Capítulo 12

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No puede ser...su erección se sentía como una roca en mi espalda, una larga...idiota pervertido, lágrimas silenciosas bajaban por mis mejillas.
- quedate quieta gatita, a partir de ahora eres mía- cuando libero mi boca quise gritar por ayuda, pero sus ojos, sus palabras señalaban una promesa que no sabía si estaba dispuesta a querer aceptar-
- nunca- en su rostro se plantó una sonrisa como el gato de Alicia, haciendo que mis bellos se erizaran y mis pezones se apretaran, este psicópata habla en serio?-
- conmigo no subirás al cielo, sino que arderás en las llamas del infierno-  sus labios carnosos se presionaron con los míos, sacandome el aire en el proceso, devorandome, con un jadeo de mi parte aprovechó, coló su lengua, caliente, hábil, estaba mareada por la intensidad, el sabor salado de mis lágrimas daban un toque erótico a la situación, mi corazón estaba agitado, respondí, cedí ante él una vez más, no entendía lo que estaba haciendo este hombre, cuando se separó un pequeño hilo nos conectaba, lo recogió con la lengua y saboreo, gimiendo en el proceso, nuestras respiraciones estaban agitadas, su pecho chocaba con mi espalda en cada toma de aire.
Marcus trajo el auto, me subió a la parte trasera, me dolia todo, estaba cubierta de sangre, mugre y con varias heridas superficiales, trate de acomodarme, pero cuando se montó a mi lado me quede quieta, ahora qué seguía...
-tienes el mapa?-
- sí, que harás con ella?- cuando Marcus hizo la pregunta me quede cual estatua, el mundo para mi dejo de girar, el tiempo paró-
- es mía- con estas palabras Marcus clavo sus ojos en los míos por el espejo retrovisor, luego lo miraron a él- dame el mapa-
- bien- Marcus dio un suspiro de cansancio- estaba mirandolo antes de que ...- me miró fulminandome con la mirada, me encogí ante su intensidad- lo que sea, debemos seguir la ruta 8 si queremos llegar más rápido, lo más probable lleguemos mañana a la noche, o la madrugada-
- algún indicio de los hombres de Antonio?, mantente alerta, cambiaré contigo cuando lleguemos a la ruta 8-
- como digas, sobre los que nos atacaron nada aún- Thomas devolvió el mapa hacia adelante, se giró a mi asustandome un poco-
- ok- sus ojos tenían un brillo que no podía descifrar- ven aquí-
Me subió a su regazo acomodando la pierna que me dolía, dio indicaciones de parar en alguna farmacia a Marcus por el camino, me atrajo a su pecho, en otra situación tal vez solo tal vez lo hubiese disfrutado, pero tenía tanto miedo del futuro que me aguardaba que estaba rígida.
- Calmate pequeña, no te daré tú  castigo ahora, tus nalgas se tornaran de un lindo rojo cuando lleguemos a la cabaña, en donde estarás segura- las palabras susurradas en mi oído me hicieron abrir mis ojos como platos-
- no te atrevas- su pulgar alzó mi mirada para enlazarla a la de él-por favor- mis palabras salieron mas como una súplica que ni yo sabía de donde venía-
- mmm si supieras lo caliente que me pone el que supliques, por favor qué Lucía, deseas que te azote, que te permita correrte, que te de el orgasmo que te negue hace unas horas atrás?, que te haga morder mis sábanas, tan deseosa estas de arder bajo mi piel y derretirte en mis caricias?-
- no..yo...-
- eres mía y no te dejaré nunca Lucía, si el destino te cruzó en mi camino, por derecho me perteneces-
- no soy un objeto-
-shh, lo sé- no me dejo hablar más,  me apretó pegandome más, su rostro era indescifrable- ahora duerme Lucía- y como si mi cuerpo estuviera amaestrado el cansancio me abrigo arrastrándome a un mundo de oscuridad y paz- mi precioso lucero- con esas últimas palabras mis sentidos se apagaron-

Continuará 💞

"Lucía"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora