El viaje fue incómodo, por suerte por poco tiempo. En una gasolinera había una pequeña tienda donde me consiguieron una sudadera, si soy sincera no quiero averiguar a quien se lo quitaron o el método que empleó Marcus para obtenerlo, era de color negro y me daba hasta los muslos, en el lado izquierdo se veía el pequeño logo de Nike.
- gracias- agradecí estar al menos con algo que no fuera una toalla, aunque seguía algo apenada, no traía ropa interior, ni zapatos, pero algo es algo-
- ujum, necesitamos cambiar el auto - se giró a Thomas mientras tome una bolsa de patatas que me entregó,esto era la gloria, un pequeño gemido se escapó de mis labios sin siquiera poder detenerlo-
-Yo voy, nos hará falta un mapa, lo mas probable es que viajemos durante 1 o 2 días antes de llegar a la cabaña a las afueras-
- ok- con eso dio media vuelta con las bolsas en la mano-
- ven conmigo, me ayudarás-
- ¿a qué?
- Camina y has lo que digo- santa paciencia este hombre nunca aprendió a dialogar o fue criado por los lobos?, ni que matará ser educado-
Lo seguí sin saber a donde ibamos, hasta que me agarró de la cintura uniendome más a él.
- ¿que hace?- mi voz sonó casi en un chillido, me levantó y aprisionó contra el lateral de la tienda- no..no puede..que hace...suélteme por favor-
- que sucede, ¿la gatita se acobardó?- su voz en mi oído, el aire caliente de su respiración haciéndome cosquillas, mi piel se volvio de gallina al momento, hacia un poco de frío por las altas horas de la madrugada, pero era incapaz de sentirlo, su calor corporal me abrazo de manera que quería arder- shh-
Sus manos recorrieron mi cuerpo con fuerza, no fue delicado en absoluto, una de sus grandes manos subió por el lateral de mi muslo hasta casi rozar mi entrepierna, un jadeo de ansiedad rompió el silencio, sus labios parecían de pecado, su lengua salió a humedecerlos, provocando que la excitación en mi fuera en aumento, era hermoso de una manera diabólica, peligrosa y aún asi ansiaba su toque, sus labios succionaron, burlaron, mordieron y lamieron mi cuello, el lóbulo de mi oreja, su mano roso mis labios, los abrió, esta mojada para él, el color rosado en mis mejillas delataban lo avergonzada que estaba, como es posible que me excite con un hombre que no conozco, que me ha secuestrado, que me ha amenazado.... Debo estar loca, sus ojos debieron haber visto la guerra que libraba mi cerebro pues sin contemplaciones encajo dos dedos dentro de mi, rudo, profundo, su otra mano amasaban, apretaban mis senos, los gemidos apenas podía contenerlos, mis manos se aferraron aún más a él cuando su pulgar trazó circulos en mi clítoris-
-Por...por favor-sus dedos se detuvieron sacandome un gemido de protesta y sus labios se acercaron a los míos, él se divertía viéndome sufrir, desperada.
- quieres correrte?-
- sí- giré mis caderas buscando alivio-
Su mano viajó de mi seno hasta mi cabello, la punzada de dolor fue directamente a mi centro, avivando las llamas que amenazaban con consumirme, renovo los movimientos, hasta que me solto completamente... Que diablos...
- ese será el auto- me bajo, mis piernas temblorosas casi fallan, me apoye en la pared, me acomode la sudadera lo más rápido que pude, no creo que me haya echo esto, me provoco, para luego simplemente negarme, mi mente da vueltas, las lágrimas pinchaban los bordes de mis ojos...lo vi maniobrar un auto moderno, desconocía la marca pero al menos era más grande que la camioneta.
- súbete- me dirigí al auto y me subí atrás, lo quería lejos de mí- adelante, te quiero a mi lado Lucía- su vista estaba fija en mi, mientras su voz no admitía discusión-
Lo miré a los ojos, una lágrima traicionera se deslizó por mi mejilla, la atrape secandola, abrí la puerta...Continuará 💞🔫
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"Lucía"
RomanceSecuestrada del Hospital Central de New Jersey al casi finalizar una guardia de los infiernos, Lucía Rodriguez Lee es enfermera de emergencias, carismatica, dulce y con una paciencia aparente del tamaño del mundo, una que necesitara para tratar con...