Entonces me dio el mejor baile de la vida y la muerte
Aunque todo era felicidad para mi había un pequeño detalle, el rey estaba muerto, su esposa e hija también estaban muertas. Eso alarmó a los guardias como era de esperarse, tuve que huir, pero no para salvarme, sino para matarla. Hasta cuando la tengo que matar me jode la puta paciencia. Corrí en busca de ella y fácilmente la encontré, en medio del gran salón de baile.
Aparte de que me haces venir a matarte también tengo que buscarte en medio de toda esta situación, te odio pequeña princesa. Te odio como si fueras el ser más inútil e inservible, como si el fuego doliese menos que escucharte hablando.
Cuando al fin la pude agarrar le conté mi situación, omitiendo ciertos detalles claro, y después ella tan enamorada de mi decidió ayudarme a escapar.
La maldita puta llevó a su verdugo a una habitación que solo conocía la familia real. Sabía que podía contar con ella, con sus buenos sentimientos y dulce corazón, sabía que podría manipularte pequeña estúpida.
Cuando pude la besé, como si el beso fuera algo que implorase al cielo, como si un vagabundo recibiese comida, como si mi sueño más grande se cumpliera. Sabía que no seguiría disfrutando de estos placeres. Cuando ella sintió eso me siguió el beso. Para tener 10 años besa muy muy buen, un lengua tocaba puntos clave.
Mis manos la tocaron, sintiéndome cómodo me dediqué a explorarlo un poco, a visualizar y sentir cada parte de ella. No veía que me detuviera, y ya sabía que vendría el momento, eso que he esperado para no joder su lindo cuerpo.
Empecé a masturbarle con los dedos mientras yo me tocaba, cuando sentí el chorro de agua en mis manos pude sentir placer.
La pequeña princesa era inocente y estaba llena de vida, pero, era una estúpida destinada a morir, esa era y sería su desdicha para siempre. Se sentía vulnerable abajo de mi, estaba desnuda, mi mano aún dentro de ella, la observé esperando algo, algún indicio de que me dejaría tenerla, y que mi último recuerdo con ella en esta vida sería yo penetrándola y mis manos asfixiandola. Pero ella no mostró nada, seguía siendo la misma imbécil que quería esperar "el milagro perfecto" aún sabiendo que me querían matar por matar al rey, aún sabiendo que no pasaría de este día, aun así ella esperaba que todo se arreglará como en un estúpido cuento de hadas.
Cuando volvió en sí yo estaba eufórico, llenó de odio y placer, estaba malditamente hijo de puta. Le di una cachetada, le di dos, incluso 3. Mi mente era yo siendo yo, lo que me contenía antes desapareció y un aire de suficiencia y necesidad me llenaban el cuerpo. Luego de eso le metí 4 puños, la dejé casi inconsciente y la voltee para mi, la acomodé en 4 y la empecé a penetrar. Ella lloraba de dolor, su sangre de deslizaba en mi pene haciendo sentir aún más calor del normal.
Ella empezó a gritar, necesitaba salir de esta situación, abrió los ojos en un momento ya inservible, así de estúpida eres pequeña princesa, una simple estúpida, te entregaste como cordero al matadero, y aquí está tu verdugo. Le pegué mientras la penetraba, ella cayó en seco inconsciente. Me sentí lleno de vida, así que agarre sus lindos brazos y la empuje para atrás mientras la seguía penetrando, sus ojos se abrieron de la inconsciencia cuando sintió como desprendía sus brazos del cuerpo, ella gritaba, me lloraba y suplicaba, pero ya era demasiado tarde, sus dos brazos casi salen volando de no ser porque los tenía agarrados con mucha fuerza, mi pene sintió una punzada muy grande de placer.
Ella cayó en la cama, sus gritos eran de agonía, de dolor, como si ya nada en esta vida importase, imagina que tú eres la pequeña princesa, y que la persona que te esté haciendo todo esto es la persona que amas. Me sentía increíble con esto, su sangre llenó mi colchón, volvió a quedar inconsciente.
Empecé a darle duro, puse mis dos manos en su cintura y la acerque a mi tantas veces como pude. Después la volteé, la muy estúpida seguía aún respirando pesadamente.
No podía aguantar, tenía que abrirla, tenía que abrirle hasta el corazón para que muriera. Agarré mi espada cerca de donde estábamos y se lo clave en el estomado, ella se despertó y subió un poco su torso viendo la herida, me miró llorosa, llena de dolor se dejó caer, no sin antes murmurar "Te amo a pesar de lo que haces".
El escuchar eso me moleste aún más, tanto que me sentí asqueado y casi me vomitó encima, retorcía la espalda dentro de ella mientras la penetraba, hasta que dejó de respirar, sus ojos muertos observándome mientras perdían el brillo.
La seguí penetrando hasta que sentí que acabe, ella se sentía aún tibia en ese momento. Me pare de la cama observando la escena, era grotesca, sus dos brazos estaban manchando el piso, y ella se veía horrible, su sangre llenó toda la cama, y ella estaba roja, morada, verde, azul. Parecía un punto arcoiris para psicópatas.
Sentí mi pene erecto y no contuve mis ganas de masturbarme arriba de su cuerpo, de dejar fluir el placer mientras veía como su cuerpo se endurecía, y se iba enfriando. Eso me puso a tope, y acabé en su cara, esa dulce cara que brillaba por su sonrisa y ahora brilla por mi semen.
Me senté sintiéndome lleno, complacido y feliz, no sólo había cumplido mi objetivo sino que pude hacerlo de una forma muy agradable para mi, ni las rosas sintiendo el suave aire del verano deben sentirse tan bien como yo en este momento.
La observé expectante y miré la habitación, encontré dos lanzas y se me ocurrió una hermosa idea. Acomode a la pequeña princesa y con las lanzas clave sus brazos de nuevo a donde estaban, perforando su carne y los huesos de arriba.
La levanté como pude sintiendo el peso de su muerte en mis manos. Sus pies se movían en el aire, y su cabello danzaba junto conmigo en el pequeño vals. Entonces me dio el mejor baile de la vida y la muerte, uno en el que su vida sería mi muerte y mi vida sería la suya.
Al final me fui del mundo. Los soldados del rey entraron a la habitación y la encontraron justo como la dejé, bailando con el soldado muerto. Nunca se supo quien fui o de dónde aparecí, solo fuiste tú la que se enteró de todo, solo tú pequeña princesa.
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Un siglo esperándote
Ficção Adolescente5 vidas diferentes, el amor es sufrir y sufrir es amar. ¿Crees que amas de verdad? ¿O solo eres un egoísta de mierda? Siempre se ve a la víctima pero no al victimario, siempre se ve el dolor de una persona y no el disfrute en carne propia de la otra.