Día 10: Traidor || Stony - Darkstony

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Cubría sus oídos con sus manos haciendo una fuerte presión en su cabeza, podía ser una actitud infantil, pero no quería oír lo que sus compañeros decían, se negaba rotundamente a creer lo que ellos especulaban, se negaba a creer que Steve hiciera algo como eso.

[...]

—¿¡Dónde está!? — Preguntó un Tony con la preocupación a flor de piel.

—Está descansando en una habitación, trata de...

El castaño ignoró las indicaciones de Natasha y solo pasó a buscar a Steve. Habían pasado tres semanas desde que el rubio fue capturado por Hydra y extrañamente fue liberado sin más.

Su estómago se apretó al verlo, sintió que el aire le faltó y que una ira inconcebible se apoderaba de su cuerpo. El rubio tenía el rostro golpeado y un par de heridas en los brazos, señales de las torturas que sufrió en su estadía con Hydra. Por su mente cruzaron cientos de pensamientos que involucraban acabar con quien le hubiese hecho eso a su pareja, pero se vieron dispersos al oír un gemido proveniente del soldado.

Pronto estuvo al lado del mayor, este abrió los ojos con lentitud mientras que soltaba unos cuántos quejidos. Lo tomó de la mano con la intención de hacerle saber que estaba ahí, sin embargo, quiso soltarla al verle el iris de los ojos, estos estaban teñidos por un escarlata brillante como la sangre y denotaban una oscuridad que logró erizar su piel.

—To-ny— Susurró con gran esfuerzo, aferrándose a la mano del castaño como si fuese lo único que lo podía salvar de su pesadilla.

—Aquí estoy... Aquí estoy— A pesar de su confusión, no retrocedió. No importaba si Steve tenía los ojos de otro color o si tal vez ya no era el mismo, estaría a su lado por la eternidad, porque así lo juró una vez frente al altar.

Pero el color de ojos no fue lo único que le preocupó, sino las dos marcas yacientes en las sienes de la cabeza del rubio, tan solo con verlas, no podía imaginarse las horrendas torturas a las que fue sometido.

Eso solo fue el inicio de todo. Rogers había cambiado rotundamente desde aquel día, se había vuelto alguien arrogante, lleno de superioridad y egocéntrico, así lo veían todos sus compañeros, pero suponían que era por el trauma de lo que le hicieron en Hydra, además, extrañamente sus ojos habían vuelto a su color natural, por lo que no sospechaban más allá.

Sin embargo, Tony sabía que algo no andaba bien, pues era testigo de los gritos y súplicas de Steve durante las noches; sabía que su Steve no era el de siempre, cuando tenía que abrazarlo y arrullarlo como un niño pequeño para que calmase sus miedos mientras éste trataba de contener el llanto... No, ese no era su Capitán América.

—Y-yo no... Yo no los voy a asesinar, lo juro— Temblaba entre los brazos de Tony, sus ojos bien abiertos dejaban en evidencia las perturbadoras pesadillas de las que constantemente era víctima.

El genio sufría, era demasiado doloroso ver padecer al hombre que amaba todas las noches y aguantar la extraña frialdad que este le mostraba durante el día, era un juego de doble cara.

En otra ocasión, durante una misión, Rogers apoyaba su pie sin medir fuerza sobre el pecho de uno de los tantos terroristas a quienes se enfrentaban; con una sonrisa demente levantó su escudo y lo bajó a una gran velocidad con ambas manos, haciendo un fino corte en el cuello del hombre, provocando que la cabeza de este rodase por el suelo. Su rostro se manchó de sangre y su sonrisa no desapareció.

Tony a lo lejos pudo ver tal acto, se aterró cuando vio el escudo en lo alto, pero para cuando llegó a la posición del capitán, era demasiado tarde. Levantó la careta de su casco dejando ver su expresión enojada y asustada.

Angstruary 2022  ||  MarvelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora