04| Sobrevivir

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Capítulo 04.

|Fabianne De la Torre|

Portland-Oregón EE.UU/ sábado, 26-09-2015.

Me miro frente al espejo y el golpe ya disminuyó, trago y toco con la punta de mis dedos la esquina de mi ojo, está verdoso, pero no es morado al menos, suspiro y termino de maquillarme, sujeto mi cabello como siempre y tardo al menos una hora en decidir que ponerme. Un vestido a cuadros pegado, con una camiseta de margas largas debajo, panti medias y botas hasta las rodillas, me coloco todos mis pendientes y collares, brazaletes de oro y pulseras artesanales que Tere me hace.

Tomo mi bolso y me hecho perfume antes de salir de mi cuarto con las llaves de mi coche en la mano.

Salgo de casa y subo a mi coche, conduzco escuchando música a casa de Amy. Al llegar saludo a su perro anciano, Mandarino, es de color caramelo tirando para naranja, sigo sin comprender por qué el nombre, aunque es bastante obvio, pero pudo elegir uno menos raro, aunque no sería Amy si hiciera eso la verdad. Entro a la cocina donde Tere siempre está, vende pasteles muy deliciosos, no descansa nunca y es la razón principal por la que Amy siempre la está regañando.

—Tereeee —canturreo al entrar a la amplia cocina.

Alza la mirada del pastel que estaba rellenando de lo que parece Nutella. Mmmmm..

—¡Mi niña rubia! —sonrío ampliamente ante su tono alegre.

Deja la manga repostera sobre el mesón, se limpia las manos con un trapo de cocina y se acerca para abrazarme, me sacude haciéndome reír.

Besa mi mejilla sonoramente y se separa de mí, volviendo a lo suyo, hablamos mientras rellena el pastel que me explica es un pedido de última hora, pero gustosamente aceptó, el tiempo y trabajo es dinero, dice.

—¿Cómo estás? —pregunta, suspiro y me encojo de hombros.

—Tan bien como puedo estar, Tere — me mira con compasión — ¿La bailarina loca? —pregunto por mi mejor amiga para cambiar de tema y también porque es a ella a la que vine a ver.

—Durmiendo —niega con la cabeza —sabes que es su único día de descanso —asiento —corre todo el día esa niña castaña tonta, del instituto al hospital por mis medicinas, del hospital al trabajo, del trabajo a las clases de baile, de las clases de baile a casa a hacer tareas, no para en todo el día y siempre viene tan agotada.

—Es feliz —digo con una pequeña sonrisa.

—Pero ¿A que costo, linda? —suspira y pone la última tapa del pastel —no deja de correr, no vive, eres prácticamente su única amiga porque no tiene tiempo para dedicar a unos amigos o novio. Si no supieras como es su vida y se conocieran desde que tienen 10 años ni siquiera aguantarías tanta falta de atención en su amistad.

—Amy es tan especial, yo vivo en mi mundo y ella en el suyo, nos vemos en el instituto y a veces voy a buscarla a las clases de baile para comer algo, nuestra amistad está bien, yo no necesito más amigos y sé que si Amy los quisiera los buscaría, Tere.

—Me gustaría que fuera más social, que tuviera un novio, por ejemplo.

—Tuvo a Aarón —digo amargamente.

—Nunca me gustó ese muchacho para mi niña —la miro, interesada —no es que sea mal muchacho, era muy amable conmigo pese a que se le notaba que su personalidad no era así, lo intentaba porque sabía que Amy le hacía ilusión al ver que nos llevábamos bien, pero me di cuenta de que no la amaba.

Hago una mueca, todos veíamos que él no la quería, menos Amy.

—Hablé con él —arrugo mi entrecejo —le pedí que la dejara.

Mi miedo más Grande (#02 Saga Miller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora