Hate Me [JK]

22: Enemy

Jungkook

Sus palabras me descolocan más de todas las cosas locas que dijo hasta el momento. Sin embargo, miro sus ojos en busca de algún tipo de señal de broma o algo. Pero obviamente no encuentro nada más que seriedad, porque ella siempre decía esas cosas de verdad.

— ¿Lo mataste?

Mi voz ni siquiera sale firme, tal vez porque no quería hacer la pregunta o era sobre la respuesta. 

— Le disparé, directo a la cabeza. Quería hacerlo de otra forma, pero no quería perder tiempo con él. Tiempo que quería usar para estar cerca de ti porque no estabas bien.

Sus palabras cargan tanta honestidad como frialdad. Era como si estuviera hablando de cualquier otra cosa cotidiana, no de asesinar a un hombre.

Pero después de todo, era cotidiano para ella.

Recuerdo al doctor Ahn, lucía como un tipo de cuarenta años. Su mirada, el reconocimiento y la inquietud invaden mi mente. La forma en la que parecía dudar, pero había acatado las ordenes de Catae y jamás había intentado nada. También recuerdo el anillo en su dedo.

Estaba casado ¿tenía hijos? probablemente. Hijos que ahora no tenían un padre.

— ¿Por qué?

— Sabes porque.

Mi respiración no esta bien, por alguna razón el oxigeno parece volverse espeso.

¿Había matado a un simple doctor solo porque yo había sido su paciente? Eso no estaba bien.

— Entonces es mi culpa.

El ceño en su rostro se profundiza.

— ¡No! no me refiero a eso. Es mía, yo lo mate.

— Si no me hubiera sentido mal, si no fuera por mi, él estaría vivo.

El remordimiento me asfixia, apenas soy capas de tolerar la oleada de esas emociones que me invaden. Ella le había disparado, pero era por mi, era mi culpa. Eso no estaba bien.

Mis piernas se sienten débiles y mi cuerpo pesado. Entonces la castaña toma mis hombros sosteniéndome con urgencia, y me sacude un poco haciendo que la mirara.

— ¿Por qué estas asumiendo la culpa? Justificas mis malas acciones, asumes la culpa cuando claramente fue mi decisión y dejaste de intentar escapar hace tiempo. Esto no parece correcto.

Sus palabras parecen ser difíciles de asimilar, así que me lleva más tiempo de lo usual, pero las siento penetrar lentamente en mi respuesta cerebral. Aquello sonaba cierto, todo, incluso lo ultimo. Algo no estaba bien.

Pero ¿no era eso lo que siempre quiso? ¿por qué parecía querer darme razones para odiarla de nuevo, cuando todo el tiempo se había esforzado en que empatizara con ella, en que la conociera?

¿A qué clase de juego estaba jugando ahora? 

Había dicho que me amaba y le había abierto mi corazón de alguna forma, y ella solo me había arrastrado a esa cripta para mostrarme lo que decía ser. Toda esa ansía de poder, esa ambición que parecía guiarla ciegamente.

En la industria en la que estaba había sido testigo muchas veces de lo intensa que podía ser la ambición de poder. Una vez que te poseía, consumía todo y no había forma de que alguna vez fuera suficiente.

De alguna forma estaba metido en eso también, así que entendía esa sed de querer más y más y lo vacío que a veces se sentía.

Así que quería comprenderla y no podía evitar justificar sus acciones.