Hate Me [JK]

2: Bad Romance

Jungkook

No era la primera vez que había pasado por algo así. Hace años, la retorcida imaginación del personal de la empresa me había empujado a una estúpida escena similar, tan solo para iniciarnos en el hip hop en un país extranjero, que manejaba un idioma desconocido. Estaba aterrado y confundido, pero era diferente. Era un niño, había cámaras ocultas que si bien me hicieron sentir estúpido, apañaban un sitio seguro. Además, no me encontraba solo. 

Pero ahora, a los veintiséis años estaba seguro de que no había cámaras escondidas en la habitación. Aquella chica de ojos claros me había secuestrado, realmente.

Y ¿la peor parte? estaba solo.  

No era un niño, pero estaba asustado. 

Tiro mi cabeza hacia atrás, causando que los mechones largos de mi cabello oscuro se aparten de mi rostro y caigan a un lado. Intento aclarar mi mente. 

Había salido del estudio despues de una agotadora práctica, solo queria llegar a casa pero había optado por caminar ya que no estaba muy lejos del estudio y el mal temporal había despejado las calles, así que podía disfrutar de una tranquila caminata ya que, despues de que la fama alcanzara un pico alto en mi vida, aquel era un sencillo privilegio al que no podía acceder con facilidad. Me había colocado la capucha del hoodie oscuro y una mascarilla negra, creyendo que así podría pasar desapercibido entre personas que me conocían y paparazzi. No tenía idea que ellos eran las ultimás de mis preocupaciones.

Tan mala decisión. 

De momento a otro todo se había vuelto negro y al despertar, estaba atado a una silla con esa mujer parada frente a mi observándome. Su cabello era corto sobre los hombros, lacio y café. Estaba completamente vestida de negro, y llevaba tacones altos. 

Su forma de caminar sofisticada, la ropa de diseñador y los objetos caros de la habitación.

¿Estaba en manos de una niña rica? Sin embargo, había algo en su forma penetrante de mirar y su gélida postura que expresaba aires de poder. 

¿Dónde me había metido? Necesitaba escapar de inmediato. Tenia que solo salir de la casa, podía pedir ayuda a cualquier persona, me reconocerían fácilmente, todos en Corea lo hacían.

A menos de que no me encontrara en Corea. 

Sus rasgos eran occidentales, pero su coreano era impecable. 

¿Cuánto había estado inconsciente? 

La desesperación vuelve a golpearme con ferocidad y continuo forcejeando las ataduras para liberarme. Me detengo cuando no consigo nada más que causarme daño en la piel. No estaban tan ajustadas, pero si eran demasiado firmes. Cuando decidí relajarme para intentarlo con calma usando la cabeza, mi piel estaba tan sensible que el dolor me lo impidió así que me enfoque en otra opción y evalué toda la habitación.

No había demasiadas cosas, pero de simple no poseía nada. Las paredes eran negras y el techo era gris, liso. La enorme cama en el centro hacía juego, con un enredón oscuro y almohadas que iban de tonalidades negras hasta un claro gris. Dos mesas de noche negras de estilo moderno con veladores blancos. Un sofá de cuero pequeño en un extremo junto a lo que podría ser un ventanal cubierto por una cortina lisa de color blanco, y otro largo justo frente a la cama. Ambos oscuros, siguiendo el estilo de toda la habitación. 

Tres puertas.

Por deducción asumí que una era la puerta de entrada y salida, porque ella la había cruzado al irse. La otra se podría tratar del baño, una habitación como esta estaba definitivamente equipada con un baño personal y la otra, podría ser un closet.