18: if u don't know

25 4 1
                                    


CATAE

Cinco días había estado fuera y estaba desesperada. Otra vez.

Me había divertido mucho en Australia. Disfrutaba esas pequeñas vacaciones lejos de todo el lado oscuro de mi vida, teniendo a mis mejores amigas cerca, a la única familia de mi antigua vida que aún mantenía. Estaba feliz por Sofi y por Lay, ellos se merecían. Estar cerca de Mar era agradable, y aunque no era tan habladora, convencerla -o mas bien forzarla con insistencias- a compartir su vida, era agradable. Como los viejos tiempos.

Normalmente se sentiría refrescante, pero ahora, la distancia me torturaba.

No me había dado cuenta que tanto dependía de su cercanía o que tan rápido me había acostumbrado a ella, hasta que estuve lejos de él. Así que cuando entre de nuevo en mi casa, me apresure a la habitación. Pero no lo encontré ahí, ni en la mía. 

Estaba muy ansiosa, sin embargo ¿qué pensaba hacer cuando lo encontrara? habíamos peleado antes de irnos. Incluso lo había golpeado. Maldita sea, no había sido fuerte pero no tenia ningún derecho a tocarlo de esa forma y lo había hecho. Pensé que había dejado mis problemas de ira atrás, pero tal vez tenía que volver a terapia.

Eso no me emocionaba, pero no podía ir por ahí sucumbiendo al miedo y digiriéndolo con enojo.

Tal vez debía comenzar con disculparme sobre lo que había hecho.

Recorro las salas impacientemente, comenzando por la de juegos ya que se pasaba la mayor parte del tiempo en ese lugar o en el gym. Pero no lo encuentro.

Bajo las escaleras de nuevo ¿la cocina? pero cuando estoy por entrar escucho un sonido inconfundible proveniente del patio interno de la casa.

Mi cuerpo se relaja cuando lo veo. Lleva una remera negra, bastante suelta y con un estampado demasiado simple de Calvin Klein. Unos shorts oscuros y las manos vendadas. No está solo, Marco esta frente a él bebiendo agua, vestido completamente de negro como es usual.

Ese hombre en serio no tiene otro color en su guardarropas.

No me sorprende que esté con él, porque lo había dejado para que lo protegiera, incluso después de escuchar sus constantes insistencias en desacuerdo. Lo sorprendente era, que el hombre de mi vida estaba riendo ante su compañía.

Eso era extraño. Pero, ¿realmente me sorprendía? Viendo al coreano-italiano puedo visualizar en su cuerpo que esta bastante relajado, cuando a su alrededor y el de la mayoría de la gente, siempre optaba por una postura tensa o alerta.

No, no debía sorprenderme. Jeon Jung Kook poseía algo en su forma de ser, era cuestión de conocerlo un poco para que pudiera agradarte. Marco, tan exigente y cerrado, no era la excepción a sus encantos.

— Podía haber ido por ti al aeropuerto.

Marco es el primero en dirigirme la palabra, ni siquiera me mira para hacerlo. Él tendía a hacerlo, seguir con  lo suyo sin necesidad de demostrar desde hace cuanto estaba consciente de tu presencia en el lugar. En algún punto, había adoptado el mismo hábito.

— Oh Se Hun hace bien su trabajo y confió en él.

Mi secretario y jefe de seguridad finalmente me mira, haciéndome notar su mueca de desacuerdo.

No era como si el hijo de la Sra. Oh no fuera de confianza, incluso era extremadamente bueno en defensa y seguridad; era simplemente que Marco no confiaba en nadie más que él mismo para hacer su trabajo, pero de la misma forma, yo no confiaba en nadie más que él para cuidar al joven en cautiverio que mantenía en mi casa.

Hate Me [JK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora