EPISODE 6

487 91 40
                                    


Toda su vida, siempre le habían dicho a Xiao Zhan que pensaba demasiado, que pasaba mucho tiempo soñando despierto, preguntando cosas que no tenían respuesta. Siempre había sido desde niño curioso, y naturalmente, eso se había infiltrado hasta su adolescencia y madures. Su madre lo había alentado; su padre se enorgullecía de tener un hijo que teoréticamente podía ser más astuto que la mayoría de los adultos que tenían empleos mediocres. La curiosidad natural de Xiao Zhan nunca había sido un problema para él.

Sin embargo, no fue hasta que la situación con Yibo empezó, que comenzó a cuestionar las ramificaciones sociales de ser tan curioso. Cada vez que Yibo hacía algo, Xiao Zhan lo analizaba; cuando Yibo le decía la forma en la que algo funcionaba, el pelinegro le hacía preguntas. A pesar de que había dicho que siempre estaba cerca, cuando Yibo dejó de aparecerse por días, empezó a pensar en razones y explicaciones, sin embargo la mayoría de ellas sólo lo llevaban a más preguntas.

Tal vez se había metido en tantos problemas que había tenido que ir a algún tipo de prisión para ángeles, ¿tenían prisiones para ángeles? O tal vez el tiempo pasaba de forma distinta en el otro lado (¿En el otro lado de qué, exactamente?), y lo que era una semana para Xiao Zhan, era uno o dos días para Yibo. Pero entonces... Yibo había dicho que siempre estaba cerca, así que Xiao Zhan empezó a llamarlo en voz alta, haciéndole preguntas, haciendo desastres por todo su cuarto que sabía que volverían loco a su ángel hasta el punto de hacerlo limpiar por él. Intentó e intentó todo en lo que podía pensar, intentó sacar todo su repertorio de trucos, pero nada funcionó.

Y fue entonces cuando decidió lo que estaba pasando. Yibo tenía un amante, otra misión. Era lo mismo, realmente: alguien que le gustara visitar más de lo que le gustaba visitar a Xiao Zhan, alguien más bonito, tal vez menos propenso a los accidentes y menos problemático. Tal vez, pensó, desde que dependía menos de la gente para ayudarlo después de que se le retirara su yeso, Yibo no había sentido la necesidad de estar todo el tiempo ahí. Xiao Zhan no quería admitir que estaba celoso, pero odiaba pensar que Yibo pudiera tener una asignación diferente, odiaba pensar en compartir el ya tan poquito tiempo que conseguía de su ángel.

Y la peor parte de no saber nada de Yibo, era que no podía quitarse de la cabeza el sentir del breve toque de la mano. Entre más pensaba en eso, más se convencía de que sí lo había sentido. Había sido sólo un ligero roce, como con el pétalo de una rosa. Xiao Zhan había quitado su mano muy rápidamente por la sorpresa y no había podido sentir más, pero sabía que tenía que ser real. Poco después de eso, se había quedado dormido, y cuando despertó en su cama la mañana siguiente, Yibo ya se había ido, sin darle oportunidad de revisar para asegurarse.

Quería intentarlo otra vez, quería ver si había hecho algo diferente para sentir la calidez de la piel de Yibo presionándose contra la suya. Tal vez necesitaba concentrarse más, o tal vez pensar menos en ello, o tal vez...

La campana sonó por encima de su cabeza, sacándolo de sus pensamientos, y rápidamente, metió todas sus cosas dentro de su bolso. De vuelta en la clase de inglés. estaba teniendo problemas para concentrarse en el ensayo que tenía escribir acerca de las relaciones no convencionales que su madre no aprobaría, lo que encontró irónico, considerando que se encontraba a sí mismo metido en una de las relaciones más poco convencionales en las que pudiera pensar, platónica o no. Tenían una semana más para terminar el ensayo, y aunque el profesor de Xiao Zhan le había dado tiempo extra para entregarlo, había declinado, prometiendo que lo tendría hecho. Ahora, al bajar la mirada hacia su libreta en el que debería tener toda una lluvia de ideas, sintió pánico. Había pasado todo el tiempo pensando en Yibo, en vez de trabajar en su ensayo. Si seguía así, iba a reprobar todas sus clases, lo sabía.

INTERVENTION DIVINEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora