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Todos nos quedamos mirando a la persona que apuntaba el dedo índice de la pelirroja.

Ese era Gyeong Su.

—¿Qué? No, no; esto no es una mordida, es un rasguño que me hice intentando sacar al zombie.— respondió el chico.

—¿Y? Puede estar infectado.— respondió la pelirroja.

—Yo he tocado a I-sak cuando ella estaba infectada, y no me ha pasado nada.— On-Jo defendió a Gyeong Su.

—Creedme, puede estar infectado.— siguió ella.

—¿¡PERO QUE MIERDA?! ¡Después de que os salve la vida!— Gyeong Su se acercó amenzadamnete hacia la pelirroja. —¿Qué tienes contra mi? ¿¡DIME, QUÉ MIERDAS TIENES CONTRA MI?!

—Ya basta, no es momento de pelear.— interrumpió la señorita Park. —Gyeong Su, ve a aquella sala y quédate ahí 30 minutos.

—No, me quedaré 1 hora por seguridad.— dijo este acercándose hacia la puerta de la otra sala.

—El efecto tarda menos de 5 minutos, no exageres, Gyeong Su.— habló Choengsan.

—No, así Na-yeon cerrará la maldita boca.— entró en la sala y cerró la puerta con brusquedad.

—Eres una idiota, Na-yeon.— hablé.

—¿Por qué? Solo digo la verdad.

—Ya lo has visto, era un maldito rasguño.— respondí.

—¿Tú también vas a defenderle a él? ¿No hay nadie normal aquí?

—¿No has pensado que quizás la anormal aquí eres tú?— me levanté de la silla.

—No lo he pensado porque no lo soy.— respondió la pelirroja con obviedad.

—Ya está bien, chicas.— la señorita Park nos separó.

—Ojalá te coma un maldito zombie.— murmuré muy cerca de ella.

Tras la pequeña discusión, todo quedó en silencio.

[•••]

—Ya ha pasado una hora.— la señorita Park se levantó de su asiento. —¿Por qué no te vas a disculpar?— preguntó a la pelirroja.

—¿Yo?

—No, mi abuela.— respondí con ironía.

—Esta bien...— susurró Na-yeon ignorando mi comentario y entrando a la sala.

Todos nos acercamos a la ventana menos Nam-Ra, que decidió quedarse sentada en su asiento.

No la culpo, yo también lo hubiera hecho, pero quizás había chisme, ¡y no me lo podía perder!

Vimos como Na-yeon se agachaba y le limpiaba la herida con un pañuelo.

Todo fue perfecto.

O eso pensé.

Gyeong Su salió detrás de Na-yeon y se sentó en una silla junto a Choengsan.

—¿Disculpas hechas?— pregunté con el ceño fruncido.

Los dos asintieron.

Los miré confundida; algo no andaba bien.

Nada bien.

—Gyeong Su... T-tu nariz está sangrando...— susurró On-Jo.

—¿Qué?— pasó su mano por la nariz. —Solo es sangre... No pasará nada.

De pronto, cayó al suelo y comenzó a convulsionar.

—Cheongsan... No quiero morir...— dijo con varias lágrimas derramadas.

—No vas a morir Gyeong Su, mírame.— me acerqué a él, pero este se apartó de todos nosotros.

—No puede ser así de repente, Gyeong Su. No te pasará nada.— habló Choengsan.

—Gracias por todo, chicos... Que no os maten.— dijo casi en un susurro.

El joven se convirtió en zombie y trató de mordernos. Choengsan tuvo el gran valor de saltar de la ventana y agarrarse rápidamente a la cuerda haciendo que su mejor amigo cayese.

—Tu...— Nam-Ra se acercó con cautela hacia Na-yeon. —Tu has matado a Gyeong Su. Tu le has frotado el pañuelo junto al palo de escoba que contenía sangre de zombie.

—No, no fui yo.— respondió tranquila.

—Na-yoen...— me levanté furiosa acercándome a ella.

—Dame el pañuelo, está en tu bolsillo.— ordenó la presidenta. —Lo sacas tú o lo saco yo.

—¿Pero quién te crees pa-...?— la pelirroja no termino de redactar su pregunta, porqué Nam-Ra le pegó una cachetada.

—Recuerda Na-yeon, soy tu presidenta y debes respetarme.— respondió con firmeza.

Cuando su corta conversación terminó, empujé con brusquedad a Na-yeon haciendo que esta cayese.

—¡Mi-Suk!— riñó la señorita Park.

—Sal...— dije entre cortadamente mientras mi pulso comenzaba a aumentar. Nunca perdonaría lo que hizo a Gyeong Su. —¡FUERA!— grité haciendo que todos se estremecieran. —Si no sales de aquí, yo misma me encargaré de que un bicho de esos te saque los sesos.

Na-yeon se levantó con torpeza.

—Lo siento...— comenzó a sollozar. —No tengo amigos de verdad.

—Eso no justifica nada.— dijo On-Jo.

—Esta bien... me iré.

—Lo siento chicos, pero debo ir con Na-yeon. No la puedo dejar sola.— habló la señorita Park para salir del aula y dejarnos solos.

Solos.

Un escalofrío recorrió por todo mi frío cuerpo.

Solo.

Mi hermano...

¿Estaba mi hermano solo?

¿Acaso estaría vivo?

Solos.

Solos en una dimensión paralela diferente.

Él; afuera, rodeado de zombies.

Yo: segura, con compañía.

—¿Dónde está, Gwi Nam?— susurré cabizbaja.

—¿Mi-Suk?— Suhyeok se acercó a mí. —¿Estás bien?

—Estoy agotada.— lo miré.

—Creo que deberíamos dormir...

—¿Sabes dónde puede estar mi hermano?— le pregunté cambiando de tema.

—¿Yoon Gwi Nam? No lo sé, pero estoy seguro que está vivo.— añadió.

—Eso espero...— susurré acurrucándome en su hombro.

𝐀𝐋𝐋 𝐎𝐅 𝐔𝐒 𝐀𝐑𝐄 𝐃𝐄𝐀𝐃 || Lᴇᴇ SᴜʜʏᴇᴏᴋDonde viven las historias. Descúbrelo ahora