Mi Cita Perfecta

#1

¿Cómo es una cita perfecta?

Es diferente según cada persona. Personalmente, no eh tenido aún mi cita perfecta.

Creí que la tendría, con el chico más lindo de la escuela.

Fue hace 2 años.

En ese entonces tenía 19 años, y él me había invitado a salir.
Me llevó a un restaurante caro, con rico vino y platos que costaban el salario de un trabajador promedio.

Seré sincera, fue un caballero durante toda la noche, toda hasta el final. Marcos Díaz fue la cita "perfecta" de muchas, pero no la mía.

Justo cuando decidimos irnos a un hotel o simplemente a su auto para tener sexo y terminar la noche, su padre apareció junto a su extravagante madre buscando a su desconsiderado hijo, quién había tomado su tarjeta de crédito sin su permiso.

En fin, esa noche no hubo sexo.

Roger Vélez, fue mi jefe en mi primer trabajo. Un jodido deportista lleno de músculos y tal vez esteroides.

Las chicas de la oficina se mojaban con tan solo verlo. Pero adivinen quien obtuvo una cita con él.

Okey, no fue una cita. Solo una revolcada en el baño de la empresa, o ubiera sido una increíble revolcada de no ser porque su pequeño, pequeñísimo amigo no despertó ese día.

Tal vez debí llevar unas pantis más sexis.

Luego fue Carlos Guerra. El primo de mi mejor amiga, un amable joven cuya familia era super religiosa y por lo tanto, él era un inocente ángel.

Mis ovarios.

Maldito diablillo que intento tener juegos sexuales con la maldita verdura de su alacena mientras sus padres iban a la iglesia.

No fue mi culpa. Solo le dije - Oye, tus padres no están. ¿Cojemos o qué?

Bien, tal vez si me sobrepasé con el maldito hijo de religiosos. Pero jamás le dije ponle un condón a la maldita banana y persigueme por la sala de tu casa frente a los cuadros de tus  santos padres.

Escapé por la ventana.

En fin, hablaba de una cita perfecta.

Eh tenido muchas citas, ninguna perfecta.

Teo dice que la exigente soy yo, aunque nose si sus citas terminen en sexo disfuncional o fallido.

Ha, Teo es mi mejor amigo.

No follamos. Mateo es lindo pero es muy idiota. Somos amigos hace mucho y no tengo nada de interés por él, o al menos sexual.

El muy idiota tuvo sexo con la coordinadora de sevicio social, allí donde trabajaba. Antes. Lo despidieron.

No por cojer con aquella zorra, sino por disturbio en vía pública. 

Pues resulta que el novio de la muy perra lo golpeó en la calle cuando se enteró. Bueno, no lo golpeó, solo le rompió el brazo y la nariz. Y tal vez le sacó una muela.

En fin, salimos por unos panchos luego de pasar por él al hospital.

Esto no cuenta como cita.

- ¿Puedes comer cuándo te bajaron una muela?

- Fueron dos jaja - y sonríe.

Es un idiota.