21: Confession.

12 3 0
                                    

Catae

¿Cómo una imagen tan hermosa podía generar una oleada de tantos pensamientos terribles?

Lo veo moverse, de un lado a otro concentrado en las acciones de sus manos. Los músculos en su espalda se marcan a través de la camisa de mangas cortas blanca y sus brazos se estiran para alcanzar los elementos que necesita para preparar el desayuno.

Después de que la señora Oh aceptara tomarse un descanso, Jungkook se había apropiado de su cocina. 

No tenia objeción porque me gustaba verlo cocinar, pero mientras más lo veía, me era imposible no sentir que todo podía arruinarse de un segundo a otro.

Es fácil entrar en contacto con la sensación de que algo era tan perfecto que asusta, porque estamos acostumbrados al desastre y al dolor. Éramos seres ansiosos, generando o esperando el caos. Normalmente ese miedo nos volvía creadores de esos escenarios.

En otra circunstancia, solo trataría de evitar pensar en eso pero mi situación era diferente, porque sabía que en este juego uno estaba obligado a perder. De forma contraria, lo haríamos ambos y no había nada bueno de eso. Tenia un objetivo, que era hacer que él ganara, por muchas ganas que tenia a veces de ser completamente egoísta y pensar solo en mis propias necesidades. Debía mantenerme fuerte y darle todas las herramientas necesarias, liberar su camino.

Aunque al final, sea la causante de todos los males en su vida. La creadora de todos los malos escenarios que esto podía llegar a tener. Tenía miedo, incluso aunque había aceptado mi propia derrota, temía al día en que eso sucedería.

Porque iba a perderlo y no quería hacerlo. ¿Por qué? porque lo amaba.

Al segundo día lo amaba, y eso era lo mayor que pude atrasar ese sentimiento.

Porque en realidad lo había amado desde antes de tenerlo físicamente frente a mi. Ahora, después conocer todas esas partes de él estaba segura.

Lo amaba, maldita sea. 

Y no podía decirlo por mucho que mis entrañas me gritaran por ello. Él pensaría que estaba loca -aunque ya lo hacia- era muy prematuro. No quería asustarlo o abrumarlo con estos sentimientos. Podría sentirse confundido y no planeaba alimentar aquello.

Pero no estaba segura cuanto podía guardarlo.

— ¿En qué piensas?

Sus palabras me atraen de repente fuera de mi mente, él me da una pequeña mirada antes de seguir concentrado en el desayuno.

— Nada.

Respondo inconsciente, una respuesta automática.

Jungkook se detiene y deja las cosas en la mesada para voltear a verme y enarcar una ceja.

— Nada que quiera compartir contigo.

Corrijo entonces, con honestidad.

La mirada de advertencia crece en los oscuros ojos de Jungkook, pero no me dejo intimidar.

La noche anterior habíamos tenido otra larga sesión de sexo donde a él se le daba muy bien tomar el control. Por supuesto que no era muy complicado porque podía fácilmente ceder ante él, era la única persona con el poder de debilitarme. Pero de igual forma me gustaba jugar y no se la daba con tanta facilidad, porque era divertido explorar nuestros limites y molestarlo.

Era una jodida brat con él y me encantaba serlo.

— Termina el desayuno, vamos. Tengo hambre.

Hate Me [JK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora