Quisiera que salgas de mi cabeza,
no puedo dormirme,
soñarte me estresa.
Y me duele extrañarte tanto,
y a la vez no te quiero ver
ni cuando me levanto.
No sé qué carajo era
lo que estaba pensando.
No sé por qué siempre
me equivoco en lo que elijo,
debí hacerle caso al que dijo:
"El que las hace, las paga"
y el karma ya tiene una deuda contigo
y a eso yo lo sé...
Mauro iba sentado en el colectivo que lo dejaría frente a la parada de la cárcel. Tenía una lapicera en la mano y con ella escribía sobre una pequeña agenda. Siempre le daba ese impulso de escribir sus pensamientos en papel cuando estaba en viaje, yendo a ver a su padre a la penitenciaría. Y después, seguramente, rapearía esas letras y las dejaría grabadas en los archivos de su celular, y solo se las mostraría a sus amigos más cercanos.
No sabía qué pensar: odiaba a su padre con toda su esencia y, al mismo tiempo, sentía que lo extrañaba demasiado y quería verlo con desesperación.
El colectivero hizo una maniobra para girar hacia la derecha y Mauro salió de sus cavilaciones. Prestó atención a su alrededor: eran las 7 de la mañana y había solo cuatro personas en el colectivo, un sujeto de su edad y dos madres con bebés en brazos. Todos, al igual que él, iban de visita a la cárcel.
Miró lo último que había escrito:
"El que las hace, las paga"
y el karma ya tiene una deuda contigo
y a eso yo lo sé...
Apenas tenía dieciséis años, sus padres estaban divorciados desde que él tenía siete y las causas de la separación fueron innumerables, pero Mauro había retenido solo una: su padre prefería salir a robar que ganarse la plata trabajando. Eso, y demasiada violencia doméstica, hicieron que su madre terminara corriéndolo de la casa luego de varias denuncias.
Su padre se había ido a vivir a un remolque que le habían prestado sus abuelos. Un par de meses después, Mauro se enteró de que lo habían corrido de ahí por generar peleas y fue a parar a la casa de una de sus hermanas, después se fugó y un día lo llamó al celular de su madre para decirle que se había ido al sur y que estaba trabajando de minero. Mauro no lo volvió a ver sino hasta cinco años después, cuando Emilio reapareció en Buenos Aires con demasiado dinero, pero sin un trabajo estable. Para ese entonces, Mauro ya tenía la edad suficiente para sumar dos más dos... y acabó sacando la conclusión de que su padre había robado una gran cantidad de dinero en el sur y se había fugado de regreso hacia Buenos Aires para que no lo atrapara la policía.
Pero lo que ocurrió después... Sabía que su padre era capaz de robar, pero jamás creyó que mataría a alguien y todavía no caía en la cuenta de lo que había pasado.
El colectivero se detuvo de improviso y los pasajeros se afilaron para bajar. Mauro se metió el papel con las rimas en el bolsillo de sus jeans y se puso la capucha de la campera. Era invierno y hacía demasiado frío a esa hora.
Finalmente, luego de veinte minutos de viaje, estaba en la cárcel.
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ENTRE NOSOTROS / Tiago Pzk / Lit Killah / Nicki Nicole / María Becerra
Roman pour AdolescentsEste fic está dedicado al tema "Entre nosotros" de Tiago, Lit Killah, Nicki Nicole y María Becerra. En el video vemos a Tiago haciendo terapia grupal, a María Becerra sufriendo bullying en la escuela, a Lit Killah robando y a punto de ser atrapado...