18.

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YELENA POV

—Ese es perfecto, Yelena.

Miro el vestido azul claro sintiéndome como una princesa. La parte superior tiene un escote corazón que está bordeado con diamantes de imitación. La parte inferior se ensancha creando la ilusión de una figura de reloj de arena, y me siento como Cenicienta. Incluso me parezco a ella con mi cabello rubio y ojos verdes.

—Me encanta. —La madre de Kate, Natasha, está sonriendo tan grande que no puedo evitar devolverle la sonrisa.

Su emoción es tan contagiosa que incluso Wanda que es más seria tiene una sonrisa adorable mientras ve a su esposa. Algunas veces me siento intimidada a su alrededor, algunas ocasiones simplemente me observa y me pone un tanto ansiosa por que puedo hacer algo mal y ella no lo dice simplemente me mira de una forma que comprendo que estoy equivocada, es amable, pero también me da un poco de miedo, claro que toda aquella faceta termina cuando llega a casa con su familia. Es curiosa la forma en que Wanda se desenvuelve al rededor de Natasha. Un viernes de películas en la casa de Kate, ambas mujeres estaban preparando palomitas en la cocina y se podían escuchar las carcajadas y comentarios graciosos de Wanda a Natasha por su horrible cárdigan con dibujos de arañas. Y entonces salieron de la cocina y se sentaron en el sofá frente a nosotras y Natasha era la única que hacía preguntas de vez en cuando mientras que Wanda simplemente se perdía viéndola como si no creyera que fuera real, incluso podía decir que vió mas a su esposa que toda la película. Y esa es la clase de amor que quiero de Kate.

Hemos estado de compras toda la mañana, y no estoy segura de quién lo está disfrutando más, si ella, yo o Wanda. Giro y me miro en el espejo, mordiéndome el labio y preguntándome qué pensaría Kate.

—Te lo digo, es perfecto. —Da un pequeño aplauso, su emoción borboteando—. Tengo unos zapatos que irán con ese vestido. Eres talla siete, ¿no?—No respondí.—¿Que opinas cariño?—pregunto a Wanda y ella levantó ambos pulgares indicando que me veía bien. 

—Sí, pero no sé si puedo caminar con tacones. Nunca lo he intentado.

Sacude su mano en el aire como si no fuera gran cosa.—No son demasiado altos, además, es por eso tienes a Kate, para aferrarte. No tienes que preocuparte por tus pies.

—No te dejaría caer. —Comentó Wanda tomando la mano de su esposa y dejando un beso en su frente. Aun que creo que ese comentario fue más para Natasha que para mi.

Pero es verdad. Ahora que lo pienso, estoy segura de que Kate estaría de acuerdo que usara tacones. Aun que me trata como si fuera de cristal y ni siquiera me deja llevar mi propia maldita mochila. El pensamiento me hace sonreír. Todo acerca de ella me hace sonreír. De hecho, no puedo recordar la última vez que estuve tan feliz. Se siente irreal.

—¿Cabello recogido o suelto? —pregunta Natasha mientras juega con mis mechones.

—Suelto. —Así es como le gusta a Kate.

Lo sé porque no puede mantener las manos apartadas de mi cabello cuando nos besamos. Sus manos siempre están llenas con mi cabello. Pero es algo que no se lo puedo decir a sus madres.

—Lo llevaremos —le dice a la vendedora antes de soltar el gancho de la espalda del vestido para poder cambiarme.

Miro el precio, feliz de que el vestido no es demasiado caro y que he estado cobrando en efectivo por trabajar en la ferretería. Esto no es algo en lo que normalmente gastaría dinero, pero podía decir cuánto Kate quería ir. Ahora estoy empezando a pensar que quería que fuera porque le gusta la idea de que pase tiempo con sus madres de esta manera. Natasha parece la más emocionada y estaría mintiendo si dijera que no estaba pasando un buen rato con ellas. Era agridulce pasar el día y prepararme con ellas. Pero ha sido divertido emocionarme con algo como esto, algo que habría hecho con mi propia madre. Cuando vuelvo a salir a la habitación, la vendedora toma el vestido y lo pone en una bolsa. Saco mi billetera, pero Wanda me detiene.

—Ya lo pagué —dice con seriedad en cambio la sonrisa de Natasha de felicidad todavía esta en su rostro. Sus mejillas tienen que estar sufriendo ahora, porque creo que las mías también lo están.

—Oh. No tenías que hacer eso. Yo tengo...

—No fui yo. Fue Kate. Confía en mí, traté de hacer que me dejara comprarlo, pero me dijo que ella pagaría por el vestido de su chica.

Eso me hace sonrojar. Siempre habla así, incluso delante de sus madres. Todavía me avergüenzo un poco. Incluso me besa justo delante de ellas como si no fuera gran cosa. Supongo que sería incómodo si sus madres no me aprobaran, pero Natasha se emociona al vernos juntas. Pensé que las madres de los novios o novias debían ser las peores y en mi caso teniendo dos. Pero ambas no son nada de eso en absoluto. De hecho, a veces son casi más maternal conmigo que con ella.

Ayer Natasha llevó la cena a la ferretería y se olvidó de llevarle algo a  Kate y a Wanda. Ambas se quedaron allí estupefactas y las envió a buscar algo mientras ella y yo comíamos. Creo que lo hace a propósito para estar a solas conmigo. Lo cual es bueno, por ella es muy agradable y es una persona de la cual cualquiera querría estar cercas de ella.

—Gracias —le digo a la vendedora, tomando la bolsa.

—De acuerdo, vamos a comprar algo de comida para el almuerzo y vamos a casa y nos preparamos. —Salimos de la tienda y nos dirigimos al patio de comidas. Wanda ordena una montón de todo. Puedo ver de dónde heredó Kate sus hábitos alimenticios.

—Espero que lo hayas pasado bien hoy. Nosotras lo hicimos. ¿Verdad, cariño?

—Siempre quisimos más hijas.—Extiende la mano, colocándola sobre la de su esposa.

Y Natasha coloca su otra manos sobre la mía. —Sabemos que perdiste a tu madre, y nunca querríamos tomar su lugar, pero no me importaría si nos dejaras tratar de llenar algunos de los espacios vacíos.

Mis ojos comienzan a humedecerse.—No tienen idea de lo maravilloso que ha sido estar cerca de ustedes. Creo que había olvidado lo que se suponía que era una familia.

—Bueno, conociendo a Kate, nunca nos dejarás. Es como su madre. Encuentra lo que quiere y nunca lo deja ir, se aferra a ello.

—No quiero ir a ninguna parte.

—Bueno. Le romperías el corazón a mi pequeña y no sé si podría dejarte ir. Se ha abierto más desde que entraste en su vida.

—Es casi como si hubiese estado esperándote todo este tiempo.—terminó Wanda por ella mientras la veía de esa forma tan única.

Bajo la cabeza tratando de ocultar mi rubor, amando cada palabra que dijo.—Pero quiero hablarte de algo, Yelena. —Se inclina hacia atrás en su silla—. Sabes que soy enfermera.

Asiento. En realidad es una profesión a la que buscaba dedicarme. Sé que es un trabajo estable y el dibujo probablemente no es algo con lo que pueda ganarme la vida.

—Tú y Kate tienen dieciocho años, y bueno, sé lo que sucede en muchos bailes.

Ante sus palabras, mi rostro se calienta. No puedo hablar con ella. Es también lo que he estado planeando. Lo que estaba pensando cada vez que me probé un vestido hoy. ¿Cómo sería cuando Kate me lo quitara? La deseo desesperadamente.

—Señora Maximoff. —Trato de detenerla, pero continúa.

—Sólo quiero asegurarme que se cuiden. Que están usando protección. Sé que estas cosas van a suceder, y quiero asegurarme que ambas estén protegidas del embarazo. No es que no queramos nietos, pero todo a su debido tiempo.

El pensamiento de tener bebés con Kate envía una emoción deliciosa a través de mi cuerpo. Pero tiene razón. Todo a su debido tiempo.

—Me pusieron la inyección. Mi mamá insistió cuando tenía dieciséis años.

—Eso está bien, cariño. Me alegro de haber hablado de esto. ¿Wanda? ¿Donde dejaste a Kate?








Este es mi cap fav jaja 😜

PROTECTIVE ; katelena g!pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora