensaba en Jeremy. En que él pudo haber sido este chico que ahora está aquí consolando a esta chica rota por dentro.

Pero no.

Me aparté de él y comencé a secar mis lágrimas. Él me miró con una mirada triste y los labios rosas en una línea fina. Esos ojos no se apartaban de mí.

-Lo-lo siento-dije tartamudeando, dejando salir un sollozo.

-¿Por qué exactamente te estás disculpado?-dijo, y me dejó sin palabras-¿Por llorar?

Asentí con la cabeza.

-Por llorar no se piden disculpas. Discúlpate por no permitir que estén a tu lado en ese momento.

-Siento el ser una tonta y estar llorando en frente de ti.

-No te disculpes, Hanna. ¿Ya te sientes mejor?

Asentí una vez más-Sí. Gracias-alejé las manos de mis ojos y observé su hombro derecho. Su camisa estaba toda mojada por mis lágrimas-. ¡Ay no!

-¿Qué sucede?

-He mojado toda tu camisa con mis lágrimas-señalé el lugar con una mano.

Él observó su hombro derecho y colocó una mano allí para tentarlo.

-No importa. Soy afortunado de que alguien cómo tú llore en mi hombro.

Sonreí-Eres cursi.

Y muy lindo.

-¿Está mal serlo de vez en cuando?-hizo un gesto como si se disculpara y no pude evitar notar lo apuesto que es. Noto como si sus ojos grises brillaran cuando me mira.

-No- sonreí y él hizo lo mismo.

-¿Y si volvemos al coffee?

-Oh, Dios, sí. ¿Qué pensará mi padre?

-Vamos-dijo, sujetando uno de mis hombros y nos dispusimos a caminar.

***

Estábamos sentados en una de las mesas del coffee celebrando el cumpleaños de papá. Adoro verlo reír tanto. Nunca lo había visto reír así después de la muerte de mi madre. Y verlo de esta manera con unos chicos más jóvenes que él, es asombroso. Le había dado una mordida al pastel y ya le había ensuciado la nariz de glaseado blanco, sin importar las veces que se resistió para que no lo hiciera.
Amo su risa ronca.

Me encontraba sentada a su lado con el codo de mi brazo derecho apoyado en el espaldar del asiento y mi puño al lado de mi cabeza mientras lo observaba contándonos una anécdota de su adolescencia.

Acerqué un dedo a mi platillo con pastel y lo lamí con glaseado, volviendo a mi posición de antes.

-Y lo que vino después fue un beso de tu madre-me dijo aún riendo. Ander y Jeremy reían a carcajadas. Yo sonreía y Thiago pasó por mi cabeza. Oh Thiago Miller-. Eramos solo dos adolescentes en busca de diversión en el instituto- continuó mi padre.

No pude evitar sonreír ante lo que había dicho. Papá volvió a tomar una de sus papas fritas al lado del resto de una hamburguesa y la llevó a su boca untada de ketchup. Miré hacia los dos chicos en frente mío y los ojos grises de Ander me observaban atentamente. Su mirada está perdida y siento la curiosidad de saber en lo que está pensando.

Después de ti © #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora