XI

303 47 24
                                    

Último entrenamiento antes del desastre

...

Lentamente sus ojos comenzaron a abrirse, sabía que había dormido más de la cuenta pero por alguna razón sentía que había dormido unas dos horas como mucho.

De repente los recuerdos de la madrugada llegaron de golpe a él y ya se había erguido en la cama con una velocidad casi impresionante, miro a su alrededor buscando señales de Sukuna.

Allí no había nada, la puerta estaba cerrada sin indicios de haber sido abierta con anterioridad y por alguna razón eso le decepcionó, frunció el ceño ante ese extraño sentimiento y decidido a empezar el día se levantó de la cama y la tendió.

—Ha sido solo otro sueño... —buscaba atribuir eso a la incansable culpa que albergaba su corazón.

La culpa que le invadía cada que pensaba en Itadori Yūji y en su muerte desgarradora. Pero con el pasar de los días se convenció de que realmente no pudo haber hecho nada para ayudar al chico, no era rival para el categoría especial que enfrentaron aquel día y si lo hubiese intentado, lo más probable es que no lo habría contado.

En parte agradecía estar vivo, pero vivía con el constante cuestionamiento mental de no haber hecho más y que resultará en la muerte de su amigo, aquel que no dudo en sacrificarse hasta el último momento, por él y por Nobara.

Decidió ir al baño para despejarse con una ducha fría e iniciar su día, inicialmente se había preocupado por la hora y el hecho de que nadie haya ido en su búsqueda, quizás no habría nada que hacer y tendría libre el día.

Una vez se despojo de su camisa, notó que la rosa seguía creciendo, las raíces habían pasado de sus clavículas y cubrían parte de su abdomen, ademas de que se habían apoderado de su brazo izquierdo.

No sabía que pensar al respecto, no sentía cuando "crecía" simplemente despertaba y se encontraba con ese cambio, le preocupaba el hecho de que prácticamente dominaba su parte superior y no dejaba de cuestionarse qué podría pasar si llegase más allá de su torso.

Rememoró la escena ocurrida en el baño y los bellos se le erizaron, ciertamente fue dolorosa la sensación que albergo su cuerpo pero también disfruto la liberación que tuvo cuando sucumbió ante el deseo que ardía ferviente en cada poro de su ser.

Era una mezcla de sí y no, pero no se arrepentía, no quedaba nada por hacer si ya habia ocurrido, solo temía volver a sentir ese calor abrazador que lo envolvió en desesperación al no saber qué hacer para detenerlo.

Termino por desnudarse e ingreso a la ducha, dejo el agua fría recorrerle desde la coronilla de la cabeza hasta la punta de los pies, no sabía cuánto necesitaba ese baño hasta que el agua se hizo con cada parte de su cuerpo.

Disfrutó la sensación de sentirse espabilado gracias a la frialdad del agua, cerro los ojos momentáneamente y bajo el rostro para que el agua pasará por el mismo.

"—Cierra los ojos Megumi Fushiguro... Nos veremos más pronto de lo que crees"

Esas palabras le hicieron abrir los ojos tan rápido que no pudo evitar alejarse del agua, por un momento sus sentidos dejaron de enfocarse en lo que sucedía a su alrededor, su mirada borrosa clavada en el suelo, sus oídos ajenos al sonido del agua tan solo recibían un extraño pitido que lo mantenía en trance.

Nocturnal  <(HIATUS)>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora