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[...]

•En la mansión•

*Narra Wilkes*

–cruzar el pastizal del jardín de la mansión me traía voraces recuerdos que inundaban mi cabeza y corazón de una sensación de opresión bastante dolorosa, todo estaría bien ahora, si tan solo mis impulsos no me hubieran cegado...

Suspiré resignado para tocar la puerta siendo escoltado y recibido por Alfred hasta la sala principal con todo el clan Wayne reunido y un par de mujeres que me miraban atentas.

¿Podría ser su madre?.

—Toma asiento. –indicó el patriarca de la familia, tomé asiento mirándolos con reserva.

—¿Qué sucede con Demián?.

—Eso es lo que queremos saber, ¿tú sabes en donde está?. –cuestionó la chica de piel bronceada y cabellos azabache.

—¿Disculpen?. –cuestioné notoriamente ofendido.

—Desapareció hace casi dos días y no sabemos nada respecto a su ubicación, y-

—¿Y por qué me culpan a mi?. –los fulminé frío, adoro a ese inalcanzable chico de orbes jades, jamás lo dañaría.

—Tengo entendido que hace poco menos de tres meses hubo una disputa entre ustedes. –comentó la mujer de cabellos castaños con una notable mueca de disgusto.

—Si, por un error que tuvo que ver meramente con mis sentimientos y errores, pero jamás me atrevería a secuestrarlo, mucho menos a dañarlo. –suspiró para cruzarse de brazos.

—¿Sabes si frecuentaba algunos puntos en especifico de esta u otras ciudades?.

–asentí leve. —Sé de algunos sitios, pero son muy públicos como para que esté allí y créanme, no está en ninguno. –solté decaído.

—¿Cómo estás tan seguro?. –cuestionó el padre de Demián.

—Porque durante semanas visité cada uno de esos lugares y nadie ha tenido rastro de él..., en el que era su favorito estuve ayer y no hubo pista de presencia. –viusualicé lastimero el suelo.

—... ¿Y si rastreamos su ritmo cardíaco?. –cuestionó el hermano mayor.

—¿Ritmo card--

—Imposible, Clark ya lo intentó antes junto con su hijo..., no dio resultados.

Oh, mierda.

|Al día siguiente|

•En la Fortaleza•

*Narra Jon*

–dejé a Demián limpio para preparar un par de alimentos y salir de ahí, si quiero mantener un perfil bajo no puedo estar saliendo y entrando de la ciudad a mi antojo. Me duele en el alma dejarlo solo, pero es el precio que debo pagar por estar con el.

[...]

Cuando llegué hasta mi apartamento me topé con el gran número de fotografías enmarcadas con el, se que estoy haciendo mal en todo esto pero no puedo permitir que siga sin hacerme caso.

"Tu libertad es mía"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora