ENTRE NOSOTROS / Tiago Pzk / Lit Killah / Nicki Nicole / María Becerra

Nicole

Nicole estaba sola en su habitación. Ya tenía el pijama puesto y se había recostado en la cama para leer un nuevo capitulo de la novela que había empezado hacía una semana, pero su celular vibró de repente.

Ojeó para ver quién era, pero no abrió el mensaje.

―¿Vamos al Quinto? ―le preguntó Claudio por Whatsapp.

Claudio era amigo de su hermano Tiago desde que ella tenía memoria. Iban a la misma escuela con Nicole, pero a diferentes aulas porque él y Tiago le llevaban dos años de diferencia. El grupo de amigos de Tiago era grande y estaba compuesto por ocho personas; cinco varones: Claudio, Tiago, Andrés, Raúl y Brandon, y tres mujeres: Carla, Brisa y Janet.

Nicole, en cambio, no había logrado hacerse ni una sola amiga en el tiempo que llevaba yendo a la secundaria Wantrit, y tal vez fuera porque sus gustos eran diferentes a los de las otras chicas. Amaba rapear tanto como su hermano y ambos habían participado de las batallas de rap que se daban en El Quinto Escalón. Aunque Nicole admitía que su hermano lo hacía mucho mejor que ella y, en realidad, él la había inspirado y era gracias a él que había podido meterse en ese ambiente.

Todavía recordaba la noche que había visto a su hermano escaparse por la ventana de su cuarto hacia el jardín. Ella lo había seguido por una calle poco concurrida a esas horas de la madrugada, cuando de repente vio que él ingresaba a una especie de discoteca. Se animó a entrar y se escabulló entre medio de todo el gentío. Unos minutos más tarde había visto a Tiago subirse al escenario y rapear como nunca antes lo había escuchado.

Cuando Tiago vio su rostro en medio del público, pidió retirarse antes de la competencia y fue tras ella. Pero Nicki corrió hacia afuera, pensando que podría escabullirse. Todavía recordaba con detalle cuando Tiago la sujetó del brazo a la salida de la discoteca y se aguantó darle un sermón de hermano mayor, solo porque sería hipócrita recriminarle por haberse escapado si él también lo había hecho.

―¿Estás ahí? ―le preguntó Claudio, sacándola de sus pensamientos.

Nicole titubeó antes de responder.

―¿Quiénes van? ―envió por audio.

Al cabo de unos segundos, Claudio respondió:

―Todos menos tu hermano.

Nicole se preparó para mandar otro audio.

―Hace tres días que no sale del cuarto ―dijo, intentando no sonar preocupada, aunque era inevitable―. Espero que retome las clases el lunes. Había empezado con el pie derecho esta semana....

―Sí, lo vi toda la semana en la escuela. Pensé que comenzaba a sentirse mejor...

Nicole lanzó un suspiro. El último audio que mandó Claudio la había hecho sentirse miserable. Desde la muerte de su padre ella no había dejado de cargarse con miles de tareas que le impidiesen pensar. A diferencia de su hermano, ella no estaba haciendo ningún duelo; iba de acá para allá, asistía a partidos de fútbol femenino cinco veces a la semana, iba a tenis, handball, natación y los fines de semana se la pasaba estudiando todo el día. Después, ayudaba a su madre con los quehaceres diarios: limpiar la casa y cocinar día y noche.

No podía parar ni quería hacerlo, porque sabía que si se detenía a pensar aunque fuera un segundo, no podría aguantar el dolor de la pérdida.

Volvió al presente en un pestañeo. Vio que había dejado sin respuesta a Claudio durante unos cuantos segundos y él ya no estaba en línea. Pensó que cualquier cosa sería mejor que quedarse sola en su habitación, recordando ese acontecimiento.

―Sí ―respondió―. Vamos al Quinto.