Nocturnal <(HIATUS)>

X

Parálisis

...

Sonido tras sonido, la sinfonía nocturna daba inicio en la oscuridad del silencio, aquello hacía que la noche se volviese atractiva porque no solo verla es notar el universo, si no que oírla es como tener un hermoso piano siendo tocado por las finas manos de un artista.

Nadie se salvaba del arrullo de semejante evento, el anochecer ya era un acto de magia acompañado del alba y la oscuridad que a muchos llega a asustar, resultaba en el inicio de una vista magnífica al cielo y las estrellas.

Pero claro, no todo siempre es tranquilidad, porque a pesar de que la noche tiene su lado inocente, también tiene su lado oscuro, aquel del que muchos se aprovechan.

Ajeno a su alrededor, Megumi descansa en la comodidad de su cama, enrollado en un sueño profundo y con la respiración en calma de repente su cuerpo se remueve entre sueños haciendo que su posición cambie y terminé boca arriba.

Por momentos todo se mantiene normal, él sigue en la misma posición, siendo que ahora la leve luz que entra por la ventana le da en el rostro. Frunce el ceño y lentamente empieza a pestañear.

Al inicio su visión es borrosa debido a que ha estado dormido durante un tiempo considerable y sus ojos buscan acostumbrarse a la poca iluminación, algunos mechones le molestan en el rostro por lo que piensa en removerlos de inmediato.

Más toda acción queda presa en su mente, no sabe por qué pero repentinamente nota que algo anda mal, quizás aún no está despierto del todo y por ello no nota lo que sucede.

Cuando intenta mover su mano y repara en que la misma no se movió de su lugar, cae en cuenta de lo que le estaba pasando.

"Mi mano... ¡No puedo moverla!"

Intenta calmarse haciéndose creer que se durmió sobre el brazo y por ello no puede moverlo, pero cuando trata de mover sus piernas y estás no le responden, le fue difícil evitar el pánico.

"¿Qué pasa? ¿Por qué no puedo moverme?"

Sus ojos comenzaron a moverse a los lados notando por primera vez que su habitación era realmente oscura y que casi no alcanzaba a ver nada. Su respiración se aceleró al igual que los latidos de su corazón, el silencio tan solo le causaba malestar, parecía ser la calma antes de la tormenta.

Podía sentir el sudor recorrerle el rostro, estaba asustado, no sabía qué sucedía y aunque trataba de atribuirlo a una pesadilla, él sentía que todo aquello era muy real.

Intento forzar la vista para ver hacía la puerta y descubrió que la misma estaba abierta. Un escalofrío recorrió su cuerpo de pronto sintió como la sangre se le helaba, nunca escucho que la puerta se abriera.

Había alguien allí, él lo sabía, quien estuviera allí podía verlo cuanto quisiera y él no podría hacer nada, porque no podía moverse y aunque pudiera, con lo asustado que estaba podría salir huyendo.

Intentaba moverse, pero su cuerpo no obedecía, podía sentir una fuerte mirada sobre él y eso lo alteraba. Sus ojos se movían alertas a cualquier movimiento más no lograba ver nada.

Debía ser un sueño, eso no podía estar ocurriendo, tan solo era una pesadilla que pronto acabaría y él se daría un baño para despejarse.