JungKook no estaba tan seguro de que le gustara el plan de YoonGi, pero tenía menos que ver con el esmoquin que le había obligado a usar y más con que su compañero se enfrentara al rey actual. Aunque comprendía que su compañero necesitaba hacer frente a su tío para que su pesadilla finalizara. Tiró de la pajarita negra que llevaba al cuello. Le daba una sensación de ahogo, pero su pareja había afirmado que necesitaba vestirse para la ocasión con el fin de llegar a la fiesta que el rey estaba celebrando en el jardín para la manada. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario con el fin de camuflarse entre la multitud hasta que YoonGi pudiera enfrentarse al hombre.
Te ves caliente. — JungKook miró a través del espejo por encima de su hombro donde YoonGi estaba de pie detrás de él. Sintió que su rostro se sonrojaba poco a poco ante el sexual y flagrante deseo que pudo leer en los ojos verde musgo de YoonGi. El hombre prácticamente se lo comía vivo. Pudo sentir como su polla se animaba interesada. Creció aún más cuando los ojos de YoonGi se ampliaron y su nariz de repente se inflamó.
— JungKook, no puedes hacer eso, no ahora. —Éste vio el movimiento de la garganta de YoonGi cuando el hombre tragó saliva—. No tenemos tiempo. —El asesino arqueó una ceja, una sonrisa maliciosa se insinuó en sus labios. —Podríamos hacer tiempo. YoonGi se veía tan indeciso que JungKook no podía dejar de reírse.
—No te preocupes, bebé. Esta habitación de hotel probablemente no es el lugar para empezar nada de todos modos. No tengo ninguna idea de cómo es el grosor de las paredes y los vecinos seguramente podrían oírnos. Volveremos a ello cuando lleguemos a casa. — Las cejas de YoonGi se juntaron.
—Sí, sobre eso. —Dijo YoonGi. JungKook notó que retorcía sus manos, como si el hombre estuviera nervioso — Si esto sale como quiero, tal vez podríamos mudarnos y vivir juntos. Quiero decir, si quieres mudarte conmigo. — JungKook se dio la vuelta para llegar hasta YoonGi, apretujando al hombre contra su pecho. Le apartó el pelo rubio blanco de la cara y lo hizo mirar hacia arriba.
—Ya te he dicho antes, gatito, estamos juntos.
—¿Entonces no te importa mudarte?
—No es que tenga algo más que un apartamento tipo estudio, de todos modos. Hasta ahora, nunca estuve realmente en una casa. Demonios, ni siquiera tengo un hogar, YoonGi, solo una habitación individual donde guardo mis cosas y la alquilo por meses. No es mejor que un guardamuebles. Lo que tengamos juntos, dondequiera que sea, será nuestro hogar.
—Oh. — JungKook se deleitaba en la expresión de asombro en la cara de YoonGi. Sabía que había sorprendido a su compañero. Una parte de él esperaba ser siempre capaz de dejarlo sobrecogido.
—Así que, donde quiera que vayamos, no me importa, siempre y cuando estamos juntos, ¿entendido? — YoonGi asintió, con la boca abierta. JungKook se rio y se inclinó para colocar su dedo debajo de la barbilla de YoonGi, cerrando la boca del hombre.
—¿Estás listo, amor? Los demás están esperándonos. — JungKook sabía que YoonGi estaba nervioso por el inminente enfrentamiento con su tío.
Buscaba alguna manera de consolar a su compañero más allá de estar a su lado y protegerlo. Pero esta era una batalla que YoonGi necesitaba combatir por sus propios medios, no sólo por toda la manada, sino por él mismo. Poco a poco, el asesino pudo apreciar como su compañero iba saliendo del cascarón que se había autoimpuesto. YoonGi no había tenido ni un berrinche cuando su habitación había sido virtualmente destrozada. Simplemente le pidió a HoSeok que la adecentara y luego cambió de tema. HoSeok había estado muy dispuesto a cumplir con cualquier demanda que YoonGi le hiciera. JungKook pensó que el hombre sentía que tenía que compensarlo de alguna manera y probablemente se pasaría el resto de su vida haciéndolo.
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El Maullido del Gato
FantasyEstar en el lugar equivocado y en el momento equivocado, no es siempre una mala cosa... Min YoonGi es especial y lo sabe. Sufre un fuerte trastorno obsesivo compulsivo que lo hace necesitar tenerlo todo organizado y en su sitio, pero lo aleja de tod...