26.

2.9K 168 14
                                    


KATE POV

Unos meses después...

Levanto a Yelena entre mis brazos mientras mis madres se ríen y toman fotografías. Estamos vestidas con togas y birretes, después de terminar nuestra graduación en el instituto.

―Bien, todos digan gopher ―pide mamá Nat y Yelena yo lo repetimos.

Ambas vamos a ir a la Universidad de Minessota, el hogar de los Golden Gopher. Tenía una beca completa lista y esperando, y finalmente supimos de Yelena hace unas semanas. Ha sido aceptada en su programa de arte y ella no podía estar más entusiasmada. Su beca es suficiente para cubrir su enseñanza y fue aceptada en el programa de trabajo del departamento que cubrirá todo lo demás.

Ella y yo planeamos casarnos el mes que viene así podremos vivir en las casas familiares de la universidad. La del club de arquería que tengo hace excepciones para los pertenecientes que son casadas o casados e intentaré ser uno antes de poner un pie en el campus. También estoy preparado para que Yelena lleve mi apellido. Ya ha sido parte de esta familia desde hace tiempo y lo quiero por escrito. Se lo propuse hace un par de semanas, incapaz de aguantarlo más. No fue la gran puesta en escena que se merecía, pero Yelena no pareció darle importancia. Seguí esperando para hacerlo perfecto, pero no pude pensar en una forma especial para hacerlo. Así que una noche, mientras dormía en mis brazos, le puse el anillo en el dedo. Cuando se despertó lo notó y me encogí de hombros. Le dije que la amaba e íbamos a casarnos en julio. Negó y se rió. Luego hicimos el amor.

Para mí fue perfecto.

Posamos para unas cuantas fotografías más antes de que esté satisfecha de las que ha hecho. Mamá Wanda se acerca a mamá Nat poniendo sus manos en sus hombros en un intento por alejarla de nosotras―Está bien, creo que setecientas pueden ser suficientes cariño.—Mamá Nat la ve con enojo y mamá Wanda levanta amañas manos en forma de paz. 

Quiero poner los ojos en blanco, pero no puedo negar que está haciendo un alboroto por Yelena. Nunca le quitaría eso. No puedo imaginarme cómo será el día de la boda. Mamá Nat ha estado acelerada ayudando a Yelena a planear nuestro gran día. No me importa lo que hagamos mientras ella sea feliz. Parece no poder dejar de sonreír y eso es lo más importante.

―Está bien, chicas, vayan a casa a cambiarse. La reserva para el asador es dentro de una hora. Tenemos que ir a la tienda pero los encontraremos allí ―comenta mamá Wanda, palmeándome en la espalda y dándole un abrazo a Yelena.

Ella y mamá Nat se van y Yelena y yo nos dirigimos al Jeep. Me acerco a su lado y abro la puerta, sujetándola para ella.―Así que, tenemos toda una hora ―menciona, meneando las cejas hacia mí.

―Sabes que no debes darme esa mirada ―aseguro, inclinándome y abrochándole el cinturón.

Se contonea contra mí y me detengo, levantando la mirada a sus preciosos ojitos. Hoy son tan azules que me quedo ahí y me pierdo en ellos.―Sigue con eso, Kate, y haré que me tomes aquí mismo. ―Sus palabras son entrecortadas y me gustaría contestarle que de ninguna manera entraría en ella con toda esta gente alrededor. Pero ambos sabemos que tiene un poder sobre mí que no puedo controlar.

―En casa ―indico, con voz profunda de necesidad.

Cuando llegamos a casa, saco a Yelena tan rápido como puedo y entonces corremos hacia la habitación. Una vez que estamos allí, la lanzo sobre la cama y entonces estoy encima de ella. Ambas sonriendo y riendo mientras nos quitamos las togas y el resto de la ropa. Paso una mano entre nosotros y noto exactamente lo húmeda y preparada que está. Me lamo los labios mientras entro en ella en un movimiento. Gime mi nombre y arquea la espalda sobre la cama mientras dirijo la boca hacia su pezón. Empiezo a moverme duro y rápido, necesitando que se corra tan rápido como pueda. A veces es un reto ver lo rápido que puedo conseguirlo, cuantas veces puedo hacer que se corra antes de que me haga correrme.
Nunca supe que el sexo podía ser así. Tan poderoso e increíble, pero también divertido. Nadie podría haber explicado que estar con Yelena sería la mejor experiencia de mi vida y que cada vez que nos unimos sería mejor que la anterior.

Nos giro y me siento a un lado de la cama con los pies en el suelo. Con las manos en sus caderas, la muevo arriba y abajo sobre mi. No pesa nada así que hago todo el trabajo y se sienta sobre mí, disfrutando de la sensación de su clítoris siendo acariciado en cada pasada.

―Eso es. Justo así ―gime y echa la cabeza hacia atrás, exponiendo su cuello.

Me engancho a ella ahí con los dientes, sintiéndola apretándose a mi alrededor y entonces empieza a correrse. Me exprime, pero no me dejo ir, queriendo al menos dos más por parte de ella antes de que tengamos que irnos.

―Eso es, nena. Ahora dame otro ―exijo contra su cuello, trabajando en ella de forma constante.

Se sujeta a mis hombros y me da una débil sonrisa mientras baja sobre mí. Se me entrecorta la respiración y la mantengo quieta, pero es demasiado tarde. Sabe exactamente qué está haciendo y me aprieta en el momento justo para que me corra en su interior.

―Maldición ―comento entre dientes―. Lo hiciste apropósito.

Las olas de placer que se disparan a través de mí son efímeras mientras la tomo y la tumbo sobre la cama. Le doy una palmada en el trasero y se ríe, meneándose frente a mí. Vuelvo a entrar en ella y su risa se convierte en gemidos mientras comienzo a trabajar en ella desde atrás. Inclinándome sobre su cuerpo, estiro la mano y comienzo a frotarle el clítoris.

Yelena gime y se empuja hacia mí, encantada con mis palabras sucias. Puede que ambas hayamos empezado como vírgenes, pero hemos aprendido mucho la uno del la otra desde entonces. Nuestra historia comenzó un poco frágil, pero hay mucho por delante de nosotras. Somos afortunadas de habernos conocido así podríamos pasar más tiempo juntas como uno. Es mi vida y mi futuro y no puedo esperar a ver qué nos depara el futuro. Siempre estaré a su lado, asegurándome de que es más feliz de lo que ha sido nunca, protegiéndola del peligro. Porque es para lo que he sido puesto en esta tierra, para protegerla.












ya casi termina:(

PROTECTIVE ; katelena g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora