EPISODE 4

660 103 31
                                    


Xiao Zhan taconeó su pie contra el piso del auto mientras pasaba chasqueando al lado de otros autos, edificios, gente y animales. Estaba nervioso, estaba ansioso, estaba emocionado. Su madre lo estaba llevando a la oficina del doctor, y esperaban a que les dijera que ya estaba sanado y que podría retirar el yeso. El brazo le hormigueó con sólo pensar que por fin podría ser descubierto.

Aunque sólo había llevado el yeso por algunas semanas, se sentía como si hubiera pasado una eternidad. Era pesado, llamativo y estorboso. Había logrado encontrar una forma de moverse con él, pero no había nada que extrañaría acerca de todas las inconveniencias de traerlo puesto. No extrañaría la forma en la que a veces se despertaba a la mitad de la noche cuando rodaba encima de él, o cómo había tenido que tomar precauciones extras cuando se bañaba, o incluso toda la atención que atraía de las personas en la universidad.

Mientras su madre seguía conduciendo por la ciudad, levantó su brazo para admirar la obra de arte que rodeaba toda la circunferencia. Una mañana, había despertado temprano encontrando a Yibo sentado en la cama a su lado con un marcador en su mano y un aspecto de culpabilidad en su rostro. El yeso había sido cubierto misteriosamente con varios patrones: líneas, estrellas y enredaderas. Las primeras palabras que salieron de la boca de Yibo habían sido: "yo no fui", pero sus ojos habían dado la impresión de que sabía que Xiao Zhan, no debería, y no le creería.

— ¿Estás nervioso?

Xiao Zhan rompió contacto visual con su yeso adornado para voltear a ver a su madre, dejando caer su brazo de vuelta a su pierna. Sentada en el asiento del conductor, se veía tensa, sus manos agarraban el volante tan fuertemente que sus nudillos estaban blancos. Ella le echó una mirada, y después volteó rápidamente hacia enfrente. Siempre había sido la más cuidadosa en la familia, equilibrando la torpeza del pelinegro y el lado aventurero de su papá. La mujer nunca había querido que obtuviera su licencia para conducir, en primer lugar; aunque todavía no le había dado su bien merecido "te lo dije" desde el accidente, fuera su culpa o no.

— ¿Por lo del yeso? —preguntó Xiao Zhan para clarificar.

—Sí, bueno —concordó con un ligero asentimiento—, eso o en general, por ir al doctor; o incluso por estar en un auto después de lo de... tú sabes.

Observó a su madre morderse el labio nerviosamente y después pensó en las palabras que le había dicho. Había logrado salvarse de un accidente bastante serio. ¿Debería ponerse nervioso al estar dentro de un auto? Porque en realidad, no lo estaba; y no estaba seguro de si esa era una reacción natural que debería tener alguien que había estado en ese tipo de accidentes.

—No sé —respondió despacio, y después tartamudeó. Nunca había sido de mentirle a su mamá, y no iba a empezar en ese momento, pero no podía contarle acerca de Yibo. ¿Qué le diría? "Ah, oye, mamá. Hay un chico que se ha estado apareciendo en mi habitación desde lo del accidente. Al principio pensé que sólo se trataba de una alucinación, pero siguió apareciéndose, incluso después de que dejara de tomarme los medicamentos, y ahora somos muy buenos amigos". Probablemente, su madre lo enviaría directo al psiquiátrico para averiguar lo que estaba mal con él. En vez de eso, dijo algo que, al menos, estaba algo relacionado con la verdad—. Relaciones inusuales.

— ¿Cómo cuáles? —incitó su mamá, sin estar segura de lo que significaba eso, y no era sorpresa. El concepto a veces no era fácil de entender, ni siquiera para Xiao Zhan; a pesar de que vivía esa realidad todos los días.

—Como... no lo sé. Estamos leyendo Romeo y Julieta en clase, y el profesor Qi Ren quiere que escribamos un ensayo acerca de cómo nuestra idea de una relación perfecta podría ser diferente de la que tienen nuestros padres.

INTERVENTION DIVINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora