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"Lluvia y lagrimas"

Una parte dentro suyo le decia que debia dormirse pero la otra parte decia que debia quedarse despierto y esperar y él, como ya era costumbre, no hizo caso a ninguna, solo queria ir a buscar a su padre. Este le habia prometido ir a contarle un cuento, pero hasta el momento no aparecia y eso lo inquietaba un poco.

Yeonjun puchereo despues de estar una hora esperando, el de verdad tenia sueño, si su padre no venia en los proximos cinco minutos el seguro explotaria de enojo y rabia, pero sobre todo tristeza, hace ya mucho que queria pasar algo de tiempo con su padre. Pero los cinco minutos terminaron y no habia ninguna señal del hombre y Yeonjun se canso de esperar, si su padre no podia contarle un cuento y cumplir una simple promesa, sabia que su madre lo haria. Entonces se bajo de su cama y despues de colocarse sus pantuflas agarro su peluche y salió de su cuarto.

Corrio, pues si no se apuraba tampoco podria encontrar a su madre, fue entonces que se lamento de tener una casa enorme, sus piernecitas no eran tan rapidas y tampoco lo era el, asique avanso a su mayor capacidad, pero pronto empezo a caminar. Yeonjun se cansaba muy rapido debido a un pequeño problema en el corazón, algo no tan grabe pero lo suficiente como para inpedirle siertas actividades aunque eso no evitaba que las hiciera, despues de todo era un niño, eso era inevitable y el dolor en el pecho ya era algo a lo que se habia acostumbrado hace mucho.

Una vez termino de bajar las grades y confusas escaleras Yeonjun decidio ir a la cocina a sacarse una galleta, extrañamente le habia dado hambre.

Agarro una silla sercana y se subio en ella para poder alacanzar el pote de vidrio que contenia las galletas. Aunque no penso que este se le resvalara de las manos y terminara cayendo al suelo deramando todas las galletas y muchos pedasitos de vidrio. Como culpable de la escena del crimen lo primero que penso fue en huir para que no fuera descubierto, pero eran las 12:30 de la noche, nadie estaria despierto a esa hora, o eso fue lo que penso.

Yeonjun se asusto aún más al escuchar algunos susurros y pisadas, se encontraba temblando, cuando derrepente una luz amarrillenta hizo acto de presencia y se acercaba hacia donde estaba el, entonces supo que era la seguridad de la casa. Yeonjun salio corriendo rapido por la otra puerta de la cocina una vez el hombre de seguridad entro a inspeccionar.

Corrio sin importarle nada, su padre lo regañaria, de eso estaba aseguro.

Aunque paro en seco al ver a lo lejos a su progenitor, Yeonjun lo siguio, talvez si habia una oportunidad de que le leyera su cuento, eso lo alegro un poco, aúnque aún tenia miedo de que este le enojara por romper el envase de las galletas, sin mencionar que era el favorito de su mamá.

Esa noche estaba haciendo más travesuras que de costumbre.

[•••]

Yeonjun empezo a correr aún más rapido para poder intentar mantener el paso al que avanzaba su padre, pero su corazóncito ya dolia mucho, eso hizo que se detubiera a tomar aire mientras precionaba su pecho con fuerza.

Cuando se reconpuso, se percato de algo que el dolor en su pecho habia opacado por completo, abrio sus ojos un poco más de lo normal cuando vio que su padre habia entrado a la parte prohibida, o al menos Yeonjun la tenia prohibida. Suspiro redindo, ahora tendria que ir a buscar a su madre.

Cuando quiso seguir de largo y buscar a su madre, el estruendoso sonido de algo cayendose se oyo, Algo habia caido eso era obvio entonces Yeonjun se pregunto a si mismo si de nuevo su padre estaria sonalbulo o talvez su gata estaba ahi tambien. Con un poco de curiosidad se empezo a acercar al pasillo por donde su padre habia entrado, su imaginación salio a flote y de inmediato empezó a hacer una pose que el consideraba aterradora, talvez podria asustar a su padre, aunque a mitad del camino la voz de su madre hizo que se tetuviera.

𝙴𝚕 𝚊𝚛𝚋𝚘́𝚕 𝚍𝚎 𝙼𝚢𝚛𝚛𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora