Marcas
..."—Nos volveremos a ver, Megumi Fushiguro"
Escuchó esa voz resonar en su mente, había sido una pesadilla, pues su cuerpo se puso recto al instante manteniéndose en aquella cama. Estaba muy confundido y algo adolorido, pero al ver a su alrededor, la tranquilidad se apoderó de él.
"Solo es mi habitación"
Se dejo caer en su cama nuevamente, no sabía cuánto tiempo había transcurrido desde lo ocurrido en la cárcel, pero por la magnitud de sus heridas, quizás unos pocos días, ya que casi no sentía dolor.
Miro hacia la ventana y noto la oscuridad de la noche acompañada de las luces tenues de linternas cercanas, al menos no estaba tan oscuro, suspiro buscando una posición cómoda, hasta que reparo en la puerta de la habitación.
"¿De nuevo?"
La misma yacía abierta de par en par y claro, el típico escalofrío no tardo en recorrerle el cuerpo alertando cualquier atisbo de movimiento o estimulo que declarará la presencia de alguien no deseado.
Ni el mismo Fushiguro comprendía la posibilidad de que fuera algo sobrenatural, pues antes no sucedía, quizás se trataba de alguien sin oficio que intentaba gastarle una broma, —y una de mal gusto si le permiten admitir— parecía que la duda pesaría mas que el intento de resolver el problema.
Con cuidado, se puso de pie y caminó hasta llegar al marco de roble oscuro, su vista se dirigió a un extraño pedazo de tela que descansaba en el suelo, se agachó y lo recogió, al darle vuelta recordó que se trataba de lo que el pelirosa había rescatado de aquel cuerpo destrozado.
"Itadori"
Era cierto, no se trataba de un sueño, aquel amargo momento había sido una completa realidad. Decidido, se adentro de vuelta y cerro con seguro, al amanecer iría a la casa de aquella mujer a entregarle eso, es lo que su amigo hubiera hecho.
Con su cuerpo acomodado en la cama, cerro los ojos y su respiración adquirió una calma propia de quien yace en un sueño profundo.
Bajo el manto de la noche, con la única compañía de algunas estrellas, la luna cada vez abandonaba el espacio que solo le proporcionaba el sol durante su descanso, despidiéndose de aquellos traviesos que bajo el sobrenombre de osados, madrugaban a la espera del amanecer.
Y asomándose en el horizonte, los rayos del sol tocaban cada sombra que fracasaba al escapar de la luz, envolviendo todo el lugar con su caluroso brillo, lentamente el cielo comenzaba a adquirir su característico color naranja que se removía dando paso al tan conocido azul.
Las aves llevaban consigo sus tonadas mañaneras despertando a quienes tuvieran un sueño liviano, entre ellos, cierto pelinegro que descansaba tranquilamente en la comodidad de su habitación.
Sus párpados se abrieron con cuidado, cerrándose casi al instante y repitiendo la acción hasta que sus ojos se acostumbraron al brillo de la mañana. Observó el techo de su dormitorio por unos segundos, luego se incorporo para estirarse, un bostezo involuntario le empaño los ojos brevemente y al mirar la puerta, su tranquilidad cayó como halcón en picada.
"¿Cómo es que esto sigue pasando?"
Negó decepcionado, ya no sabía si sentir miedo o solo acostumbrarse a ello. Se puso de pie y tras cerrar la puerta, continuo hacia el baño, necesitaba una larga ducha que le hiciera olvidar todo por unos momentos.
ESTÁS LEYENDO
Nocturnal <(HIATUS)>
FanfictionLas noches de Megumi eran tranquilas, lo eran, pues repentinamente, una visita que no era bien recibida comenzó a acompañarlo en la oscuridad.