II

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3:27 a. m. 15 de Noviembre de 1996

—¿Dónde rayos estoy?—Esta no es mi habitación y mucho menos estoy en mi cama.

—¿Qué es este lugar? —Me pregunté perdido en aquel lugar con tal poca luz y sacado de una película de terror.

Me encontraba caminando en un bosque, era de noche, había muy poca luz. Estaba lleno de árboles muy altos que parecían cuerpos de personas muertas, me asusté mucho al ver esa escena. ¿Será otras de mis pesadillas?...

En ese momento empecé a explorar el lugar, caminando firme y muy despacio sobre ese sendero, era muy notorio los sonidos de los grillos y de los búhos cantando en aquella oscura y desolada noche. Seguí avanzando hasta que, me di cuenta que alguien me estaba siguiendo, sentí mi corazón palpitar muy rápido, mi respiración se aceleró, esa cosa venía a mi, y no parecía ser con buenas intenciones. Ví a lo lejos una cabaña, era pequeña pero menos espeluznante que todo lo que había allí afuera, así que decidí entrar, estaba ubicada de modo que daba al otro lado del río. Corrí lo más rápido posible con el corazón en la mano, esa cosa cada ves venía más rápido detrás de mi, no decidí voltear a ver qué era, solo me concentré en avanzar y no parar. Ahora tocaba cruzar el río que llevaba a la cabaña, me armé de valor metiéndome en aquel friolento y tenebroso líquido espeso lleno de vida en él, no sabía qué o quién se escondía allí, además de que era estrecho y poco profundo. Empecé a nadar muy rápido, mientras cruzaba pude darme cuenta que la luna estaba un poco diferente, la podía ver por medio del reflejo que se notaba en el agua, era roja, y con muchos puntos negros, por un momento pensé que me sonreía, pero solo era mi imaginación, o eso quería pensar.

Logré cruzar el río, me di cuenta que lo había perdido, y que por fin esa cosa no me estaba siguiendo. De todas maneras decidí entrar a la cabaña, seguramente encontraría algo que me ayude a saber por qué estaba en este horrible y tenebroso lugar. Cuando entré fue la peor escena que ví en todo lo que estaba viviendo en aquel bosque, ahora sí podía asegurar que mi corazón se había salido de mí diciéndome que estaba en peligro. Observé con asquerosidad aquella escena, mi sentido del olfato se había detenido por un momento ya que aquel asqueroso olor había penetrado en mis fosas nasales haciendo que su trabajo se detuviera. Ví a una mujer con un señor, ambos estaban colgados en el techo, conectados por una pita que rodeaba sus cuellos con el clavo del techo de la cabaña, me percaté que también tenían golpes en el rostro, así que no se les podía reconocer quiénes eran, vidrios en todo su cuerpo, que les habían cortado las venas de las muñecas, sus ojos estaban completamente blancos. Parecía que aquella escena del crimen era reciente, todo mi cuerpo estaba paralizado y había dejado de funcionar. En ese momento sentí más miedo y mi adrenalina estaba al máximo haciendo que mi corazón dejara de latir, no podía mover mis manos ni pies, y mucho menos hablar. En medio de todo eso sentí que alguien me cubría la boca, me di cuenta que aquel sonido que había escuchado cuando esa cosa me perseguía se volvía a escuchar, eso significaba que otra ves me estaba buscando, y ya estaba cerca, lo podía sentir, sentía que cada ves mi respiración era más corta, cerraba mis ojos lentamente y...

—Ya es tarde—. Me levanté en sobresaltos al escuchar la vos de mi mamá.

—¿Hasta que hora pensarás dormir? Hoy tienes escuela, es lunes...—. Me dijo. Bufé de cansancio y con sueño.

En ese momento no podía dejar de pensar en aquel sueño que tuve, parecía tan real, todavía seguía con esa sensación de temor y adrenalina, pero lo más raro es que no había sido en único sueño raro que tuve. Hace algunos días había empezado a soñar así, solo que este había sido más fuerte y aterrador. Me dije a mi mismo que si seguía pensando en eso no llegaría a tiempo al colegio, y eso seria fatal, ya que tenía muchas faltas y con esta podrían hasta expulsarme.

En Mis Sueños [En curso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora