Un giro en la trama.

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Buenas perdón por la demora, pero no me gustaba como quedaba y lo tuve que borrar varias veces, así que espero que disfruten en leerlo como yo al escribirlo.


Capítulo 8.

- Iruma – kuuuuun, ¿puedes ayudar a mamá a limpiar la casa? – abrí los ojos al escuchar esa voz, pensé que la había olvidado por completo, pero ahora que volvía a mi cabeza sentía que algo jalaba mi estómago hasta el infierno, traté de abrir más los ojos y enfocarla, pero la veía con cara borrosa, estaba recostado en mi cama y ella me veía desde la puerta – apresúrate a ayudar a mamá, porque papá vendrá pronto y necesita que lo ayudes en el trabajo – me levanté de golpe y vi mi habitación, el pequeño cuarto que tenía era dentro de una bodega, no había ventanas, no había más puertas y solo estaba mi futón y una caja con 10 prendas para que pudiera vestir, no había más ropa para mí.

- Mamá... ¿qué hago aquí? – volteé a ver mis manos, pero no estaba mi anillo, Al había desaparecido, salí rápido de la habitación y corrí hacia a la primera ventana que tenía a la mano y ahí vi el paisaje que recordaba de mi casa en el mundo humano, las personas caminando, los pájaros cantando, los arboles vivos... estaba en mi casa... ¿qué hacía ahí?

- Todavía estas soñando que estas en el barco Iruma jejeje eres tan cómico, siempre que regresas de alguno de tus viajes siempre despiertas desorientado – volteé a ver el departamento donde vivía antes de ir al infierno, hacía tanto que no soñaba con mi casa... pero este sueño era más vivido, casi parecía que mi vida en el infierno había sido una broma.

- Yo estaba en el infierno... ¿Cuándo volví? – mi mamá seguía con la misma sonrisa, pero ahora apretaba los labios, era la señal de que estaba perdiendo la paciencia, si rebasaba el límite no comería en varios días, además seguramente mi papá me regañaría por horas – perdón es verdad, desperté desorientado, limpiare rápido – empecé a limpiar todo el departamento mientras mi mamá veía televisión, hice la comida de manera silenciosa, ya que ella odiaba el ruido, al terminar entró mi papá, al verlo me espanté primero, a él casi no lo recordaba, pocas veces lo había visto en casa y solo llegaba para llevarme a trabajar y tener más dinero.

- Iruma trae tus cosas vas a salir de viaje – me alisté de inmediato, no quería estar en mi casa más tiempo, además debía de encontrar la forma de regresar al inframundo, Azz – kun se preocuparía y empezaría a demoler todo a su paso para poderme encontrar, Clara se pondría triste si no tenía con quien jugar, la clase anormal volvería a ser rezagada del resto, le había prometido a Opera quedarme y esforzarme para ser el siguiente rey demonio, mi dragón, la promesa que le hice a Robín y Ameri... el contrato con Kalego... no pude evitarlo, mis ojos se empezaron a llenar de lágrimas al pensar que de verdad todo había sido un sueño, uno bastante elaborado y demasiado largo para una sola noche, pero estaba en casa, con mis padres y ambos tenían la misma actitud que recordaba, eran las mismas acciones, los mismos gestos, el mismo abuso... no toleré mucho y salí corriendo, quería que el abuelo me encontrara, que me regresara al infierno, ya no quería vivir en ese lugar.

Llegué a un parque donde siempre había anhelado jugar desde que era niño y me senté en el columpio, oscureció y no había despertado de la pesadilla, así que pensé que había pasado lo peor... de verdad había vuelto a casa y no volvería a ver a ninguno de mis amigos.

- "No, no, no y no, esto no es posible, yo sé lo que viví, no pudo haber sido un sueño... todo era tan real" – mis pensamientos divagaban una y otra vez en lo que había pasado, nada tenía sentido, al ver la luna en la parte alta del cielo me puse a llorar, entonces recordé que le papá de Ameri me había dicho que a los humanos se les borraba la memoria y los regresaban a su mundo, pero yo lo recordaba todo, no podía haber pasado eso ¿o sí?

Evitando el compromiso (Yaoi) 18+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora