𝐋𝐨𝐬 𝐈𝐦𝐩𝐞𝐫𝐢𝐨𝐬 [𝘉𝘈𝘕𝘎𝘛𝘞𝘐𝘊𝘌 #1]

14

Jeongyeon

Mientras caminaba al altar me puse a pensar en todo lo que Jimin me dijo antes de que cada uno se fuera a qué nos arreglaran.

Me dijo:

—Se que estoy actuando de manera egoísta y te estoy arrastrando a este mundo.

Sabia a lo que se refería aunque no lo dijera en voz alta, yo también pensé en eso. En que Jimin era parte de los Imperios y que yo seria su esposa, en que si no era lo suficiente cuidadosa podría terminar muerta. En qué tendría que ser parte de todo por mas que no lo quisiese. No supe que decirle, no en ese momento así que deje que siguiera hablando.

—Puedes irte, estuve pensando en como te lo pedí y a lo mejor piensas que soy muy tonto—se le escapó una risa sin gracia, como si quisiera que el ambiente fuera mas calmado—Todo esto, que hice todo esto y al final me eché para atrás pero…

Sacudió la cabeza como si eso lo ayudará a arreglar el desastre que seguramente esta sucediendo en su cabeza. Al final me miro y se acerco mas a mi, levanto sus manos como si quisiera tocarme pero decidió que seria mala idea y volvió a hablar.

—Quiero que lo pienses mejor, quiero que si decides casarte conmigo sea por una buena razón, porque mi razón nunca hará que me arrepienta y no quiero que seas infeliz conmigo solo porque no te di el tiempo para pensarlo mejor.

—Bueno hubiera tenido tiempo de pensar en arrepentirme si tu no hubieras decidido casarte a los dos días de proponerlo—quise bromear un poco con el, tenía esa cosa que hacia que tuviera la necesidad de hacer que todos a mi alrededor se tranquilizaran. Y funcionó, porque el río.

Me caía mal de cierta forma pero ese momento no era para pelear, no si nos casaríamos en unas horas.

—Dios, Jeongyeon necesito que me digas si estas segura—ya había dejado de reír y había adoptado esa aura preocupada de nuevo—Si no, puedes irte. Jungkook preparo papeles para las dos, si decides irte un auto te estará esperando afuera y la policía no las encontrará, no lo permitiré.—me sonrió—Puedes ponerte el vestido, subir al altar y luego escapar delante de todos como en una película, yo no me enojaría, lo juro

Se me escapó un risita estúpida, porque el estaba dispuesto a dejarme ir y ayudarme aunque el no recibiera nada a cambio, mis ojos ardían por todo lo que había dicho.

—No pareces mafioso—bromee de nuevo.

Echo su cabeza hacia atrás y rio.

—No somos mafiosos, Jeongyeon. A la gente le gusta creer que si pero no lo somos.—encogió los hombros—Si te casas conmigo te lo explicare.

Le di la espalda, y el entendió que estaba sopesando su propuesta, y esta vez me tome mas tiempo, aunque realmente ya la había tomado desde el momento en el que ayude a Nayeon. Solo que ahora me estaba dando opciones. Opciones que me tentaban demasiado, pero yo no era egoísta, yo no me iría de ahí sin regresar el favor. Mire sobre mi hombro y le dije:

—No me iré.

Y ahora estába aquí, rodeada de personas que no conocía de nada y con el vestido mas bonito que vi en mi vida y que ni en mis sueños podría comprar. No podía ver a Jimin, porque tenia a 8 personas delante de mi y eso hizo que tuviera mas tiempo para tranquilizarme. Cuando las damas y sus acompañantes llegaron a su lugar fue cuando lo vi por fin.

Llevaba un traje elegante y se veía guapo, no podía negar eso.

Cuando estuve lo suficiente cerca el bajo un escalón y me ofreció su mano, yo la tomé sin protestar. Su mano era cálida y el pudo sentir como la mía estaba fría así que la froto para compartir un poco de su calidez.