El Maullido del Gato

XII

—Entonces, ¿qué es lo que te molesta?

—¿Qué quieres decir? — preguntó JungKook mirando a NamJoon.

—Amigo. —Soltó éste un bufido Si fueras líquido, estarías evaporándote. — JungKook puso los ojos en blanco y metió las manos en los bolsillos de sus vaqueros mientras caminaban.

—Estoy bien.

—Sí, y yo soy el Conejo de Pascua.

—Déjalo ya, NamJoon —le espetó JungKook, volviéndose para mirar a su amigo.

—Está bien, está bien —respondió NamJoon, levantando las manos — Sólo estoy diciendo, que si hay algo de lo que necesites hablar, estoy aquí.

—Lo sé. —Y lo sabía. De todos los hombres con los que trabajaba en la agencia, NamJoon siempre había estado a su espalda, no importaba cuál fuera la situación. Era el hombre con el que podía contar si las cosas se jodían. Por lo menos hasta que YoonGi llegó. JungKook sabía más allá de toda sombra de duda que podía confiar en su pareja. Solo era el no saber cómo lo sabía. La conexión entre YoonGi y él estaba más allá de lo que nunca había experimentado, y no sabía muy bien qué hacer con ella.

— YoonGi y yo tuvimos una pelea —dijo JungKook observando sus pies mientras caminaban por la acera de cemento, paso tras paso.

—Me lo figuraba.

—Fue una estupidez.

—Por lo general, lo es. — JungKook se giró para mirar a NamJoon.

—¿Cuándo demonios te has convertido en un experto en relaciones?

—Soy un hombre de muchos talentos. —Sonrió éste—. Por lo tanto, Vamos, amigo, dime lo que pasó.

—Realmente fue una estupidez —se quejó JungKook —. Durante toda nuestra conversación con JiMin y HoSeok ni una vez le preguntamos a YoonGi lo que quería. Oh, por supuesto, todo el mundo tenía ideas, pero nadie le preguntó cómo se sentía acerca de ellas. Ni siquiera yo.

—¿Y?

—Y... — JungKook se encogió de hombros — Entonces, le pregunté.

—Por la forma en la que tienes el ceño fruncido supongo que las cosas no fueron muy bien. — JungKook no estaba seguro de la respuesta a esa pregunta. Algo había pasado entre YoonGi y él. Solo que no estaba seguro de lo que era. Sentía que el hombre le estaba escondiendo algo, ya lo había sentido con YoonGi antes. Como cuando profundizó y descubrió que era un cambia formas y que estos existían en el mundo, y el resto de las malditas cosas en su vida. Estaba bastante seguro de que estaba a punto de enterarse de algo nuevo, excepto que no estaba seguro de que estuviera listo para nuevas sorpresas. Lo que había descubierto en un periodo de 24 horas era suficiente para JungKook.

— YoonGi no me dio una respuesta directa cuando le pregunté lo que quería. — JungKook frunció el ceño mientras se encogió de hombros—. Era como si tuviera miedo de decirme lo que realmente pensaba.

—Tal vez lo estuviera —dijo NamJoon —. Puedes ser un hermoso tipo intimidador, ya sabes. Si pensó que podría molestarte con su solución, quizá, trató de darte la que creía que querías oír. Odio decir esto JungKook, pero YoonGi no me parece un tipo decidido.

—Entonces no lo conoces muy bien. Es uno de los hombres más fuertes que he conocido. — JungKook se enderezó mientras pensaba en el pequeño hombre, su entusiasmo creciendo por la conversación.

— Imagínate pasar por lo que él ha pasado en su vida y salir de ella con su cordura intacta. Un hombre débil no podría haber hecho eso.

—Así que, si no tenía miedo de que no te gustara su respuesta, ¿qué otra cosa podría ser? —preguntó NamJoon —. ¿Fue algo que, le dijiste, algo que hiciste? Quiero decir, ¿cuánto realmente sabemos sobre los cambia formas gato? Tal vez haya algún tipo de protocolo y lo rompiste o algo así. — JungKook tenía que pensar en eso. NamJoon tenía razón. No sabía mucho acerca de lo cambia formas gatos. Lo que sabía, lo había aprendido de YoonGi, y éste no parecía saber mucho de ser un gato. Eso los dejaba a ambos a oscuras, pero al menos los dejaba juntos en la oscuridad.