#8 - Desición

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Renuncié a mi empleo hace una semana.

Me mudé a la casa de mis padres bajo sus comentarios acerca de ser desempleada e inmadura.

Lo más difícil fue ir a buscar mis pertenencias, aquellas que estaban en el departamento de Teo.
Recuerdo haber ido un lunes por la mañana, estaba segura de que la puerta estaría cerrada ya que Teo estaría trabajando, pero llegué unos minutos antes de que él se fuera.

Puedo asegurar que fueron los 20 minutos más incómodos de mi maldita vida. Porque mientras yo recogía mis cosas, él esperaba en la cocina tomando café.

En silencio.

Cuando terminé solo salí y minutos después pude ver desde mi auto como él cerraba la puerta y se iba.

No pude pronunciar palabra alguna.

Dos semanas viviendo con mis padres, me hicieron replantearme la idea de ir a Holanda.
No quería quedarme con ellos, son personas soberbias y engreídas. Siempre cuestionaron lo que hice y opinaron sobre mis desiciones... y a pesar de todo, son mis padres y me estan dando una oportunidad.
Ya sea por conveniencia mía o de ellos.

Manuel:

- ¿Te parece mañana a la noche? >°v°<

- Tal vez...

Manuel:

- Tomaré eso como un sí  ;)

- Pasaré por tí a las 21hs♡

- Ok...

Mi relación con Manuel se ha mantenido en mensajes de texto, luego de que renuncié al Starbucks. Y no llegará a más que eso...

Decidí aceptar la propuesta de mis padres e ir a Holanda.
Tal vez tenga sexo con Manuel antes de irme, como una despedida.

- ¡Mari! - la voz de mamá se escucha desde mi habitación - ¡ve a comprar! -Siento que volví a tener 15 - ¡Mari!

- ¡Ya voy!

El barrio es tranquilo, las personas ni siquiera voltean a verte y son todos adultos mayores. Los mercados son silenciosos y con grandes filas para pagar.

Es aburrido.

- ¿Maribel?

Oí tras de mí una voz conocida y voltee rápidamente, encontrandome con Juan.

- Hola, ¿que haces aquí?

- Los padres de mi novio viven por esta calle - comentó con una sonrisa - pasaremos el fin de semana aquí, ¿y tú?

- Estoy viviendo con mis padres.

- Me preocupé al no tener noticias de tí después de saber que renunciaste.

Ninguno dijo nada, no al menos hasta que terminamos las compras y salimos del mercado.

- Me iré a vivir a Holanda... - lancé sin rodeos. La cara de Juan fue divertida de ver.

- ¿Qué?

- Que me iré a Holanda, mis padres consiguieron trabajo para mí... y tendré un lugar propio en el que vivir - dije sin dejar de caminar.

- Wow, eso es... bueno - pareció pensarlo unos segundos y volteó a verme mientras volvía a sonreir - me alegro por ti.

No quise preguntarle como ha estado Teo, pero el muy cabrón pareció darse cuenta de mi pensamiento.

- Está bien... triste, pero bien.

Entonces me detuve, porque luchaba por no dejar que mis lágrimas salieran dramáticamente. Porque extrañaba a mi mejor amigo.

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