Se volar.

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Capítulo 4.

Me encontraba en mi habitación con Al practicando para poder volar el día de mañana, no podía arriesgarme a que Kalego siguiera haciendo preguntas, pero eso de volar con alas falsas era más complicado de lo que creía, Al me había ayudado a hacer unas alas de magia y había logrado que fuera retractiles como las de los demonios normales, pero ahora faltaba que mi cuerpo se acostumbrara a ellas y pudiera volar.

- Es como si movieras tus manos, tu cerebro debe de creer que va a volar y las moverá instintivamente – Al me explicaba lo mejor que podía, pero después de vivir como humano toda mi vida era difícil explicarle a mi cerebro que ahora podía volar, así que me aventaba de la cama con las alas abiertas imaginando que volaba, pero no podía y cada vez se volvía más estresante, porque Opera no podría entretener mucho tiempo a Kalego y si me veía saltar de mi cama al piso sin volar sería un problema.

- No puedo es inútil que lo siga intentando.

- Iru – boy, recuerda que para hacer magia debes de imaginar lo que quieres que pase, solo falta que le des tu toque, es como el arco, debiste imaginarte con un arco para poderlo materializar, así que debes de hacerlo también con tus alas – Al me apoyaba mucho, así que recordé las alas de Azz y de Clara, también las del bebé que ahora me acompañaba, recordé el comentario de Jazz sobre que en mi ciclo de maldad me veía como un ángel negro, recordé todos los juegos de video que había visto en los anaqueles del mundo humano, también los mangas que llegue a leer y programas de televisión, todo eso lo junté en mi mente y me imagine con esa clase de alas, entonces al igual que con Ameri en el parque acuático y en el parque de diversiones cuando absorbí toda esa magia, desee ser como los demás poder volar y de esa manera estar todos mis amigos, sentí que la magia salía del anillo y empezaba a tomar forma en mi espalda, entonces escuche la voz de Al felicitándome, pero se quedó callado de la nada, lo cual me preocupó, pensé que había hecho algo mal, pero al ver mi sombra me di cuenta de que si lo había logrado.

- Son increíbles – volteé espantado al escuchar la voz de Kalego y ahí detrás estaba Opera y mi abuelo que tenían la misma cara de sorpresa.

- Ah, yo no... - instintivamente me cubrí la cara por la vergüenza y me eché para atrás como si eso disminuyera las miradas de todos, para mi suerte no se me acercaron, mi bebé nos encerró a ambos en una burbuja de electricidad y ni siquiera dejó que su "padre" entrara, al parecer él pensaba que yo estaba en en peligro, para evitar que el bebé se estresara Opera y el abuelo salieron y solo se quedó Kalego, el cual esperó a que el bebé dejara de crear un escudo, para poder hablar.

- Iru – boy – Al estaba susurrando escondido en mi espalda – lo lograste felicidades, tus alas son hermosas – cuando mi pequeño por fin dejo de emitir el escudo corrió con su papá y yo me quedé atónito viéndome al espejo, ¿eso lo había hecho yo?

- Así que por eso no sacabas tus alas, son diferentes a las de cualquiera – Kalego me veía como si fuera un experimento, me barría con su mirada como tratando de entender cómo podía ser diferente a todos los demás en todo lo que hacía.

- No me haga volar mañana – dije con miedo, de verdad que mis alas eran diferentes a las de cualquier demonio, incluso podía definirse como fuera de este mundo, incluyendo a los humanos, pero ya había intentado volar y no lo había logrado ahora menos lo lograría.

- ¿Acaso insinúas que te apenan tus alas? – por qué siempre hacía preguntas tan directas, no me apenaban al contrario quería volar con mis amigos, era mi sueño desde que había empezado a ser feliz en el infierno – posiblemente si sean diferentes a la de tus compañeros, pero es lo que te define como demonio, así que no puedes ocultarlo, sácalas y enorgullécete de ellas.

Evitando el compromiso (Yaoi) 18+Donde viven las historias. Descúbrelo ahora