EPISODE 12

493 83 22
                                    







Xiao Zhan se inclinó hacia atrás, apoyando su peso sobre sus codos, y estiró sus piernas frente a él. El clima era hermoso y perfecto; el verano comenzaba a sentirse en el aire de primavera, dejando muy atrás el invierno; y la brisa era lo suficientemente ligera para remover sus cabellos, pero no lo suficiente como para despeinarlo. Flexionó sus dedos, habiéndose quitado ya sus zapatos, y los presionó en la pierna de Yibo, con la necesidad de sentir algún tipo de conexión, pero con miedo, porque no sabía qué tanto contacto le permitiría Yibo.

Yibo había ido con él esa mañana temprano, pero a veces, se sentía como si ni siquiera estuviera ahí. Había estado distante y frío con él todo el día, y Xiao Zhan había retrocedido un paso para darle espacio. Obviamente había algo que le estaba molestando, y la única vez en la que le preguntó si estaba bien, la mirada de Yibo se había tornado más rígida, y su respuesta había sido corta y cortante. Había estado esperando que un paseo al parque lo soltase un poco, pero un par de horas después, las cosas siguieron igual con el ángel. La conversación entre los dos era esporádica y breve, un poco incómoda y poco placentera cuando se daba.

Xiao Zhan estaba sentado junto a Yibo, con un espacio prudente entre ambos e hizo un ruido curioso en el fondo de su garganta cuando el ángel volteó a verlo con una sonrisa apenas visible en sus labios.

— ¿Cómo te va con la universidad? —preguntó Yibo, inclinándose hacia adelante para tomar el tobillo del pelinegro. Xiao Zhan se inclinó hacia su amigo mientras sus dedos masajeaban expertamente sobre los valles y colinas de su pie. La pregunta lo tomó un poco desprevenido, pero intentó no mostrarlo demasiado porque quería que la conversación fluyera.

—Igual que siempre —murmuró, prácticamente ronroneando bajo el toque de los dedos de Yibo. Todas sus terminaciones nerviosas hervían con alegría, no porque el masaje fuera genial, más bien porque Yibo lo estaba tocando y porque él podía sentirlo. Estar sin tocarlo todo el día, a pesar de saber que podía sentirlo, había estado matándolo. Tener que controlarse a sí mismo, no se sentía correcto cuando tenía la oportunidad ahí delante de él—. Pero todo está mucho más fácil ahora que ya me puse al corriente.

— ¿Y qué hay con lo del baile? ¿Ya invitaste a Yang Zi?

Xiao Zhan dejó escapar un sonido que se pareció bastante a un resoplido, aunque intentó camuflarlo sólo como un suspiro. Habían discutido el asunto más veces de las que pudiera contar desde que su madre lo había mencionado por primera vez, y su decisión nunca cambiaba.

—Ya te dije que no voy a ir.

— ¿Qué daño podría hacerte?

Xiao Zhan volteó su cabeza para ver a Yibo directamente con ojos entrecerrados y a la defensiva.

—Sería miserable —contestó, quitando su pie de las manos de Yibo y alcanzando a ver el flashazo de dolor que cruzó por los ojos de su ángel.

Fue un momento de frustración del que se arrepintió inmediatamente. Sin el toque de Yibo, se sintió repentinamente vacío de nuevo, anhelando más contacto.

—Preferiría mucho más pasar la noche contigo —añadió honestamente, en un intento de disculparse, bajando su mentón, pero manteniendo su mirada fija en la de Yibo—. Eso si no estás ocupado.

Yibo le sonrió a Xiao Zhan de una forma que envió una oleada de calidez por su pecho.

—Eres lo único que me mantiene ocupado.

—Cursi —Xiao Zhan rio, pero suspiró felizmente cuando Yibo envolvió un brazo alrededor de sus hombros y lo acercó a él, aparentemente receptivo ante la repentina necesidad de Xiao Zhan. Se sintió seguro ahí acurrucado contra el costado de Yibo, respirando su olor varonil y almizclado, y dejando que el calor de su cuerpo lo calentara de adentro hacia afuera—. Encantador, pero cursi.

INTERVENTION DIVINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora