"Tu libertad es mía"

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[...]

|En la mansión|

*Narra Bruce*

-mientras la fatídica discusión monótona que tenía con Talia seguía su curso, una terrible jaqueca se apoderaba de mi en ese momento. Suspiré agotado recapitulando toda la información; Demián está desaparecido y los sospechosos apuntan a una inocencia extrañamente impecable, los comportamientos del resto de mis hijos esta cambiando cada vez más con esta situación. -¡Ya te dije que no pienso permitir que se vaya contigo!. -exclamé desesperado.

-Me importa una mierda lo que digas, no eres apto para cuidar de mi hijo... en cuanto de con su paradero te aseguro que será la última vez que lo veas. Bastardo. -azotó la puerta cuando salió del despacho.

Esto es una locura, si esa noche hubiera escuchado sus argumentos esto no estaría pasando.

*Narra Jason*

-bajé de mi habitación mientras buscaba en todos los pasillos la presencia de ese pelirrojo, realmente no está aquí. -Cass, busquemos al amigo del enano mientras Timmy y Stephanie buscan al mini alíen. -asintió para tomar su bolso del sofá dirigiéndose a la puerta de la mansión.

-¿Puedes creer esto?. -cuestionó con un tono melancólico.

-Sinceramente no esperaba que algo así pasara en esta familia, siendo detectives es fácil intuir situaciones como estas, pero, mierda... el enano confiaba ciegamente en ese bastardo, ¿qué valdría tanto la pena como para defraudar su confianza a ese nivel?.

-hizo una mueca de disgusto. -Si reveló su enamoramiento frente a todos nosotros y fue capaz de secuestrar al chico que tanto ama... a este punto ya tuvo que haber abusado de él varias veces. -limpió las lágrimas que humedecian sus pómulos para apresurar el paso.

-¿Una posible obsesión?.

-No me sorprendería. -suspiré lastimero, ¿cómo se supone que reaccione ante el abuso sexual, físico y mental que está sufriendo mi hermano menor?, la persona con la que puedo entenderme perfectamente, y, el más grande amor de mi vida.

[...]

|En la fortaleza|

*Narra Colín*

-intentaba zafarme de las cadenas que retenían mis muñecas detrás de mi espalda, pero entre más jalaba, mi cuello pagaba las consecuencias. Necesito escapar de aquí, informar a la familia de Demián respecto a todo esto, necesito hablar con el y suplicarle que me perdone... por mi maldita culpa ese imbecil abusó de el tantas veces de una forma inhumana frente a mí. Sollozo tras sollozo mi sola existencia se sentía miserable, la habitación se tornaba más gélida y oscura.

Por un maldito segundo de descuido ese imbécil pudo atraparme, acepto mi derrota porque ya no estás conmigo.

Mierda, ¿cómo pude ser tan imbécil?.

[...]

*Narra Jon*

-tras separarme del beso observé con detenimiento sus orbes jades con cariño, sé que ya estoy cada vez más cerca de lograr mi objetivo, pero al ver la tristeza reflejada en sus orbes me lleno de una melancolía absoluta... hundí mi cabeza en su pecho aferrandome a sus ropas, ¿realmente todo esto valió la pena?.