IV

836 100 13
                                    

Bright volvió de su práctica como lo hacía regularmente y no pudo evitar echarle un ojo a la puerta de su vecino.

Ya habían pasado dos semanas desde el incidente que había pasado entre ellos y no pudo no notar que el menor había hecho un pequeño cambio dentro de su rutina.

Primero, pensó que era algo repentino, pero dos veces ya no era una cosa de ser olvidadizo. Bright estaba seguro de que lo hizo a propósito. Pues normalmente se encontraban a unos metros cuando él volvía de su práctica y Win sacaba las bolsas de basura.

Probablemente Metawin estaba tratando de evitarlo de la misma forma en la que él lo hacía.

Era bueno que ambos estuvieran en la misma sintonía, ¿O no?

Al menos no era el único haciendo su esfuerzo.

Bright soltó el aire que había contenido en sus mejillas sin darse cuenta, metiendo la llave en la cerradura para poder entrar a su casa.

Tiró la mochila en el sillón cercano a la puerta, echándose alado de ella unos minutos mientras permanecía con los ojos cerrados.

Se sentía cansado y tenía ganas de dormir, así que se paró para poder tomar una ducha antes de. Ni siquiera sentía el hambre del cansancio que tenía en el cuerpo, pero hizo el esfuerzo por comer un poco de fruta con yogurt.

Alguien llamó a su puerta a través del timbre, acercándose a la puerta para encontrarse con uno de sus mejores amigos; Tawan.

Tay Tawan era un chico alto y de piel morena clara; el chico era apuesto y al igual que Bright, lograba resaltar sin mucho esfuerzo.

Tay siempre acudía a Bright cuando necesitaba completar sus apuntes o tenía ganas de pasar un buen rato. Esta vez en especial, se trataba de asuntos meramente escolares.

No había podido ingresar a su clase de Subestaciones eléctricas gracias a que el profesor lo había dejado fuera del salón por llegar tarde a la clase. Tawan era algo descarado, pues no sólo se había presentado un par de minutos tarde; él había llegado justo quince minutos antes de que la clase terminara.

De pie frente al profesor con un burrito en la mano y un refresco de naranja en la otra.

No era de extrañar que el profesor quisiera echarlo a patadas para que aprendiera una buena lección, pero eso se llamaba violencia y abuso de autoridad. No podía permitirse ser penalizado siendo que su familia dependía de su salario mal remunerado, así que tuvo que conformarse con dejarlo fuera y sin posibilidad a examen.

Ahora Tawan estaba en medio de la sala de Bright, con el cuaderno abierto y la mano moviéndose ágilmente con el bolígrafo sobre el papel. Necesitaba tener todos los trabajos completos y apuntes limpios si quería pasar el parcial con la calificación mínima. Perder su derecho a examen ya había sido una locura, pero no podía darse el lujo de reprobar.

- Viejo pendejo. - soltó de pronto.

Bright rodó los ojos cuando escuchó su silencio ser interrumpido.

- Cállate, sabes bien quién es el pendejo aquí. Eres tú. - le recordó.

- No comí nada desde la mañana. Los humanos tenemos necesidades básicas. - se defendió. - Ni siquiera había llegado tarde al resto de sus clases, si tan sólo hubiera visto la lista de asistencia, habría notado eso.

- Tal vez lo agarraste de malas y ya.

- Pareces su amigo y no el mío.

- Soy tu amigo, ¿Qué acaso no te estoy pasando los apuntes que no hiciste por estar comprando comida? - lo regañó mientras lo señalaba con el dedo.

SUNDAYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora