Hate Me [JK]

34: Always

JUNGKOOK

El grito de Catae invade todo el cuarto, luego del sonido del arma siendo disparada.

Un dolor punzante comienza a sentirse en un punto especifico de mi adolorido cuerpo, causando que toda mi atención vaya a ese sitio en donde por inercia acerco mi mano y siento el liquido rojo tocar mis dedos.

Elevo la mirada al hombre que había disparado y observo como su rostro se contrae con preocupación, pero rápidamente voltea a la chica que empuje a un lado y eleva el arma a ella, con la intención de terminar el trabajo. Pero es ella mas rápida y aprovecha que esta en el suelo para en un rápido movimiento con su pie hacerlo caer. Como una ágil y elegante felina se abalanza sobre él, subiéndose a su pecho donde empuñando algo similar a un fierro puntiagudo lo clava sobre el ojo del tipo, desarmándolo y quitándole la pistola para terminar ahora ella su propio trabajo.

— Mi amor ¿estas bien?

El dolor aun es tan agudo, punzante y profundo. Había recibido golpes, entrenando e incluso esa noche pero el de la bala atravesando mi piel era diferente a cualquier dolor que alguna vez había experimentado. 

Asiento, comenzando a ponerme de pie con su ayuda. Ella parece demasiado preocupada y toca acerca de mi herida, buscando averiguar la gravedad, Tomo su mano deteniéndola.

— Catae, estoy bien. Aunque duele como el infierno.

Usualmente me cree, pero está tan preocupada que escapa de mi agarre y hasta que no analiza por si misma mi herida, no se detiene.

— Mierda, te dio pero dado el punto no es demasiado grave. Podía haber sido peor.

Se aleja y con urgencia sin perder el tiempo toma un pañuelo de tela negra que esta en la habitación y envuelve la parte baja de mi pierna, haciendo presión y haciendo que gruñera de dolor.

— Hay que salir de este lugar.

Menciono tratando de ignorar el dolor. Salir de ese lugar con vida era el objetivo.

Mira a su alrededor viendo el caos que causamos, o más bien, ella causo ya que jamás había notado lo sanguinaria que era y como ni siquiera parecía inmutarse ni dudar antes de arrebatar una vida. 

— Sí, vamos. 

Toma mi mano y se mueve, pero antes de ir a la puerta se asegura de tomar algunas armas y cargarlas. Toma dos y me entrega una. 

Sabía lo segura y fuerte que ella era, pero verla esa noche moviéndose con tanta familiaridad, atacando de forma tan exacta, siendo tan fuerte y salvaje. Era como conocer otra parte más de ella.

Y no, no me asustaba ni me desagradaba.

Esos tipos iban a matarnos.

Miro al tipo aun colgado y con los órganos que no estaban sobre el suelo, colgando de su mutilado cuerpo, antes de salir de esa macabra habitación.

— Si las cosas van bien, Marco se encargó de los tipos de afuera. Pero viene la parte más difícil. Hwang debe estar con el secretario Yang, no es un tipo fácil. Ninguno de los dos lo es, en realidad. Ellos sí saben pelear. Así que debemos evitar pelear con ellos.

Me informa mientras caminamos alerta a través del pasillo.

Caminar duele, pero evito hacer muecas al respecto. Podía soportarlo, sin embargo a pesar de mis esfuerzos, no puedo evitar ser algo lento. Catae lo nota y pasa su brazo por el mío, ayudándome con un brazo y aferrándose al arma con la mano libre.