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*Narra Dick*

—¡Te agradezco la información!. –exclamé mientras corría hacia mi auto vinculando una video llamada con todos mis hermanos. —Mierda, respondan. –la ansiedad me consumía por completo mientras miraba por el espejo retrovisor percatandome de la ausencia de red x.

—¿Dickie?, ¿conseguiste algo?. –cuestionó Jason.

—Si, ¿estás bien?, dijiste que llamarías solo si las cosas se salían de control.

—¡A la mierda el control, tengo información!.

—¡Habla de una vez, Richard!.

—Red dijo que vio a dos chicos discutir pero solo vio la apariencia de uno.

—¿Del chico?.

—No, –tomé aire apretando un poco el volante. —de Jonathan.

—¿Pero qué mierda estás diciendo?.

—Pero, no habían pruebas que lo inculparan.

—Unas cenizas chocaron contra sus ropas ese día, pudieron ser del celular que jamás se halló. –un silencio tenso se formó en la llamada.

—Mierda, ¿por qué ese chico pelirrojo no está en la llamada?.

—¿Wilkes?, no lo he visto desde que estos idiotas salieron de la mansión.

—... Busquen lo, tuvo una discusión con el culpable de todo esto y no suena tan fuera de lugar que se encuentre en peligro.

—¿Ya estamos seguros de que que sea el culpable?.

—No preguntes idioteces, Stephanie.

—Calmense, ese sujeto es culpable hasta que se demuestre lo contrario. Tenemos nuevas instrucciones; busquen a Jonathan y no lo dejen huir, también busquen a Wilkes en donde sea necesario... lleven kryptonita con ustedes. –asintieron para irse desconectando uno a uno.

Mierda, ¿por qué el querría dañarlo?, ¿qué razones hay de por medio?.

[...]

|En la fortaleza|

*Narra Demián*

–mientras me dejaba asear por sus suaves manos, visualizaba todo su rostro, esperaba encontrar algún indicio de arrepentimiento, culpa, incluso lujuria tal vez, pero su lenguaje corporal no me deja mucho que intuir. —¿Tengo algo en la cara?. –cuestionó formulando una sonrisa tranquila.

–Mi completa atención. –me miró confundido por un momento. —Jon, ¿sientes algo por mi?.

–sus pupilas se achicaron, esbozó una sonrisa y me tomó de las mejillas. —Siento todo por ti, petirrojo.

—Fuera de una obsesión, ¿hay algún sentimiento puro hacia mi?. –sus iris se volvieron carmesí, un escalofrío recorrió mi espina dorsal.

—Te amo, Demián. Pasé años confundiendo nuestra amistad con lo que sentía pero tras haber regresado te vi con ese pelirrojo percatandome de mis sentimientos. Eres mío, corazón. –unió sus labios con los míos en un beso tranquilo, es la primera vez que me besa de esa manera.

"Tu libertad es mía"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora