Demien
Ya han pasado dos días luego de que llegamos del viaje en carretera, y aún me sigo sintiendo como si un camión me hubiera pasado por encima. Ayer, el cansancio era un cien por ciento, hoy es más un setenta. De igual forma agradezco que estamos de vacaciones, porque hoy es jueves y no hubiera tenido fuerzas para ir a clases.
Mis ojos se sienten tan pesados que, aunque hago mi mayor esfuerzo por mantenerlos abiertos, se me cierran sin poder controlarlo. Siento el cuerpo tan pesado que apenas y puedo moverme en la cama. Mi teléfono ha estado sonando por las notificaciones, pero ni siquiera me he molestado en mirarlo.
Desde ayer el techo de mi habitación se ha vuelto la cosa más interesante del planeta. Lo he estado analizando mañana, tarde y noche.
Extiendo la mano con mucho esmero hacia mi mesita de noche. Tomo mi teléfono y reviso las notificaciones.
20 mensajes de Sally
5 mensajes de Zanahoria
Tienes notificaciones de instagram
Entro a la notificación de los mensajes de Sally. En ellos básicamente me pregunta cómo estoy, cómo me ha ido y luego pasan a ser "¿Estás bien?", "¿Por qué no respondes?", "Comienzo a preocuparme".
Justo cuando abro el teclado para responderle, me entra una llamada.
Oficinas del instituto.
—Mierda —Dejo de lado el cansancio y me enderezo sin dificultad en la cama.
Una llamada de las oficinas del instituto no es nada bueno. Maldición tengo nervios, y tengo miedo, y tengo ganas de hacer caca. Ahora me achaca de todo menos el cansancio.
Presiono el botón verde para poder responder.
—¿Hola? —La voz me sale ligeramente temblorosa.
—Buenas tardes, ¿con Demien Russel? —inquiere la voz de la secretaria escolar.
—Así es.
—Hablamos desde la preparatoria Bernabéu para informarle que sus calificaciones en el último parcial de la materia de matemáticas han sido insuficientes. La profesora decidió darle una segunda oportunidad, así que, si la quiere tomar, debe realizar un informe de mínimo ocho cuartillas sobre un tema visto en el parcial. Para mañana.
Maldita sea.
A pesar de todos mis esfuerzos por salir bien en matemáticas, no lo he logrado. Por más que me empeño en ir mejor en esa materia, simplemente no puedo.
—Sí, tomo la oferta. Muchas gracias.
—Yo le aviso a la maestra. Lindo día, señor Russel.
—Igualmente.
ESTÁS LEYENDO
Hablar a la luna
RomansaUn día Demien se cae a la alberca de natación del instituto, y Parker es quien lo salva, sin pensar que ese incidente marcaría un antes y después en sus vidas. *** Demien es pésimo nadando. Parker practica natación. Lo que menos esperaba Demien era...