20| Dime algo

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Holis, bueno, como puse en mi muro la semana pasada no pude actualizar porque no tenía el capítulo listo, pero aquí está, fresquito para que sufran. Oh y nada grave pero ajá, quedan 7 capítulos + epílogo, en mi nota inicial dije que tal vez serían 30, pero la verdad esquematizando todo me di cuenta que serían 27, así que prepárense que solo nos quedan 7 jueves con estos rubios. Kisses.

🤸🏻‍♀️

Capítulo 20.

|Aarón Miller|

Portland-Oregón EE.UU/ Martes, 01-03-2016.

Ansiedad.

Mi ansiedad es algo con lo que lucho hace años, no recibo tratamiento, siempre lo oculto y los únicos que saben de esto son Azul, Andrew y Fabianne. Los demás no saben que tengo ataques de ansiedad seguidos, no saben lo que me cuesta controlarme y no saben que es mi lucha diaria.

Luego de desmayarme por lo que leí en el diario de Fabianne simplemente me desperté minutos más tardes, recuerdo haber despertado y sentirme desorientado, juraba que me iba a morir, la falta de aire y no lograr calmarme solo me hacían tener más pánico.

Suspiro tratando de evitar mis pensamientos, sobre pienso demasiado.

Llevo mi mano a mi nuca cuando siento que es demasiado el dolor, siempre me duele al igual que los hombros, pero lo oculto, no me interesa saber el motivo, un calmante o dos bastan para que pase.

—Joder, como duele —murmuro, necesito un masaje.

Pero no puedo pedirle a la única persona que sé que me ayuda que lo haga, no está y la otra persona me odia.

Vuelvo a suspirar.

Me acuesto, pero aun así el dolor no pasa, ya debería haber hecho efecto los calmantes.

—Mierda —gruño, las punzadas en mis hombros y nuca es demasiado.

Mis ojos se humedecen, duele mucho.

Me va a mandar a la mierda, lo sé.

Suspiro por enésima vez, cansado, cada día esto me cansa más, mi cuerpo se está acostumbrando tanto a los calmantes que hacen menos efecto cada vez.

Salgo de mi cuarto, tenso, el dolor es abrumador, no insoportable, pero si cansa demasiado, toco la puerta del cuarto y cuando dice pasa, entro, al reconocer mis pasos se sienta, me mira y no tarda en notar lo que me pasa.

No dice nada, solo niega con la cabeza para sí misma, me queda viendo, y por un segundo siento algo de tranquilidad de que esté dispuesta a ayudarme, no me ha echado así que asumo que está pensando en si su decisión es buena idea, pero sé que va a ceder, lo noto.

No me equivoco, pues unos segundos más tarde, asiente mirándome a los ojos.

La cosa es que no son unos simples masajes, cierro la puerta y pongo pestillo, se acomoda en medio de la cama, me quito los zapatos y la miro, preguntándole si no le haré doler.

—¿Segura...?

Asiente.

Suspiro, aliviado, con sumo cuidado me trepo a la cama y me acuesto sobre ella, el dolor en mis hombros y nuca es presente, pero algo dentro mío se calma al tenerla tan cerca.

Con su mano izquierda comienza a acariciarme el cabello, es un poco raro sentir el peso del yeso en mi cabeza, pero eso no evita que mi cuerpo comience a relajarse, su mano derecha acaricia mi nuca, haciendo la presión justa, en los puntos que ella conoce, no sé cuántas veces hemos hecho esto, pero si recuerdo cuando fue la primera vez.

Mi miedo más Grande (#02 Saga Miller)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora