Capítulo Ocho

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Masson Miller

Cuando empujé la puerta de su habitación me encontré a la chica rubia con una pierna fuera su ventana. Mi gesto se arrugó dudoso, mientras trataba de procesar lo que estaba haciendo.

—¿Hanna? —Su nombre salió de mi boca sin siquiera pensarlo.

Ella me miró con sorpresa antes de agachar la cabeza y cruzar al otro lado. Noté que miró hacia abajo y sonrió antes de volver a mirarme.

—¿Qué estás haciendo? —di dos pasos dentro de su cuarto, luego me acerqué a la ventana con rapidez, pero ella se apoyaba de algo y la cerró con prisa.

Noté a un chico que observaba hacia mí y abrí la ventana.

Hanna derribó una escalera de madera que se apoyaba de la pared y luego corrió hacia el chico.

—Hanna—volví a gritar su nombre.

—Vámonos—le dijo al chico vestido con camiseta verde y jeans oscuros, empujándolo por los brazos hasta que se dio la vuelta mientras le extendía una mano.

Hanna la tomó y ambos empezaron a correr por la carretera.

Mierda.

Bajé las escaleras con prisa. Mi tía y el señor Jones seguían en el sofá y hablaban de algo que no lograba entender.

Tessa abrió aún más sus ojos cuando llegué a la sala.

—¿Qué pasa?

—Hanna se ha escapado.

—¿Cómo? —El señor Miller se puso de pie con preocupación.

—Sí. A salido por una ventana de su cuarto, usando una escalera.

—Pero ¿Cómo que se ha escapado? ¿A dónde?

—No lo sé, señor. Se ha ido con un chico pelirrojo, quizás sea su novio.

—No, no. Mi hija no sale con nadie. Y si así fuera, su novio debería estar en Londres—. Mira la mesita del sofá, pensativo, antes de volver a mirarme—. ¿Con un chico pelirrojo, dices?

Asiento con la cabeza y miro a Tessa.

El señor Miller sonríe, con alivio.

—Debe ser Ander.

—¿Ander? —Pregunta mi tía.

—Sí. Un chico que conoció la noche que murió tu hijo. Es muy buen amigo de Jeremy.

—¿Jeremy?

Él me mira.

—Jeremy es otro amigo.

—Cosas del pasado que no debemos recordar.

—No te pido que pienses en lo ocurrido, Tessa. Eran unos chicos muy jóvenes en ese entonces.

—Mi hijo también.

Tomé mucho aire y me dispongo a decir algo antes de que la noche empeore.

—Señor Jones, creo que debería llamar a su hija para que confirme si es el chico que dice.

—Claro. Eso haré—dijo, metiendo su mano en un bolsillo de sus pantalones, muy apurado.

Los minutos empezaron a correr y Hanna no contestaba el celular. ¿Y si no es el chico que el señor Jones dice que es? No puedo evitar sentir curiosidad... Quizás me estoy preocupando por esa chica problemática cuando no debería. Arruina la cena, ¿y ahora se fuga de la casa? ¿A qué está jugando, exactamente?

Después de ti © #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora