6: Kill 4 me

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Catae.

—¡¿Usuario y contraseña de tu cuenta bancaria?!

— ¡Eso es trampa!

El chico protesta pero se dispone a tomar el pequeño vaso que le extiendo para llevar el contenido directo a sus labios y beberlo de un trago a causa de la nueva regla del juego: beber un shot de soju en el caso de que nos neguemos a responder con sinceridad una pregunta. 

No evito reír, porque el alcohol habia elevado las barreras que racionalmente me inhiben y solo me dejaba llevar por las emociones que me invadían sin molestia. 

— Si tuvieras que elegir solo uno ¿Preferís, perder las dos piernas o los dos brazos?

— Ninguna.

— Tienes que elegir solo  uno. Definitivamente eres una tramposa.

Le saco la lengua pero dejo que me sirva un shot de soju y lo acepto, sintiendo el suave ardor del alcohol bajar por mi garganta.

En el momento en que habíamos dejado el daikiri de frutilla, habia aparecido por la puerta cargando algunas botellitas de soju para hacer el juego más interesante. No costó mucho convencer a Jungkook, después de todo, las repetidas copas del dulce liquido teñido de rojo comenzaban a relajar su cuerpo y su mente. Sin embargo, ambos teníamos una fuerte resistencia al alcohol, porque lo ingeríamos de forma tranquila y entre comidas. Porque sí, el tiempo corría como si de una maratón se trataba y ya habíamos pasado un largo rato en la piscina, por lo tanto la Señora Oh nos había servido también un delicioso almuerzo el cual aceptamos sin dudar.

— ¿La comida no se siente demasiado genial con el alcohol? Es como si multiplicara las sensaciones. Creo que estoy enamorada de este pollo, iria a Las Vegas y me casaria con una enorme porción. 

Confieso observando con total devocion la porcion de pollo frito que sostenia en la mano frente a mis ojos antes de llevarlo con lentitud a mi boca y disfrutar de la explosion de sabores con los ojos cerrados.

Los abro escuchando una suave risa y me encuentro con la escena más hermosa del mundo: el rostro de Jeon Jung Kook iluminado, en vivo y directo.  

Él habia sido bastante duro hasta ahora, se habia esforzado en mantener su dureza en mi presencia. Lo sabía porque había visto por las cámaras como durante mi ausencia recorría la casa entera con curiosidad palpable y entusiasmo. Como soltaba alguna pequeña sonrisa mientras no estaba cerca. Pero ahora, justo en ese momento después de tanto intentar obtener un poco de aquello durante un estúpido juego, había conseguido que se relajara lo suficiente como para por un segundo hacerlo olvidar sobre quién era yo, su jodida carcelera. 

Y ahí estaba, frente a mi el cuadro más hipnótico que mis ojos habían observado alguna vez. Tanto que mi mirada delató mis pensamientos, alejándome de una patada psicológica de aquella alegría fugaz en su rostro. 

Volví al juego con rapidez para recuperarlo. Aquel pasatiempo sobre preguntas siempre me habia gustado, era una divertida forma de pasar el rato y conocer a la otra persona. No solo escuchando lo que decía, sino evaluando la forma en la que lo decía, su tono de voz, sus expresiones faciales y corporales, la forma en la que desviaba la mirada, denotaba el grado de efecto e importancia que las cosas tenían sobre él y su vida.  

Le habia puesto fecha de caducidad a su estadía, porque pensé que lo necesitaría, como un golpe de esperanza. No estaba segura de eso, pero lo habia dejado salir de mi boca y como esclavos de nuestras palabras, estaba obligada a cumplirla aunque me resultara difícil, aunque el tiempo no fuera lo suficiente para mi. Era demasiado para él.  

Saber sobre su ultima relación había sido interesante porque aún arrastraba el fantasma de los sentimientos, a pesar de que había sucedido hace mas de seis meses. La misma razón me molestaba un poco así que intente evadir esos pensamientos celosos que cruzaron mi mente, ya que era injustificado y no tenia sentido. Él era una persona y había amado, odiado, llorado por otras personas en el pasado, entonces ¿Por qué eso me molestaba? porque no era yo.

Hate Me [JK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora