Si la vida fuera una trágica comedia todos moriríamos de risa
Los eventos son relativamente buenos, algunos son bailes hasta el amanecer donde la gente disfruta entre la multitud, vestidos adornando el gran salón con hermosas mujeres y hombres de poder con sus trajes de piel.
El ver tanta gente narcisista, manipuladora, estafadora, y malditamente enferma, siento que estoy en mi hogar, me hacen sentir poderoso, porque se que sus inmundas almas corruptas vendrán al infierno, a saciar mi placer, mi más grande orgasmo. El pensar así me alegra de inmediato, una sonrisa ensancha mi rostro.
Hoy cumplen años la hija del rey y la pequeña princesa. Las dos harán una celebración más que grande en el reino. No me sorprende que la gente del pueblo más pobre este feliz por eso, son tan estúpidos que se alegran por la gente que los mata y roba, que adorable.
Veo a la pequeña princesa en un vestido azul, resplandece ante todos, se ve muy hermosa y vivaz. Sus 10 años le han dado un muy buen cuerpo, y eso me enloquece.
Recuerdo que antes de la fiesta ella lloraba de dolor porque se cayó de las escaleras que subían directo a mi casa, cuando la vi en el piso sentí desprecio, le patee 2 veces para recordarle lo estúpida que era. Su vestido tapaba los moretones que le dejé. Me daba mucha risa como le decía al rey que se caía y por eso siempre tenía alguna herida, el rey pensaba que su hija era retrasada, y si parecía.
Atrás de ella apareció la hija del rey, su vestido era lindo pero no terminaba de encajar en ella. La hija del rey estaba más que enamorada, siempre la supe llevar con tranquilidad, porque sabía que le diría al rey, que si le pegaba o gritaba no aguantaría y me mandarían a la horca. En cambio la pequeña princesa era como una pared para mi, solo la usaba para pegarle sin sentido, descargar mi rabia y verla desnuda en el proceso.
Sabía que la hija del rey era la chica que moriría, y también sabía que el rey estaba conspirando contra mi. Son las 3 de la tarde. La pista de baile está abarrotada, pero mi caminar es fijo. Agarre a la hija del rey apenas pude, camine con ella y la engañé, le dije que la amaba, que quería que sus padres supieran este día. Ella era estúpida, pensé por un momento que era igual a la pequeña princesa, una estúpida de mierda. Ella me creyó, sus ojos en ilusión, creía que la amaba pero solo estaba cayendo en mis redes, cual mosca en telaraña.
El rey sorprendido por lo escuchado de su hija decidió agarrar a su mujer, me llevó a un lugar aparte a la fiesta, le dijo a los guardias que nos dejarán solos, y ese fue su más grande error.
No me costó mucho desmayar a las 3 víctimas. La hija porque si, porque si mi destino era matar a esta hija de puta por siempre pues lo haré sin dolor, el rey por traidor, por querer rebelarse contra un ser como yo, y a la reina por diversión, así se acaba esta familia de mierda.
Apenas despertaron se encontraban amarrados, amordazados y sometidos por mi, por mi voluntad y por todo lo que nunca dejare de buscar y siempre obtendré, mi poder.
Sus ojos se abrían en odio y shock viéndose entre ellos cuando les confesé que me los cogí a todos, de que el rey estaba engañando a su reina, la reina estaba engañando a su rey, y la hija "virgen hasta el matrimonio" y siendo una niña perdió su inocencia. Si la vida fuera una trágica comedia todos moriríamos de risa con esto, con esta situación tan delicada y deliciosa.
Primero empecé con el rey, me traicionó, y creo que perdonar algo como la traición es insano. Es ser un estúpido animal de mierda. Tome su cuello entre mis manos, no fue mucho lo que hice, lo estrangule tan duro que sus ojos casi se salían de sus cuentas, su cuello sonó en mis manos, el crucido del hueso rompiéndose creó una erección.
A la reina le di un trato más agradable, primero la desnudé cruelmente, la hija del ex rey ahora está llorando sus lágrimas ahogan gritos muy fuertes, y eso me pone a tope, mientras utilizo a su madre y la penetró sin contemplaciones, empiezo a romperle el culo sin piedad, se siente bien escucharlas gritar de ira y dolor.
Al final solo tuve que estrangularla mientras su sangre llenaba mi pene. Cuando sentí que su cuerpo empezaba a enfriarse me pare . Mis ojos fijos en en la hija del ex rey contemplaron el horror de unos ojos apagados, llenos de rabia y dolor, pero vencidos ante el destino, mi nueva erección era más fuerte que la otra.
La vi deseoso, necesitaba adorar su cuerpo internamente, necesitaba lamer su sangre impura, tal vez todavía por su edad saldría dulce cual miel bajando por mi garganta. La viole también, no podía desperdiciar mi gran erección, de todas formas ya me iría de este jodido mundo de mierda. Como sus padres también murió cuando le rompí el cuello, solo que a ella, la desgarre, su vagina se sentía húmeda y caliente, sobre todo cuando mi mano entró dentro de su cadáver y la rasguño tan duro que su sangre lleno mi mano.
Aunque su sangre no era tan dulce aún podía saciarme un poco, me hizo sentir como si estuviera bebiendo el vino más caro de todos.
Salí de ese lugar, lo cerré, les dije a mis guardias que los reyes estarían hablando con la princesa en este momento, sobre mi "Gran amor por ella y la boda que se realizaría en un futuro". Los soldados eran imbéciles, pero me reía con eso.
En ese momento pensé que me iría así como llegue, pero como algo extraño estaba equivocado. En estas circunstancias me sentiría un tanto incómodo, pero tomé esto como un chiste más del destino, un buen chiste que disfrutaría en gloria. Me invocaron, tenía que matar a mi víctima, tenía que matar a esa chica destinada a morir, incluso sintiéndome algo inútil sonreí, porque tendría que matar a la pequeña princesa, y no solo eso, sino hacerla sufrir, tanto como hizo sufrir al pueblo, aunque eso fue más mi culpa que de ella igual siendo el verdugo del castigador incorrecto me sentía extasiado.
ESTÁS LEYENDO
Un siglo esperándote
Teen Fiction5 vidas diferentes, el amor es sufrir y sufrir es amar. ¿Crees que amas de verdad? ¿O solo eres un egoísta de mierda? Siempre se ve a la víctima pero no al victimario, siempre se ve el dolor de una persona y no el disfrute en carne propia de la otra.